DICCIONARIO MÉDICO

Equimosis

¿Qué es la equimosis?

La equimosis es un término médico utilizado para describir una manifestación clínica caracterizada por la aparición de una mancha de coloración violácea, azulada o amarillenta en la piel o en los tejidos subcutáneos. Esta mancha es el resultado de la extravasación de sangre debido a una ruptura de los vasos sanguíneos pequeños, como los capilares, en la zona afectada.

La equimosis es comúnmente conocida como un "moretón" o "hematoma" y suele ocurrir después de un traumatismo o lesión en el área afectada. El mecanismo de formación de una equimosis implica la ruptura de los vasos sanguíneos y la consiguiente fuga de sangre hacia los tejidos circundantes.

Las equimosis pueden variar en tamaño, forma y coloración, y su apariencia puede cambiar a lo largo del tiempo a medida que la sangre se va degradando y reabsorbiendo. Al principio, la equimosis suele presentar un color rojo oscuro o violáceo, que luego puede cambiar a tonalidades azuladas, verdes y amarillentas a medida que los productos de degradación de la sangre se acumulan y se eliminan.

La aparición de una equimosis puede ser dolorosa y estar acompañada de otros síntomas, como inflamación localizada, sensibilidad o sensación de calor en el área afectada. Estos síntomas son el resultado de la respuesta inflamatoria que se produce como consecuencia del daño tisular y la liberación de mediadores químicos en la zona afectada.

La evaluación clínica de una equimosis generalmente implica la historia clínica del paciente, incluyendo la descripción del mecanismo de lesión o traumatismo, así como la exploración física de la zona afectada. En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas complementarias, como radiografías u otras técnicas de diagnóstico por imagen, para descartar lesiones subyacentes o complicaciones asociadas.

El tratamiento de una equimosis generalmente es conservador y se centra en medidas para aliviar los síntomas y promover la recuperación. Esto puede incluir la aplicación de frío local, como compresas frías, para reducir la inflamación y el dolor, así como la elevación de la zona afectada para mejorar el drenaje linfático y reducir la acumulación de líquidos.

En la mayoría de los casos, las equimosis tienden a desaparecer de forma espontánea a medida que el organismo reabsorbe y elimina la sangre acumulada. Sin embargo, en algunos casos particulares, como en equimosis extensas o recurrentes, puede ser necesario evaluar y tratar la causa subyacente, especialmente si se sospecha una alteración en la coagulación sanguínea o una enfermedad vascular.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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