Cuidados en casa:
alergia al epitelio de animales (mascotas)

La alergia al epitelio de animales se produce cuando su sistema inmunitario reacciona a proteínas presentes en la caspa (descamación de la piel), saliva y orina de las mascotas. Estos alérgenos son muy pequeños y persistentes: se adhieren a ropa, tapicerías y superficies, y pueden permanecer en suspensión en interiores durante largos periodos, incluso sin que haya una mascota presente. Por ello, la exposición es frecuente en hogares, escuelas y lugares de trabajo.

Mantener cuidados específicos no solo reduce los síntomas de rinitis (estornudos, congestión), conjuntivitis (picor, lagrimeo) y dermatitis, sino que también previene exacerbaciones de asma, mejora el descanso nocturno y la calidad de vida, y disminuye visitas a urgencias y uso de medicación de rescate.

Sin medidas, la exposición crónica puede favorecer inflamación persistente, infecciones respiratorias de repetición, baja productividad y ausencias escolares/laborales.

Aunque no existen razas 100 % “hipoalergénicas”, un plan de reducción de exposición, tratamiento bien pautado y, en casos seleccionados, inmunoterapia, permite a muchas personas mantener la alergia bajo control.

Preparar el hogar: reducir la exposición a alérgenos

La medida de tratamiento más eficaz para controlar la alergia a las mascotas es evitar la exposición a los animales que la causan tanto como sea posible

Al minimizar la exposición, es esperable que las reacciones alérgicas sean menos frecuentes o menos intensas. Aunque eliminar por completo la exposición resulta difícil o imposible —incluso si no convive con una mascota—, introducir cambios en el hogar puede reducir de forma significativa la presencia de alérgenos.

Los alérgenos de las mascotas, principalmente la caspa, son partículas microscópicas que pueden permanecer suspendidas en el aire durante largos periodos y adherirse con facilidad a los muebles tapizados, la ropa de cama y la ropa personal.

Si decide conservar su mascota, los siguientes consejos pueden ayudarle a minimizar los alérgenos en su hogar.

Convertir el dormitorio en una zona libre de mascota es esencial para reducir los niveles de alérgenos en esa estancia. Si es posible, sustituya las alfombras por superficies de fácil limpieza.

  • Cerrar el acceso: la medida más eficaz. Mantener a la mascota fuera del dormitorio es una de las recomendaciones principales para disminuir la exposición a sus alérgenos. Al establecer esta habitación como zona prohibida, descienden de forma notable los alérgenos acumulados en un lugar donde pasa muchas horas, especialmente durante el sueño. La mascota no debe entrar en el dormitorio del paciente alérgico y, en ningún caso, dormir en él.
  • Fundas y textiles lavables. Utilice fundas antiácaros e impermeables a alérgenos para colchón y almohadas; son clave porque resulta difícil lavar y eliminar por completo los alérgenos de la ropa de cama. Lave sábanas y mantas con agua caliente (>50 °C), al menos una vez por semana. Cuando sea posible, renueve almohadas y mantas.

Una limpieza minuciosa y regular es clave para controlar la dispersión de alérgenos.

  • Aspiradora con filtro HEPA (frecuencia y técnica). Use una aspiradora con filtro de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA) o filtro de agua para reducir la caspa que se levanta durante la limpieza. Aspirar a fondo la vivienda una vez por semana, poniendo especial atención en colchones, almohadas, tapicerías y cortinas. El dormitorio del paciente conviene aspirarlo a diario.
  • Fregado húmedo frente a escoba/aire comprimido. Para suelos y superficies, prefiera paño o bayeta húmeda en lugar de métodos secos como barrer o usar aire comprimido. La limpieza en húmedo atrapa los alérgenos y evita que se dispersen al aire.
  • Lavado de textiles (temperatura, frecuencia, cortinas/alfombras). Lave la ropa de cama (sábanas, mantas) semanalmente a >50 °C. También conviene lavar la ropa en contacto con los animales y la que ha estado guardada antes de usarla. Las camas o cojines de la mascota deben lavarse con regularidad. Las cortinas y alfombras actúan como reservorios de alérgenos; límpielas con frecuencia y, si es posible, sustitúyalas por opciones de fácil limpieza.

Una limpieza minuciosa y regular es clave para controlar la dispersión de alérgenos.

  • Aspiradora con filtro HEPA (frecuencia y técnica). Use una aspiradora con filtro de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA) o filtro de agua para reducir la caspa que se levanta durante la limpieza. Aspirar a fondo la vivienda una vez por semana, poniendo especial atención en colchones, almohadas, tapicerías y cortinas. El dormitorio del paciente conviene aspirarlo a diario.
  • Fregado húmedo frente a escoba/aire comprimido. Para suelos y superficies, prefiera paño o bayeta húmeda en lugar de métodos secos como barrer o usar aire comprimido. La limpieza en húmedo atrapa los alérgenos y evita que se dispersen al aire.
  • Lavado de textiles (temperatura, frecuencia, cortinas/alfombras). Lave la ropa de cama (sábanas, mantas) semanalmente a >50 °C. También conviene lavar la ropa en contacto con los animales y la que ha estado guardada antes de usarla. Las camas o cojines de la mascota deben lavarse con regularidad. Las cortinas y alfombras actúan como reservorios de alérgenos; límpielas con frecuencia y, si es posible, sustitúyalas por opciones de fácil limpieza.

La elección de muebles y superficies adecuadas puede disminuir de forma notable la acumulación de alérgenos.

  • Minimizar alfombras, tapicerías gruesas y peluches. Procure retirar alfombras y mobiliario que atrape caspa, evitando alfombras de pared a pared, muebles tapizados, cortinas y persianas horizontales. En el dormitorio, elimine objetos que acumulen polvo, como peluches.
  • Opciones de fácil limpieza (suelos lisos y tapicerías no textiles). Siempre que sea posible, sustituya las alfombras por suelos de cerámica, madera, linóleo o vinilo, que no albergan alérgenos con tanta facilidad. Reemplace los muebles tapizados por piezas de cuero o materiales sintéticos, más fáciles de limpiar y menos propensas a acumular alérgenos.

Si decide mantener a la mascota, es fundamental organizar el hogar para limitar su presencia en las zonas clave.

  • Zonas permitidas y restringidas para la mascota. Establezca una zona libre de mascota, que debe ser, como mínimo, el dormitorio de la persona alérgica. Mantener a la mascota fuera de esta estancia reduce de forma significativa la exposición a alérgenos durante las horas de descanso.
  • Barreras físicas y organización del hogar. La medida más directa es cerrar las puertas de las habitaciones restringidas para impedir el acceso del animal. Además, puede reorganizar el mobiliario para trasladar muebles tapizados del dormitorio a otras áreas de la vivienda. Limite el espacio de la mascota a zonas con superficies de fácil limpieza, lo que facilita el control de los alérgenos.
La imagen muestra al Dr. Gabriel Gastaminza Lasarte, Director del Departamento de Alergología e Inmunología Clínica. Dedicación preferencial al estudio y tratamiento del asma, patología respiratoria ocupacional y dermatitis atópica y de contacto.

“Si la alergia está confirmada por pruebas y persisten molestias pese a buen control en casa, se puede valorar la inmunoterapia. El beneficio es progresivo (meses) y el plan suele durar 3–5 años.”

Dr. Gabriel Gastaminza,
especialista en Alergología de la Clínica Universidad de Navarra

Convivir con la mascota si no es posible la separación

Icono higiene gato Higiene de la mascota

  • Baños y limpiezas con productos recomendados. Bañar a la mascota con frecuencia, al menos una vez por semana, es una medida clave para reducir la caspa que desprende. Existen productos comerciales específicos, disponibles en tiendas de animales y clínicas veterinarias, formulados para aplicarse sobre el animal y disminuir la carga de alérgenos. Para mayor seguridad y eficacia, conviene que esta tarea la realice un familiar o amigo sin alergias.
  • Cepillado fuera de casa y quién debe hacerlo. El cepillado lo lleve a cabo una persona no alérgica. Siempre que sea posible, debe realizarse fuera de la vivienda para limitar la dispersión de pelo y caspa en el interior y mantener bajo control la exposición en el hogar.

Icono corte pelo perro Manejo del pelo, caspa y objetos

  • Las camas y cojines de la mascota deben lavarse con regularidad para eliminar alérgenos acumulados. Aunque las fuentes no concretan la frecuencia para juguetes, rascadores y mantas, se aplica la misma lógica: limpieza periódica y renovación cuando no sea posible higienizarlos adecuadamente, con el fin de reducir la carga alergénica del hogar.
  • Cajas de arena, jaulas y acuarios, cuando toque limpiar la perrera, caja de arena o jaula, pida a un familiar o amigo sin alergias que realice la tarea. En roedores y otras mascotas, los alérgenos están en pelo, caspa, saliva y orina; además, el polvo de la arena o el aserrín puede dispersar alérgenos en el aire, por lo que la persona alérgica no debe encargarse de estas limpieza. Sitúe jaulas y cajas de arena fuera de esta zona libre de mascota.

Icono caseta animales Reducir la dispersión de alérgenos

  • Después de interactuar: Si sospecha alergia a una mascota, lávese las manos de inmediato tras tocarla. Esta acción reduce la transferencia de alérgenos a la cara, especialmente a ojos y nariz, y disminuye la exposición directa. Asimismo, conviene lavar la ropa que haya estado en contacto con los animales para eliminar los alérgenos adheridos.
  • Evitar que la mascota suba a sofás y camas: Es fundamental mantener a las mascotas alejadas de los muebles tapizados, la caspa es muy pequeña, puede permanecer en el aire durante largos periodos y adherirse con facilidad a tapicerías y ropa de cama. Idealmente, sustituya los muebles que atraen la caspa; si no es posible, impida que la mascota suba a ellos para reducir la exposición.

Señales de alarma: cuándo acudir al especialista

  • Diferenciar resfriado de alergia. Si el moqueo, estornudos u otros síntomas persisten más de 2 semanas, es probable que sea una alergia. Consulte a su médico de familia; puede derivarle a Alergología para la realización de pruebas.
  • Empeoramiento respiratorio. Busque atención de urgencia si aparecen o progresan sibilancias, disnea u opresión torácica, o si le falta el aire con esfuerzos mínimos. La alergia a mascotas puede desencadenar o agravar el asma, con tos nocturna, silbidos al exhalar y dificultad para dormir.
  • Síntomas que no responden. Consulte si los síntomas son intensos (nariz muy obstruida, insomnio por congestión/tos) o no mejoran tras medidas de evitación y tratamiento inicial. Si las medidas preventivas y la medicación no consigue controlarlos, se puede valorar el tratamiento con inmunoterapia.
  • Infecciones y complicaciones. La inflamación crónica de la mucosa nasal puede obstruir los senos paranasales y favorecer sinusitis de repetición. En contextos de rinitis alérgica persistente pueden presentarse otitis y otras complicaciones que requieren valoración.

Ante síntomas persistentes, agravamiento respiratorio o complicaciones infecciosas, no demore la consulta: una evaluación especializada permite ajustar el tratamiento y reducir riesgos.

Icono cuestionario ¿Quiere repasar lo aprendido sobre los cuidados de la alergia al epitelio de mascotas?