Hepatopatía alcohólica

Diagnóstico y tratamiento de la hepatopatía alcohólica en la Clínica
El médico realiza el diagnóstico de la hepatopatía alcohólica basándose en la historia de consumo de alcohol, la exploración física, análisis hepáticos, ecografía abdominal y, en muchos casos, es necesaria la realización de una biopsia hepática para obtener el diagnóstico definitivo.
Muchos pacientes con daño hepático por alcohol, incluyendo a la esteatosis, tienen elevada en sangre una sustancia de origen hepático, la gamma-glutamil-transpeptidasa (GammaGT o GGT), que es el marcador bioquímico más precoz de consumo excesivo de alcohol.
El único tratamiento eficaz es el abandono del consumo de alcohol. Si existe dependencia alcohólica la suspensión del consumo precisa de ayuda psiquiátrica.
La supresión del consumo del alcohol permite la curación de la esteatosis y, en muchos casos, de la hepatitis alcohólica; cuando existe cirrosis, da lugar a una mejoría de la función hepática, aunque la cirrosis es irreversible.
Dependiendo del grado de deterioro de la función hepática, estos pacientes podrán llevar luego una vida normal o, por el contrario, precisar un trasplante hepático para evitar el fallecimiento a causa de complicaciones de la cirrosis.
La causa es el consumo excesivo de alcohol. En general se considera que un consumo superior a 80 gramos de alcohol al día en los varones y a 50 gramos en las mujeres es nocivo para el hígado y puede ser suficiente para que, con el paso del tiempo, aparezcan todas las enfermedades reseñadas en el apartado anterior.
La esteatosis es siempre asintomática.
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Dr. Jorge Quiroga Vila
La supresión del consumo del alcohol permite la curación de la esteatosis y, en muchos casos, de la hepatitis alcohólica; cuando existe cirrosis, da lugar a una mejoría de la función hepática, aunque la cirrosis es irreversible".
Saber más sobre la hepatopatía alcohólica
Se denomina hepatopatía alcohólica o etílica a la enfermedad hepática producida por el consumo excesivo de alcohol. No se trata de un único cuadro clínico, sino que pueden presentarse varias modalidades dependiendo de la cantidad de alcohol consumida, el tiempo durante el que se consuma y la susceptibilidad individual.
Hay tres grandes cuadros de enfermedad hepática producida por alcohol que, de menor a mayor, gravedad son: la esteatosis hepática alcohólica, la hepatitis alcohólica y la cirrosis etílica.
¿Cuáles son los síntomas más habituales?
- Cansancio
- Ictericia
- Ascitis
La esteatosis hepática etílica se produce por la ingestión excesiva de alcohol en un período que oscila entre semanas y, a veces, años. Consiste en un acúmulo de grasa en el hígado, a consecuencia de las alteraciones metabólicas que produce el alcohol. El paciente no tiene síntomas, frecuentemente cursa sin alteraciones analíticas y no afecta a la función hepática. Es reversible con el cese del consumo de alcohol. Algunos pacientes, aunque continúen consumiendo alcohol no desarrollan formas más graves de la enfermedad mientras que otros evolucionan hacia los otros dos cuadros.
La hepatitis alcohólica es un cuadro de evolución subaguda. Se considera que debe consumirse alcohol en cantidad excesiva al menos durante 5 años para llegar a desarrollar este cuadro. Es mucho más grave que la esteatosis. El paciente suele tener síntomas, existen alteraciones analíticas hepáticas y se afecta la función hepática. La gravedad es variable. Si cesa el consumo de alcohol, la enfermedad puede curarse, pero hay pacientes que fallecen y otros que pasan al tercer tipo de cuadro.
La cirrosis etílica consiste en la alteración de la estructura del hígado por los procesos de cicatrización (fibrosis) producidos en el hígado por efecto del consumo de alcohol, en general durante muchos años. Es irreversible. Aunque algunos pacientes están asintomáticos en las fases iniciales de la enfermedad, muchos tienen síntomas. Se producen alteraciones analíticas y se deteriora la función hepática. Muchos pacientes acaban falleciendo a consecuencia de la enfermedad.
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