Esofagitis eosinofílica

¿Qué es la esofagitis eosinofílica?

La esofagitis eosinofílica es una enfermedad que provoca una inflamación crónica del esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago.

Esta inflamación es causada por un aumento en el número de eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco, en la mucosa esofágica.

Los síntomas más comunes incluyen dificultad para tragar, dolor en el pecho, regurgitación, vómitos, acidez estomacal, pérdida de peso, anemia, tos crónica y dolor abdominal.

El diagnóstico se realiza mediante una combinación de evaluación de la historia clínica, pruebas de laboratorio para medir los niveles de eosinófilos y alergias alimentarias, y una endoscopia con biopsia para confirmar la presencia de eosinófilos en la mucosa esofágica.

¿Cuáles son los síntomas de la esofagitis eosinofílica?

La inflamación del esófago puede dificultar el paso de los alimentos, lo que lleva a dificultades para tragar, conocidas como disfagia. Esto puede ser especialmente problemático al tragar alimentos sólidos.

Dolor en el pecho
El dolor en el pecho es otro síntoma común de la esofagitis eosinofílica. A menudo, este dolor puede confundirse con el dolor de un ataque cardíaco, lo que hace que sea especialmente importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado.

Otros síntomas
Algunos de los síntomas adicionales de la esofagitis eosinofílica pueden incluir regurgitación, vómitos, acidez estomacal, pérdida de peso, anemia, tos crónica y dolor abdominal.

Los síntomas más habituales son:

  • Dificultad al tragar (disfagia).
  • Dolor en el pecho.
  • Acidez y regurgitación de alimentos.

¿Tiene alguno de estos síntomas?

Puede que presente una esofagitis eosinofílica

Causas de la esofagitis eosinofílica

Factores genéticos

Se cree que la esofagitis eosinofílica tiene un componente genético, lo que significa que las personas con antecedentes familiares de esta enfermedad tienen mayor riesgo de padecerla.

Alergias alimentarias

Las alergias alimentarias son una de las principales causas de la esofagitis eosinofílica. Algunos alimentos comunes que pueden provocar alergias incluyen leche, huevos, trigo, soja, nueces y mariscos.

Otras causas

También hay otras condiciones médicas y factores ambientales que pueden aumentar el riesgo de desarrollar esofagitis eosinofílica, como el reflujo gastroesofágico, el asma y las infecciones parasitarias.

Complicaciones

Si no se trata adecuadamente, la esofagitis eosinofílica puede llevar a complicaciones como estrechamiento del esófago, úlceras esofágicas, impactación alimentaria y, en casos raros, perforación esofágica.

Prevención de la esofagitis eosinofílica

Aunque no existe una prevención garantizada para la esofagitis eosinofílica, mantener una dieta saludable y evitar los alimentos que se sabe que provocan alergias puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.

¿Cómo se diagnostica la esofagitis eosinofílica?

El médico comenzará evaluando la historia clínica del paciente, preguntando acerca de los síntomas y antecedentes familiares de enfermedades similares.

Pueden realizarse pruebas de sangre para medir los niveles de eosinófilos y otros marcadores inflamatorios, así como pruebas cutáneas y sanguíneas para identificar posibles alergias alimentarias.

El diagnóstico definitivo de esofagitis eosinofílica se realiza mediante una endoscopia, en la que se inserta un tubo delgado con una cámara en el esófago. Durante la endoscopia, se toman muestras de tejido (biopsias) para examinar la presencia de eosinófilos y otras anormalidades.

¿Cómo se trata la esofagitis eosinofílica?

Cambios en la dieta

Uno de los pilares del tratamiento de la esofagitis eosinofílica es la modificación de la dieta para eliminar los alimentos que provocan alergias. Los pacientes pueden trabajar con un nutricionista para desarrollar un plan de alimentación adecuado.

Medicamentos

Los médicos pueden recetar medicamentos como corticosteroides, antihistamínicos y bloqueadores de ácido para reducir la inflamación y controlar los síntomas.

Terapia de dilatación

En casos más graves, cuando la inflamación ha provocado un estrechamiento del esófago, puede ser necesario realizar una terapia de dilatación. Esta consiste en ensanchar el esófago mediante un endoscopio equipado con un balón especial.

¿Dónde la tratamos?

EN NAVARRA Y MADRID

El Departamento de Digestivo
de la Clínica Universidad de Navarra

El Departamento de Digestivo de la Clínica Universidad de Navarra está compuesto por un equipo multidisciplinar de especialistas expertos en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del tracto digestivo.

Nuestro objetivo es que cada diagnóstico sea cuidadosamente establecido y el plan de tratamiento se ajuste a cada paciente.

Imagen de la fachada de consultas de la sede en Pamplona de la Clínica Universidad de Navarra

¿Por qué en la Clínica?

  • Especialistas médicos que son referencia a nivel nacional.
  • Equipo de enfermería especializado.
  • Unidad de Endoscopias y Unidad de Prevención y Consulta de Alto Riesgo de Tumores Digestivos para ofrecer el mejor cuidado a nuestros pacientes.

Nuestro equipo de profesionales

Preguntas frecuentes

La mejor dieta para la esofagitis eosinofílica es una dieta de eliminación, la cual implica evitar aquellos alimentos que puedan desencadenar o agravar los síntomas de esta enfermedad. Es importante tener en cuenta que cada persona puede reaccionar de manera diferente a ciertos alimentos, por lo que la dieta debe ser personalizada y adaptada a las necesidades específicas del paciente.

Para establecer la dieta adecuada, es fundamental trabajar con un médico y un nutricionista especializado en alergias alimentarias. Algunos de los alimentos más comunes que pueden ser causantes de esofagitis eosinofílica incluyen:

  • Lácteos: leche, queso, yogur y otros productos derivados de la leche.
  • Huevos.
  • Soja: productos de soja como tofu, leche de soja y otros alimentos que contengan soja.
  • Trigo: pan, pasta, cereales y otros alimentos que contengan gluten.
  • Frutos secos: almendras, nueces, cacahuetes, etc.
  • Mariscos: camarones, cangrejos, langostas y otros mariscos.
  • Pescado: especialmente aquellos con espinas.

Una vez identificados los alimentos desencadenantes, estos deberán ser eliminados de la dieta del paciente.

Posteriormente, se pueden reintroducir gradualmente bajo supervisión médica para determinar si el paciente ha desarrollado tolerancia a esos alimentos. Además, es fundamental asegurar una dieta equilibrada y nutritiva, que proporcione al paciente todos los nutrientes esenciales para mantener una buena salud.