DICCIONARIO MÉDICO

Camptocormia

¿Qué es la camptocormia?

La camptocormia, también conocida como síndrome de la columna en flexión, es una alteración postural caracterizada por un encorvamiento anormal del tronco en dirección anterior, que aparece en bipedestación o durante la marcha y se reduce o desaparece completamente en decúbito. Esta curvatura excesiva, que afecta fundamentalmente a la columna vertebral toracolumbar, suele asociarse a patologías neurológicas o musculares, especialmente enfermedades del movimiento como la enfermedad de Parkinson.

El término camptocormia proviene del griego "kamptos" (curvado) y "kormos" (tronco), y describe con precisión el fenómeno de flexión exagerada del eje corporal. Se trata de una entidad clínica compleja cuya etiología, fisiopatología y abordaje diagnóstico requieren un enfoque multidisciplinar que incluya neurología, reumatología, rehabilitación y medicina interna.

Características clínicas de la camptocormia

Desde el punto de vista clínico, la camptocormia se manifiesta como una curvatura progresiva de la columna vertebral hacia adelante, que puede alcanzar ángulos superiores a 45 grados. Esta deformidad es flexible, no estructural, y no está presente en posición supina. El paciente suele referir fatiga muscular lumbar, sensación de inestabilidad postural y dificultad para mantener la postura erguida.

Hallazgos físicos comunes

  • Flexión anterior del tronco acentuada en posición de pie y durante la marcha.
  • Resolución parcial o completa al adoptar posición en decúbito.
  • Hiperlordosis cervical compensatoria.
  • Rigidez axial y debilidad muscular paravertebral.

Etiología y causas de la camptocormia

Las causas de la camptocormia son múltiples y pueden dividirse en tres grandes grupos etiológicos: neurológicas, musculares y funcionales o psicógenas. Dentro de las primeras, la enfermedad de Parkinson es la causa más prevalente, aunque también puede aparecer en otras parkinsonismos atípicos o enfermedades del sistema nervioso central.

Causas neurológicas

  • Enfermedad de Parkinson: trastorno neurodegenerativo con afectación de los músculos extensores paravertebrales.
  • Parálisis supranuclear progresiva: curso más rápido y peor respuesta al tratamiento.
  • Accidentes cerebrovasculares: lesión focal con desbalance muscular axial.

Causas miopáticas

  • Distrofias musculares: como la distrofia facioescapulohumeral o la distrofia de cinturas.
  • Miositis inflamatoria: especialmente polimiositis y dermatomiositis con debilidad de músculos extensores espinales.
  • Miopatía mitocondrial: puede presentarse con encorvamiento de columna como síntoma inicial.

Causas funcionales o psicógenas

  • Trastornos somatomorfos: incluidos en el espectro conversivo.
  • Histeria de conversión: más frecuente en mujeres jóvenes, reversible.

Mecanismos fisiopatológicos

La camptocormia se produce por un desequilibrio entre los músculos extensores y flexores del tronco, en el que predomina la debilidad o fatiga de los primeros. En enfermedades neurológicas como el Parkinson, este desbalance es resultado de alteraciones en la activación motora axial, rigidez y disfunción de la vía dopaminérgica.

En las miopatías, la curvatura de la columna vertebral deriva directamente de la pérdida de fuerza muscular estructural, mientras que en las formas funcionales la hipótesis más aceptada es una disociación entre el control motor voluntario y los sistemas posturales reflejos.

Diagnóstico de la camptocormia

El diagnóstico de camptocormia es clínico y se basa en la observación de la postura y su reversibilidad. Sin embargo, es fundamental descartar causas estructurales como escoliosis o cifosis fijas mediante estudios de imagen y completar la evaluación con pruebas funcionales y neurológicas.

Pruebas complementarias útiles

  • Resonancia magnética: para evaluar lesiones medulares o musculares.
  • Electromiografía: detecta signos de miopatía en músculos paravertebrales.
  • Estudios de marcha y postura: valoran el impacto funcional del encorvamiento de la columna.

Tratamiento de la camptocormia

El tratamiento de la camptocormia debe individualizarse según la causa subyacente. En pacientes con enfermedad de Parkinson, puede indicarse ajuste de la terapia dopaminérgica, toxina botulínica o incluso estimulación cerebral profunda. En formas miopáticas, se dirige a tratar la enfermedad muscular de base, mientras que en trastornos funcionales se requiere intervención psicoterapéutica especializada.

Estrategias terapéuticas más utilizadas

  1. Rehabilitación física: programas de fortalecimiento muscular axial y reeducación postural.
  2. Ortesis dorsolumbares: ayudan a mantener la postura erguida durante la marcha.
  3. Toxina botulínica: en casos seleccionados con contracturas de los músculos flexores abdominales.
  4. Estimulación cerebral profunda: en pacientes con enfermedad de Parkinson y camptocormia refractaria.

Pronóstico y evolución clínica

El curso clínico de la camptocormia varía según la etiología. En formas neurológicas, puede progresar pese al tratamiento y conlleva una marcada alteración de la calidad de vida. Las formas musculares tienen un pronóstico relacionado con la enfermedad primaria, mientras que las formas funcionales suelen tener mejor evolución si se identifican y abordan precozmente.

La curvatura de la columna vertebral afecta no solo la biomecánica del cuerpo, sino también el equilibrio, la capacidad de realizar actividades básicas, y puede estar asociada a dolor, contracturas y complicaciones osteomusculares secundarias.

Importancia del abordaje multidisciplinar

Dada la complejidad de la camptocormia, su manejo requiere una valoración conjunta por parte de diferentes especialidades médicas. El neurólogo, el fisioterapeuta, el rehabilitador, el psiquiatra y, en algunos casos, el cirujano ortopédico deben colaborar para establecer el diagnóstico etiológico, planificar el tratamiento y valorar la respuesta terapéutica.

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