Gripe

"Determinados grupos de riesgo son vacunados de la gripe anualmente en otoño para prevenirla".

DR. JAVIER NICOLÁS GARCÍA GONZÁLEZ
ESPECIALISTA. DEPARTAMENTO DE MEDICINA INTERNA

La gripe es una enfermedad infecciosa aguda, que afecta al aparato respiratorio y produce también una serie de síntomas generales característicos. Suele aparecer en brotes u oleadas, varias a lo largo de cada invierno, y es una enfermedad de distribución mundial.

Aunque habitualmente se trata de una enfermedad autolimitada y leve, puede adquirir mayor gravedad, y ser incluso mortal en pacientes ancianos o con enfermedades crónicas, respiratorias, cardiacas u otras.

¿Cuáles son los síntomas de la gripe?

El cuadro clínico, de comienzo brusco, suele producir dolor de cabeza, fiebre, malestar general y dolores musculares y articulares generalizados. Ello se acompaña en mayor o menor medida de síntomas respiratorios, tales como tos, dolor de garganta y destilación nasal. Los síntomas pueden ser muy variables de unos individuos a otros, así como su intensidad y duración.

En algunas ocasiones pueden aparecer también síntomas digestivos, como dolor abdominal, náuseas o diarrea.

Habitualmente los síntomas generales mejoran espontáneamente en las primeras 72 horas tras su comienzo, mientras que los síntomas respiratorios pueden empeorar en esos primeros días. Los síntomas suelen durar entre 2 y 5 días, de modo que la mayor parte de los enfermos están asintomáticos a la semana del comienzo de la enfermedad.

En algunas ocasiones, los enfermos pueden presentar, tras el cuadro agudo, un cuadro de cansancio persistente que se ha denominado síndrome de astenia postviral.

Los síntomas más habituales son:

  • Dolor de cabeza.
  • Fiebre.
  • Malestar general.
  • Dolores musculares y articulares generalizados.

¿Tiene alguno de estos síntomas?

Puede que tenga gripe

¿Cómo se previene la gripe?

Existe una vacuna contra el virus de la gripe, que se elabora anualmente con virus inactivados, en función del tipo o tipos de virus que fueron responsables de las epidemias del último invierno.

Con esta vacuna se consigue una protección entre el 50 y el 80 por ciento. Se debe administrar hacia el mes de septiembre, y es aconsejable en cualquier persona e indicada especialmente en personas mayores o enfermos crónicos, cardiacos, respiratorios, renales, etc.

Excepcionalmente, puede plantearse también hacer prevención con alguno de los fármacos antivirales que se utilizan en el tratamiento.

Los medicamentos antivirales funcionan mejor si se comienzan a tomar inmediatamente después de que la persona enferme (dentro de los dos días después del inicio de la enfermedad).

¿Cuáles son las complicaciones?

La más común es la neumonía gripal, así como las sobreinfecciones del tracto respiratorio por otros gérmenes, fundamentalmente bacterias.

Estas complicaciones son más frecuentes y severas en enfermos con alteraciones crónicas cardiacas, respiratorias, renales y otras.

En niños, especialmente si son tratados con aspirina, puede presentarse el síndrome de Reye, con afectación hepática y cerebral, que puede ser mortal.

¿Cómo se diagnostica la gripe?

El diagnóstico de la gripe se lleva a cabo mediante la historia clínica y la exploración física. No suele ser necesario realizar pruebas adicionales.

La gripe está causada por un grupo de virus llamados virus de la gripe o de la influenza, de los que existen tres tipos A, B, y C.

La mayor parte de las epidemias de gripe se deben al virus de la gripe tipo A, mientras que el tipo B produce epidemias menos extensas y enfermedad más leve, y el tipo C causa muy raramente enfermedad.

El virus de la gripe se transmite de persona a persona, habitualmente a través de las secreciones respiratorias, por la tos y el estornudo.

¿Cómo se trata la gripe?

En la mayor parte de los casos basta con un tratamiento sintomático de la fiebre, los dolores musculares y el dolor de cabeza, utilizando preferentemente paracetamol.

Es aconsejable el reposo relativo y una buena hidratación.

En los últimos años se han desarrollado algunos fármacos antivirales específicos para el virus de la gripe, primero amantadina y rimantadina, y, más recientemente, zanamivir y osetalmivir.

Aun cuando son fármacos eficaces en reducir la duración y la intensidad de los síntomas, sobre todo si se inicia el tratamiento rápidamente tras su inicio, no se ha demostrado hasta el momento que reduzcan las complicaciones serias de la gripe, por lo que hasta la fecha no se ha generalizado su uso.

Por el momento su indicación se restringe a aquellos casos en los que, por inmunosupresión u otras circunstancias, se prevea una mayor dificultad en la curación de la enfermedad.

¿Dónde lo tratamos?

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