DICCIONARIO MÉDICO

Nevus

El término nevus hace referencia a una lesión benigna en la piel que está formada por un grupo de células llamadas melanocitos, que son las responsables de producir pigmento. Los nevos, conocidos comúnmente como lunares, pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y pueden variar en tamaño, forma y color. En la mayoría de los casos, los nevos son inofensivos, pero algunos tipos pueden convertirse en malignos y evolucionar a un melanoma, el tipo más grave de cáncer de piel. Por lo tanto, es importante monitorear los cambios en los nevos y consultar con un dermatólogo si se notan alteraciones.

Qué es nevus

Un nevus es una masa o lesión en la piel que se desarrolla cuando los melanocitos, las células que producen el pigmento de la piel, se agrupan en lugar de estar distribuidos uniformemente. Los nevos pueden ser de varios tipos, como los nevos comunes, los nevos atípicos o displásicos, y los nevos congénitos. Aunque la mayoría de los nevos son benignos, algunos pueden presentar características que los hacen más propensos a convertirse en melanoma, un tipo de cáncer de piel.

Los nevos pueden ser redondeados u ovalados, y su color varía desde el marrón claro hasta el negro. Su tamaño también varía, desde pequeños puntos hasta grandes manchas. Los nevos comunes no suelen causar dolor ni otros síntomas, pero cualquier cambio en su apariencia, como el aumento de tamaño, el cambio de color o el sangrado, puede ser una señal de que el nevo se ha vuelto maligno y debe ser evaluado por un dermatólogo.

Tipos de nevus

Existen diferentes tipos de nevos, que se clasifican según su forma, tamaño y características. Los más comunes incluyen:

  • Nevus común: El nevus común es el tipo más frecuente de lunar, con una forma redonda u ovalada y un color uniforme, generalmente marrón o negro. Estos nevos suelen ser pequeños y no presentan riesgo de cáncer de piel.
  • Nevus displásico (atípico): Los nevos displásicos son más grandes que los nevos comunes y tienen bordes irregulares y un color no uniforme. Aunque no siempre se vuelven cancerosos, las personas con múltiples nevos displásicos tienen un mayor riesgo de desarrollar melanoma.
  • Nevus congénito: Los nevos congénitos están presentes al nacer. Estos nevos pueden variar en tamaño y, en algunos casos, pueden tener un mayor riesgo de convertirse en melanoma, especialmente los de mayor tamaño.
  • Nevus melanocítico: Este tipo de nevus contiene una alta concentración de melanocitos, que son las células responsables del color de la piel. A menudo tiene un aspecto similar a un lunar común, pero puede ser más grande y tener un color más oscuro.

Causas de los nevos

La causa principal de los nevos es la acumulación de melanocitos en una zona específica de la piel. Esta acumulación puede ser el resultado de factores genéticos, exposición al sol o alteraciones hormonales. A continuación se describen las causas principales:

  • Genética: La predisposición genética juega un papel importante en la formación de nevos. Las personas con antecedentes familiares de nevos atípicos o melanoma tienen un mayor riesgo de desarrollar nevos de características similares.
  • Exposición al sol: La exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV) del sol es uno de los principales factores que contribuyen al desarrollo de nevos, especialmente nevos atípicos o displásicos. Las quemaduras solares frecuentes pueden aumentar la probabilidad de que se desarrollen nuevos nevos.
  • Cambios hormonales: Los cambios hormonales durante la adolescencia o el embarazo pueden promover el desarrollo de nuevos nevos, y pueden hacer que los nevos existentes cambien de tamaño o forma.
  • Edad: A medida que las personas envejecen, pueden desarrollar nuevos nevos o los nevos existentes pueden cambiar. Sin embargo, la aparición de nuevos nevos después de los 30 años puede ser motivo de preocupación y debe ser evaluada por un dermatólogo.

Nevus y melanoma

Aunque la mayoría de los nevos son benignos, algunos pueden evolucionar hacia un melanoma, que es un tipo de cáncer de piel. Los nevos atípicos, en particular, tienen un mayor riesgo de volverse malignos. Los factores de riesgo para desarrollar melanoma incluyen:

  • Antecedentes familiares de melanoma o nevos atípicos.
  • Exposición excesiva al sol sin protección.
  • Piel clara, que tiene menos protección contra los daños causados por los rayos UV.
  • Presencia de nevos atípicos o numerosos en la piel.

El melanoma se puede desarrollar en cualquier nevus, pero suele ser más común en aquellos que presentan características atípicas. Es esencial realizar chequeos regulares de la piel para detectar cualquier cambio en los nevos que pueda indicar la presencia de melanoma. La detección temprana es clave para un tratamiento efectivo.

Cuándo acudir al médico

Es fundamental acudir a un dermatólogo si se notan cambios en los nevos, como:

  • Cambio en el tamaño, forma o color de un nevus.
  • Presencia de nevos nuevos después de los 30 años.
  • Sangrado, picazón o dolor en un nevus.
  • Aparición de nevos con bordes irregulares o un color no uniforme.

Un dermatólogo puede realizar un examen físico de la piel y, si es necesario, una biopsia del nevus para determinar si hay signos de malignidad.

Precauciones y cuidados

Para prevenir la formación de nevos atípicos o reducir el riesgo de melanoma, se deben seguir ciertas precauciones:

  • Usar protector solar de amplio espectro con un FPS mínimo de 30.
  • Evitar la exposición al sol durante las horas pico de radiación, entre las 10 a.m. y las 4 p.m.
  • Evitar las camas de bronceado, ya que la radiación UV aumenta el riesgo de daño en la piel.
  • Realizar chequeos dermatológicos regulares para detectar cambios en los nevos.

Preguntas frecuentes sobre el nevus

¿Qué es un nevus y por qué se forma?

Un nevus es una lesión pigmentada en la piel formada por la acumulación de melanocitos. Los nevos pueden formarse por factores genéticos, exposición al sol y alteraciones hormonales, y generalmente son benignos, aunque algunos pueden evolucionar a melanoma.

¿Cómo saber si un nevus es maligno?

Un nevus maligno o melanoma puede presentar bordes irregulares, un color no uniforme, o cambios en su tamaño, forma o textura. Si un nevus cambia de manera notable o presenta síntomas como sangrado, dolor o picazón, es esencial consultar a un dermatólogo.

¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar melanoma?

Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de melanoma, exposición excesiva al sol sin protección, tener piel clara, y la presencia de nevos atípicos o numerosos.

¿Es necesario eliminar los nevus atípicos?

Los nevus atípicos deben ser monitoreados regularmente. En algunos casos, pueden ser eliminados si se considera que existe un alto riesgo de que se conviertan en melanoma.

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