Basalioma

Qué es un basalioma

El basalioma, también conocido como carcinoma basocelular, es el tipo de cáncer de piel más frecuente en la población. Este tumor cutáneo se origina en las células basales de la epidermis y se caracteriza por su crecimiento lento y bajo potencial metastásico. Sin embargo, puede causar daño local significativo si no se trata adecuadamente, especialmente cuando afecta zonas sensibles como la cara o la nariz.

El basalioma es un cáncer de piel no melanoma que, aunque no suele diseminarse a otros órganos, puede invadir los tejidos subyacentes y producir complicaciones estéticas y funcionales. Se forma a partir de la proliferación anómala de células basales, situadas en la capa más profunda de la epidermis.

Tipos de basalioma

Basalioma nodular: Es el tipo más común y se presenta como una lesión elevada, translúcida y con telangiectasias visibles.
Basalioma pigmentado: Caracterizado por su color oscuro, puede confundirse con un melanoma.
Basalioma superficial: Lesión plana, eritematosa, con bordes bien definidos, frecuentemente encontrada en el tronco.
Basalioma morfeaforme: Variante más agresiva con bordes mal definidos, puede invadir estructuras subyacentes.

Factores de riesgo para el desarrollo del basalioma

El basalioma está asociado a una combinación de factores genéticos y ambientales:

Exposición prolongada a la radiación ultravioleta: Es el principal factor de riesgo, especialmente en personas de piel clara.
Historial familiar de cáncer de piel: Predisposición genética.
Inmunosupresión: Pacientes trasplantados o con enfermedades que disminuyen la respuesta inmune.
Exposición a carcinógenos: Sustancias como arsénico pueden aumentar el riesgo.

Síntomas del basalioma

Los síntomas del basalioma varían según su tipo y localización, pero generalmente incluyen:

Lesión cutánea de crecimiento lento, de aspecto perlado o translúcido.
Presencia de telangiectasias en la superficie de la lesión.
Úlcera que no cicatriza, especialmente en zonas como la cara, nariz o cuello.
Dolor o sangrado en lesiones avanzadas.

Diagnóstico del basalioma

El diagnóstico se realiza mediante un examen clínico y confirmación histopatológica:

Dermatoscopia: Herramienta no invasiva que permite observar detalles específicos de la lesión.
Biopsia cutánea: Procedimiento esencial para confirmar el diagnóstico.
Imagenología: En casos avanzados, se pueden requerir estudios por imágenes para evaluar la extensión.

Tratamiento del basalioma

El tratamiento depende del tamaño, localización y tipo de basalioma, así como de las características del paciente:

Cirugía micrográfica de Mohs: Técnica quirúrgica con alta tasa de éxito y preservación de tejido sano.
Exéresis quirúrgica convencional: Utilizada en lesiones más simples.
Medicación antineoplásica tópica: Como imiquimod o fluorouracilo en casos superficiales.
Radioterapia: Alternativa en pacientes no aptos para cirugía.
Terapia fotodinámica: Útil para lesiones superficiales.

Quimioterapia para el basalioma avanzado

En casos raros donde el basalioma se presenta de manera metastásica o no puede extirparse quirúrgicamente, se emplean inhibidores de la vía Hedgehog, como el vismodegib.

Prevención del basalioma

La prevención se centra en minimizar la exposición a factores de riesgo:

Uso de protección solar: Aplicación regular de bloqueadores solares de amplio espectro.
Ropa protectora: Uso de sombreros y prendas de manga larga al exponerse al sol.
Autoexploración: Identificación temprana de lesiones sospechosas.
Visitas periódicas al dermatólogo: Especialmente en personas con antecedentes personales o familiares de cáncer de piel.