Síndrome de ovario poliquístico (SOP)

"El síndrome de ovario poliquístico exige una evaluación rigurosa y un abordaje individualizado. El diagnóstico temprano y un plan terapéutico personalizado optimizan el control de los síntomas, la fertilidad y el pronóstico metabólico".

DR. ÁLVARO RUIZ ZAMBRANA
ESPECIALISTA. DEPARTAMENTO DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA

Qué es el síndrome de ovario poliquístico (SOP)

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un trastorno endocrino frecuente en mujeres en edad reproductiva. Se estima que afecta hasta a un 13% de esta población y que alrededor de un 70% de los casos pueden permanecer sin diagnosticar a nivel mundial. Es una condición crónica que no tiene cura definitiva, pero cuyo curso puede controlarse de forma eficaz con un diagnóstico precoz y un plan terapéutico individualizado.

El SOP se caracteriza por un desequilibrio hormonal en el que los ovarios producen niveles elevados de andrógenos (conocidas comunmente como "hormonas masculinas"). Aunque las mujeres generan andrógenos de manera natural, su exceso puede alterar el ciclo menstrual e impedir la ovulación de forma regular (anovulación), lo que constituye una de las causas más habituales de infertilidad anovulatoria.

El Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra ofrece una atención integral y personalizada para el SOP, basada en protocolos alineados con guías internacionales y en el trabajo multidisciplinar con Endocrinología y Nutrición, Dermatología, entre otras especialidades. Este enfoque coordinado permite un diagnóstico ágil, la selección del tratamiento más adecuado para cada paciente y un seguimiento estrecho orientado a mejorar la salud ginecológica, metabólica y reproductiva.

¿Cuáles son los síntomas del ovario poliquístico?

Los síntomas del síndrome del ovario poliquístico (SOP) suelen manifestarse al final de la adolescencia o en la primera mitad de la veintena. Es importante destacar que no todas las mujeres experimentan la totalidad de los síntomas, y su intensidad puede variar considerablemente de una persona a otra, desde manifestaciones leves a severas.

Ciclo menstrual

Las alteraciones del ciclo son el síntoma más frecuente: reglas irregulares o infrecuentes (oligomenorrea), e incluso ausencia de menstruación (amenorrea). Estas irregularidades reflejan una ovulación escasa o inexistente (anovulación) y pueden asociarse a dificultad para concebir. En algunas pacientes se observan episodios de sangrado más abundante o prolongado.

Hiperandrogenismo

El exceso de andrógenos se manifiesta sobre todo como hirsutismo (vello grueso en cara y/o cuerpo) y acné persistente más allá de la adolescencia. Con menor frecuencia aparece alopecia de patrón androgénico (adelgazamiento del cabello en coronilla y entradas). Puede coexistir piel grasa o seborrea.

Manifestaciones metabólicas asociadas

Son habituales la tendencia al aumento de peso y la acumulación de grasa abdominal, así como rasgos de resistencia a la insulina (p. ej., acantosis nigricans). En algunas pacientes se detectan prediabetes o diabetes tipo 2, dislipemia y otros factores de riesgo cardiometabólico.

Síntomas más habituales

  • Reglas irregulares o espaciadas y/o ausencia de menstruación.
  • Dificultad para quedarse embarazada por anovulación.
  • Hirsutismo (vello facial/corporal).
  • Acné persistente y piel grasa.
  • Caída de cabello de patrón androgénico.
  • Aumento de peso o dificultad para perderlo; grasa abdominal.
  • Manchas oscuras en cuello/axilas (acantosis nigricans).

Es importante destacar que no todas las mujeres experimentan la totalidad de los síntomas, y su intensidad puede variar considerablemente de una persona a otra, desde manifestaciones leves a severas. 

¿Tiene alguno de estos síntomas?

Si sospecha que padece alguno de los síntomas mencionados,
debe acudir para su diagnóstico a un especialista médico

¿Cuáles son sus causas del SOP?

La causa exacta del SOP es desconocida. La evidencia científica sugiere una interacción multifactorial entre predisposición genética y alteraciones metabólicas y hormonales que, combinadas, favorecen el desequilibrio androgénico y la disfunción ovulatoria.

Resistencia a la insulina e hiperinsulinemia

Muchas pacientes con SOP presentan resistencia a la insulina, situación en la que las células responden de forma insuficiente a esta hormona. El organismo compensa con hiperinsulinemia, que puede estimular el ovario a producir más andrógenos y alterar la ovulación. No está presente en todos los casos y también puede observarse en mujeres con normopeso, aunque el exceso de grasa abdominal puede agravarla.

Desequilibrios hormonales

Además del aumento de andrógenos (p. ej., testosterona), pueden existir alteraciones en la regulación neuroendocrina (como cambios en la LH y en su relación con la FSH) que dificultan la ovulación regular y la maduración folicular. Este desequilibrio contribuye a los síntomas cutáneos y a las irregularidades menstruales típicas del SOP.

Predisposición genética

El SOP suele agruparse en familias, lo que sugiere una base hereditaria de tipo poligénico. La genética no determina por sí sola el desarrollo del síndrome: su expresión depende de la interacción con factores metabólicos y ambientales.

Complicaciones asociadas

Es fundamental un seguimiento médico continuo para monitorizar y tratar de forma precoz las posibles complicaciones del síndrome de ovario poliquístico (SOP).

Fertilidad y anovulación crónica

La infertilidad anovulatoria es una complicación frecuente. Muchas mujeres reciben el diagnóstico de SOP al consultar por dificultad para concebir. Aunque el SOP dificulta el embarazo, no lo imposibilita: con un abordaje individualizado y los tratamientos actuales, las probabilidades de gestación son favorables.

Embarazo (riesgos obstétricos y plan de seguimiento)

En mujeres con SOP que logran embarazo, existe mayor probabilidad de determinadas complicaciones obstétricas (diabetes gestacional, hipertensión arterial y preeclampsia, abortos espontáneos y partos prematuros), especialmente si coexiste obesidad. Se recomienda optimización preconcepcional (peso, glucemia, presión arterial) y un plan de control estrecho durante la gestación.

La comunicación estrecha con el ginecólogo-obstetra permite ajustar el seguimiento y actuar de forma temprana ante cualquier incidencia.

Riesgo cardiometabólico

El SOP se asocia a un mayor riesgo de alteraciones metabólicas y cardiovasculares a lo largo de la vida. La resistencia a la insulina es un factor clave que puede conducir a hiperglucemia, prediabetes o diabetes tipo 2, además de dislipemia y otros factores de riesgo cardiometabólico.

Impacto psicológico

El SOP puede afectar de forma significativa la salud mental y el bienestar emocional. Manifestaciones visibles como hirsutismo, acné, caída de cabello o aumento de peso pueden repercutir en la autoestima y favorecer ansiedad o síntomas depresivos. La detección y el apoyo psicológico cuando se precisa forman parte de un abordaje integral.

¿Cómo se diagnostica el ovario poliquístico?

<p>Control del embarazo por ginec&oacute;logos y matronas expertos</p>

El diagnóstico del síndrome del ovario poliquístico (SOP) es un proceso clínico que no depende de una única prueba. Se basa en una evaluación exhaustiva que incluye su historial médico, un examen físico y diversas pruebas de laboratorio y de imagen para descartar otras afecciones con síntomas similares.

Debido a que los síntomas pueden variar mucho entre mujeres, los especialistas suelen confirmar el diagnóstico cuando se cumplen al menos dos de los tres criterios principales siguientes (siendo necesario que siempre esté presente el primer criterio), después de haber descartado otras posibles causas:

  1. Signos de un nivel elevado de andrógenos (hiperandrogenismo) detectados clínicamente y/o con análisis de sangre de hormonas androgénicas.
  2. Periodos menstruales irregulares o ausentes
  3. Ovarios de aspecto poliquístico en una ecografía: 

Una vez confirmado el diagnóstico, podrá ser tratada por su médico de cabecera o derivada a un especialista, como un ginecólogo o un endocrinólogo, para establecer un plan de manejo personalizado de sus síntomas y la prevención de riesgos a largo plazo.

¿Cómo se trata el síndrome de ovario poliquístico?

El plan terapéutico se diseña a medida para cada mujer, teniendo en cuenta sus síntomas específicos, su historial médico, otros problemas de salud y, si desea o no quedarse embarazada.

Plan de estilo de vida: nutrición, ejercicio físico

Un abordaje centrado en una alimentación saludable y el ejercicio físico regular puede reducir significativamente muchos de los síntomas

  • Nutrición y ejercicio físico: Se recomienda una dieta saludable y equilibrada, rica en frutas, verduras, alimentos integrales, carnes magras, pescado y pollo. Puede ser beneficioso consultar a un dietista para recibir asesoramiento nutricional específico
  • Pérdida de peso: En mujeres con sobrepeso u obesidad, incluso una pérdida de peso modesta (tan solo un 5%) puede generar una mejora significativa. Este cambio puede ayudar a regular el ciclo menstrual, mejorar los niveles de insulina y colesterol, y aliviar otros síntomas como el acné y el crecimiento excesivo de vello. Si es necesario, se pueden considerar medicamentos para la pérdida de peso.
  • Sueño y estrés: dormir bien y manejar el estrés mejora el eje hormonal.

Regulación del ciclo y control de síntomas

En mujeres que no desean quedarse embarazadas, la prioridad es regular el ciclo menstrual y aliviar los síntomas relacionados con el exceso de andrógenos, como el acné o el hirsutismo.

  • Anticonceptivos hormonales combinados (píldora, parche, anillo; estrógeno + progestina): ayudan a ordenar los periodos, reducir el vello no deseado y mejorar el acné. Además, aportan un beneficio importante a largo plazo: disminuyen el riesgo de cáncer de endometrio, elevado en mujeres con reglas muy irregulares.
  • Métodos solo con progestina (p. ej., DIU con levonorgestrel, implante, minipíldora): son opciones útiles cuando no se recomiendan estrógenos. Protegen el endometrio, pueden disminuir el sangrado y contribuyen al control de los síntomas.
  • Progestina intermitente: la toma cíclica de progestina (por ejemplo, cada 3–4 meses) induce una menstruación regular y reduce el riesgo de hiperplasia/cáncer endometrial en casos con periodos muy espaciados o ausentes.

La elección del método se realiza de forma individualizada, valorando historia clínica, preferencias y posibles contraindicaciones.

Manejo del hiperandrogenismo cutáneo

El exceso de andrógenos puede provocar hirsutismo (vello no deseado), acné y caída de cabello de patrón androgénico. El tratamiento suele ser combinado y progresivo, adaptado a los objetivos de cada paciente.

  • Medicamentos antiandrogénicos (p. ej., espironolactona): bloquean el efecto de los andrógenos y ayudan a controlar el hirsutismo, el acné y la alopecia androgénica. Suelen indicarse junto con anticonceptivos hormonales. No deben emplearse durante el embarazo y requieren supervisión médica. La respuesta suele apreciarse a los 3–6 meses.
  • Tratamientos tópicos y procedimientos:
    • Para vello facial: eflornitina en crema para ralentizar el crecimiento; puede combinarse con depilación láser o electrólisis (varias sesiones, mejores resultados si el hiperandrogenismo está controlado).
    • Para acné: retinoides tópicos, peróxido de benzoilo y, según el caso, antibióticos o tratamientos sistémicos bajo indicación médica.
    • Para caída de cabello: minoxidil tópico y abordaje específico en tricología; los resultados requieren constancia (3–6 meses).

Resistencia a la insulina: abordajes posibles

La resistencia a la insulina es frecuente en el SOP y contribuye al exceso de andrógenos y al riesgo cardiometabólico.

  • Medicamentos sensibilizadores: metformina mejora la sensibilidad a la insulina, puede reducir andrógenos, favorecer la ovulación y regular el ciclo. Se recomienda bajo supervisión médica, valorando tolerancia gastrointestinal, vitamina B12 a largo plazo y función renal.
  • Estilo de vida (pilar básico): alimentación saludable y actividad física regular mejoran la sensibilidad a la insulina y el control ponderal.
  • Otras opciones en casos seleccionados: agonistas del GLP-1 (cuando existe obesidad) y, si hay diabetes, iSGLT2, siempre individualizando indicaciones y seguridad.

Manejo del hiperandrogenismo cutáneo

El exceso de andrógenos puede provocar hirsutismo (vello no deseado), acné y caída de cabello de patrón androgénico. El tratamiento suele ser combinado y progresivo, adaptado a los objetivos de cada paciente.

  • Medicamentos antiandrogénicos (p. ej., espironolactona): bloquean el efecto de los andrógenos y ayudan a controlar el hirsutismo, el acné y la alopecia androgénica. Suelen indicarse junto con anticonceptivos hormonales. No deben emplearse durante el embarazo y requieren supervisión médica. La respuesta suele apreciarse a los 3–6 meses.
  • Tratamientos tópicos y procedimientos:
    • Para vello facial: eflornitina en crema para ralentizar el crecimiento; puede combinarse con depilación láser o electrólisis (varias sesiones, mejores resultados si el hiperandrogenismo está controlado).
    • Para acné: retinoides tópicos, peróxido de benzoilo y, según el caso, antibióticos o tratamientos sistémicos bajo indicación médica.
    • Para caída de cabello: minoxidil tópico y abordaje específico en tricología; los resultados requieren constancia (3–6 meses).

¿Dónde lo tratamos?

EN NAVARRA Y MADRID

El Departamento de Ginecología y Obstetricia
de la Clínica Universidad de Navarra

Cuidado integral que incluye un amplio rango de opciones de consulta y tratamientos que comprenden desde la revisión preventiva habitual hasta las más avanzadas opciones diagnósticas y de tratamiento de problemas obstétricos y ginecológicos en todas las edades.

El departamento ofrece también el control habitual del embarazo que incluye una diversidad de procedimientos diagnósticos y de cribado para identificar problemas potenciales del feto así como de su adecuado crecimiento y desarrollo.

Imagen de la fachada de consultas de la sede en Pamplona de la Clínica Universidad de Navarra

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