Alergia en el hogar

Es muy común la presencia de elementos y sustancias que producen alergia en el hogar.

El diagnóstico se realiza mediante test cutáneos para conocer el agente desencadenante de la alergia y poder tomar medidas para prevenir el contacto con el mismo.

El tratamiento será sintomático y puede realizarse tratamiento con inmunoterapia (vacunas) que se han demostrado muy eficaces.

Medidas preventivas

La mejor manera de prevenir las alergias es evitar el contacto con el alergeno, pero el polvo doméstico está siempre presente, aún en las casas más limpias.

  • Mantenga su casa lo más limpia posible. Utilice un aspirador con filtro HEPA y mopas atrapapolvo.
  • Almacene todas las revistas, periódicos, peluches, etc. en el interior de armarios.
  • No utilice almohadas con plumas ni mantas de lana.
  • Utilice almohadas de poliéster y edredones o mantas lavables.
  • Utilice fundas de colchón y de almohadas anti-alérgicas.
  • Lave semanalmente la ropa de la cama a más de 60º C.
  • No ponga moquetas en casa, utilice alfombras lavables o deje los suelos sin cubrir.
  • Utilice cortinas o estores lavables.
  • Use el aire acondicionado para reducir los niveles de humedad de la casa.
  • Use un deshumificador.
  • Limpie regularmente las duchas y los baños con un limpiador que contenga lejía.
  • Evite las alfombrillas en los baños.
  • Trate de mantener secos los sótanos de casa. No desempeñe actividades que puedan exponerle al moho (no limpie acequias, no recoja hojas del suelo, etc.).
  • No tenga plantas de interior en la casa.
  • No deje entrar a los animales en los dormitorios de las personas alergicas.
  • A pesar de estas medidas, en ocasiones, es necesario empezar con un tratamiento farmacológico, siempre con el consejo de su médico.

Tratamiento farmacológico

Existen varios medicamentos que producen alivio de los síntomas alérgicos:

Antihistamínicos: los de primera generación tenían bastantes efectos secundarios, tales como somnolencia. Los antihistamínicos de segunda generación (astemizol, cetiricina y loratadina) son mucho más eficaces y tienen menos efectos secundarios.

Descongestionantes nasales: sprays nasales de cromoglicato sódico o antihistamínicos son beneficiosos para prevenir los síntomas. También existen sprays de corticoides (beclometasona) que deben ser manejados con cuidado pues producen efecto rebote entre otros resultados secundarios.

En aquellas ocasiones en las que el tratamiento anterior no es eficaz y se conoce la sustancia concreta que produce la alergia, se puede intentar la inmunoterapia (con vacunas antialérgicas).

¿Cuáles son las causas?

  • Polvo doméstico: es una mezcla de partículas casi invisibles que flotan en el aire y se depositan en todas las superficies expuestas. Contiene partículas que se originan en la ropa, sábanas, colchas, cortinas, libros, animales domésticos, insectos, caspa humana, etc.
  • Ácaros del polvo: son microorganismos de la familia de los arácnidos que viven sobre las almohadas y en el suelo de la habitación, alimentándose de las escamas o células muertas que se desprenden de la piel de las personas. Son los excrementos de estos ácaros los que causan la alergia.
  • Hongos o moho: son plantas microscópicas que crecen en lugares húmedos. Los hongos generan unas partículas microscópicas llamadas esporas, las cuales flotan en el aire y son inhaladas.

A diferencia de la fiebre del heno, que tiene un carácter estacional, este tipo de alergia está presente todo el año, por lo que la denominamos rinitis alérgica perenne. La predisposición a padecer esta enfermedad es, a menudo, hereditaria.