Enfermedad renal diabética
"Si tiene diabetes, proteger sus riñones empieza hoy: controle la glucosa y la tensión, y hágase revisiones periódicas. Detectarlo a tiempo cambia el pronóstico."
DR. JAVIER ESCALADA SAN MARTÍN
DIRECTOR. DEPARTAMENTO DE ENDOCRINOLOGÍA Y NUTRICIÓN

¿Qué es la enfermedad renal diabética o nefropatía diabética?
La enfermedad renal diabética (ERD) —también llamada nefropatía diabética cuando se confirma con biopsia— es un daño progresivo de los riñones causado por la diabetes y empeorado por la hipertensión arterial. Al principio no suele dar síntomas, por eso es importante revisarse periódicamente.
Se considera que hay ERD cuando aparece proteína en la orina (cociente albúmina/creatinina ≥ 30 mg/g) o cuando la función renal baja (eGFR < 60 ml/min/1,73 m²) durante más de 3 meses.
Aproximadamente el 40-50% de los pacientes con diabetes tipo 2 (DM2) desarrollarán enfermedad renal crónica (ERC), y este dato es importante porque la combinación de DM y ERC aumenta la mortalidad cardiovascular en un 50% (infarto, arritmias, insuficiencia cardiaca), por lo que cuidar el corazón es parte del tratamiento.
Para frenar la progresión, es clave controlar bien la glucosa y la presión arterial, seguir el cribado con análisis de orina y sangre que indique su especialista y, en diabetes tipo 2, valorar tratamientos protectores del riñón como los inhibidores SGLT2, siempre bajo indicación médica.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad renal diabética?
La enfermedad renal diabética suele avanzar de forma silenciosa: los síntomas aparecen poco a poco y, con frecuencia, en fases tardías cuando el daño ya es relevante.
En etapas iniciales puede notarse únicamente nicturia (levantarse a orinar varias veces por la noche). A medida que la función renal empeora y se acumulan productos de desecho en la sangre, empiezan a aparecer molestias generales y signos más llamativos.
Los signos en esta etapa avanzada reflejan esta acumulación de toxinas, incluyendo fatiga y debilidad general, náuseas, pérdida de apetito (anorexia) y, frecuentemente, hinchazón en piernas y tobillos. También puede sufrir picazón intensa (prurito) o problemas para dormir y concentrarse.
Los síntomas que debe vigilar son:
- Fatiga y debilidad general (a menudo relacionadas con anemia).
- Hinchazón (edemas) en pies y tobillos por retención de líquidos.
- Nicturia: necesidad de orinar varias veces durante la noche.
- Pérdida de apetito (anorexia), náuseas y vómitos por acumulación de residuos metabólicos.
- Picazón (prurito) cutáneo.
- Calambres y contracciones musculares.
- Somnolencia, dificultad para concentrarse o confusión (posible encefalopatía urémica).
¿Está diagnosticado de diabetes?
Recuerde que es importante realizar un seguimiento periódico de su función renal
¿Cuáles son las causas de la enfermedad renal diabética?
La causa principal de la enfermedad renal diabética es la hiperglucemia sostenida: los niveles altos de glucosa dañan los pequeños vasos sanguíneos y los filtros (glomérulos) del riñón. La diabetes mellitus es, de hecho, la primera causa de enfermedad renal crónica (ERC).
Con frecuencia se asocia a hipertensión arterial, que añade una “fuerza” extra sobre los vasos renales y acelera el deterioro de la función. Además del daño vascular directo, la ERC cursa con inflamación local y sistémica que impulsa su progresión.
La pérdida de nefronas obliga a las restantes a trabajar más, lo que mantiene la inflamación y el daño. Este estado inflamatorio es clave en la aceleración del deterioro renal.
¿Cuál es el pronóstico de esta enfermedad?
El pronóstico depende sobre todo de dos factores: el grado de función renal (filtrado glomerular estimado, eGFR/FGe) y el nivel y la persistencia de albuminuria (proteínas en la orina). A menor eGFR y mayor albuminuria, mayor riesgo renal y cardiovascular; de hecho, con FGe < 60 ml/min/1,73 m² el riesgo cardiovascular es muy alto.
Sin tratamiento, la nefropatía crónica puede ser mortal y, en fases avanzadas, las complicaciones cardíacas, vasculares o infecciosas son frecuentes. Cuanto mejor se controle la glucosa y la presión arterial, más lentamente suele avanzar la pérdida de función. Un manejo temprano e intensivo (control glucémico y tensional estricto, tratamiento de la dislipemia, dejar de fumar, ejercicio y dieta adecuada) busca frenar la progresión.
Si aun así la enfermedad progresa hasta insuficiencia renal terminal (estadio 5), las opciones son el tratamiento sustitutivo renal (diálisis) o, idealmente, el trasplante renal, que ofrece la mejor supervivencia y calidad de vida.
¿Cómo se diagnostica la nefropatía diabética?
 
La enfermedad renal diabética suele ser silenciosa al inicio, por eso el diagnóstico precoz es clave. Se apoya en dos pilares:
- Función renal (eGFR/FGe): análisis de sangre con creatinina; eGFR < 60 ml/min/1,73 m² mantenido ≥ 3 meses indica ERC.
- Daño del filtro renal (albuminuria): cociente albúmina/creatinina (CAC) en la primera orina de la mañana; se confirma con 2 resultados elevados en 3 muestras (en 3–6 meses).
Puede ser necesario realizar pruebas complementarias como una ecografía renal para ver tamaño/obstrucciones y, en casos seleccionados, biopsia renal.
Si tiene diabetes, hágase al menos una vez al año el cribado con eGFR y CAC. Detectarlo a tiempo permite frenar la progresión.
¿Cómo se trata la enfermedad renal diabética?
El abordaje actual es multifactorial y combina control glucémico, medidas de soporte generales y nuevas terapias de la última década que han supuesto una revolución por el beneficio renal y cardiovascular significativo demostrado.
Estilo de vida
Un estilo de vida saludable es la base para prevenir y frenar la progresión de la enfermedad renal diabética. Debe adaptarse a su situación clínica y capacidad física.
- Actividad física y peso: Evite por completo el tabaco (fumar acelera el daño renal). Realice actividad física moderada al menos 150 min/semana (o según su tolerancia) y reduzca el sedentarismo. Si tiene sobrepeso u obesidad, la pérdida de peso ayuda a proteger riñón y corazón.
- Dieta: Siga una alimentación saludable y variada, con mayor presencia de alimentos de origen vegetal y menor de ultraprocesados. Consulte con un dietista renal para ajustar sodio, potasio, fósforo y proteínas según su caso.
- Ingesta de sodio: Limite el sodio < 2 g/día (equivale a < 5 g/día de sal). Esta medida reduce la retención de líquidos, facilita el control de la presión arterial y potencia el efecto de los fármacos nefroprotectores.
Control de la glucemia
Como la diabetes es una de las causas más frecuentes de la ERC, mantener el azúcar en sangre bien controlado ayuda a frenar el deterioro renal. El plan debe individualizarse con su especialista.
- Objetivo (HbA1c): en diabetes de corta evolución y buena expectativa de vida, suele recomendarse HbA1c < 7%. En diabetes de larga evolución, fragilidad o alto riesgo de hipoglucemia, el objetivo se individualiza.
- Fármacos clave en DM2 + ERC:
 · iSGLT2: recomendados si el eGFR ≥ 20 ml/min/1,73 m² (efecto cardiorrenoprotector).
 · Metformina: valorar si eGFR ≥ 30, con ajuste de dosis según función renal.
 · Agonistas del receptor GLP-1 (acción prolongada): si no se alcanzan objetivos pese a metformina e iSGLT2, priorizando los de beneficio cardiovascular documentado.
- Evitar hipoglucemias: revise dosis (especialmente insulina y sulfonilureas) y considere monitorización glucémica. Controles de HbA1c cada 3–6 meses y educación terapéutica.
Control de la presión arterial (hipertensión)
La hipertensión es un factor clave de progresión de la ERC. El tratamiento persigue tres objetivos: bajar la presión arterial, reducir el riesgo cardiovascular y enlentecer la progresión de la enfermedad.
- Objetivo de PA: en adultos con PA elevada y ERC, se sugiere una PAS < 120 mmHg cuando se tolere.
- Si hay albuminuria moderada o grave (CAC ≥ 300 mg/g), se recomiendan cifras más cercanas a 130/80 mmHg.
- Fármacos de elección (bloqueo SRAA): IECA o ARA-II como primera línea. Indicados en ERC con albuminuria moderada-grave, con o sin diabetes; pueden reducir la velocidad del deterioro renal.
Control del colesterol (dislipemia)
La dislipemia acelera el deterioro de la función renal y aumenta el riesgo cardiovascular. En ERC con FGe < 60 ml/min/1,73 m² se considera muy alto riesgo, por lo que el manejo debe ser proactivo.
- Tratamiento farmacológico: en adultos ≥ 50 años con FGe < 60 (estadios G3a–G5) no en diálisis ni trasplante, se recomienda estatinas o estatina/ezetimiba para reducir eventos cardiovasculares.
- Objetivo terapéutico: las guías (KDIGO) priorizan la terapia basada en estatinas según riesgo más que perseguir una cifra estricta de LDL.
- Dieta: patrón mediterráneo de base vegetal; limitar calorías de grasas a ≤ 30% y de grasas saturadas ≤ 10%, y colesterol dietético ≤ 300 mg/día. Reducir ultraprocesados y azúcares añadidos.
Tratamiento farmacológico
- IECA o ARA-II (bloqueo SRAA): primera línea si hay albuminuria; usar dosis máxima tolerada. Vigilar creatinina y potasio.
- SGLT2i (p. ej., empagliflozina/dapagliflozina): añadir si no hay contraindicaciones (en general con eGFR ≥ 20). Beneficio cardiorrenal.
- Agonistas GLP-1 (acción prolongada): reducir albuminuria, enlentecer caída de eGFR y beneficio CV. Considerar si no se logran objetivos pese a metformina + SGLT2i.
- Finerenona (antagonista no esteroideo del receptor mineralocorticoide): para albuminuria persistente pese a IECA/ARA-II (± SGLT2i).
¿Dónde lo tratamos?
EN NAVARRA Y MADRID
El Servicio de Nefrología
de la Clínica Universidad de Navarra
El Servicio de Nefrología de la Clínica Universidad de Navarra cuenta con una experiencia de más de cinco décadas, tanto en el diagnóstico y tratamiento de todas las patologías del riñón como en el trasplante de este órgano.
Nuestros especialistas han completado su formación en centros de referencia nacional e internacional.
Contamos con las mejores instalaciones en la Unidad de Diálisis para ofrecer una atención de máxima calidad a nuestros pacientes.
Enfermedades que tratamos
- Edemas y medio interno
- Enfermedad renal crónica
- Estudios de la función renal
- Glomerulonefritis
- Hipertensión arterial
- Insuficiencia renal aguda
- Uso de diuréticos

¿Por qué en la Clínica?
- Referencia a nivel nacional en el trasplante renal, pioneros en el trasplante renal de donante vivo.
- Enfermería especializada para el cuidado y seguimiento de nuestros pacientes.
- Programa de prevención del daño cardiovascular y renal.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
