Más de 250 tratamientos con HIFU en la Clínica Universidad de Navarra

De ellos, 92 son pacientes de Parkinson. Si se dirige al subtálamo, la técnica HIFU reduce no sólo el temblor, sino también la rigidez y la torpeza propias de la enfermedad de Parkinson

Equipo de profesionales de Neurología y Neurocirugía de la Clínica Universidad de Navarra.

11 de abril de 2022

La Clínica Universidad de Navarra cuenta 254 intervenciones con HIFU hasta hoy, de los que 92 son pacientes de Parkinson.

La técnica de ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU) puede dirigirse a la zona del cerebro del subtálamo para tratar no sólo el temblor, sino también la rigidez y la torpeza que se manifiesta en los pacientes con enfermedad de Parkinson.

El HIFU concentra mil fuentes de ultrasonidos de alta intensidad en un núcleo señalado por el neurocirujano. A través de esa energía proporcionada por los ultrasonidos, se produce una termocoagulación -una lesión- disminuyendo el número de neuronas alteradas. Así, se consigue mejorar el temblor o los demás signos que el paciente pueda tener.

La reducción del temblor ha sido el principal uso del HIFU, por lo que su aplicación se ha centrado en el tálamo, zona del cerebro donde se trata el temblor de cualquier naturaleza, sobre todo el esencial y el de la enfermedad de Parkinson. A los seis meses del tratamiento, más del 80% de pacientes ya no presentan temblor. Sin embargo, la Clínica ha comenzado a extender su objetivo hacia el subtálamo, una parte del cerebro vinculada con la agilidad del movimiento corporal y que cuenta con gran multitud de conexiones con otras regiones cerebrales.

El núcleo clave en los problemas de la enfermedad de Parkinson es el núcleo subtalámico, no el tálamo, ya que su disfunción es responsable no solo del temblor, sino también de la rigidez y la torpeza de esta enfermedad”, señala la Dra. María Cruz Rodríguez Oroz, directora del Departamento de Neurología de la Clínica y del Programa de Neurociencias del Cima.

“Empezamos a aplicar los ultrasonidos en el subtálamo hace un par de años para mejorar todos los signos motores de la enfermedad en pacientes que, además del temblor, presentan una torpeza y rigidez importantes que afectan a su calidad de vida”, añade la especialista. 

Los beneficios del HIFU se notan de inmediato en el paciente

El neurocirujano que domina la técnica va comprobando en el momento el beneficio que está obteniendo. El Dr. Jorge Guridi, director del Servicio de Neurocirugía, explica que “según el tipo de paciente, vamos a poder ofrecerle una diana terapéutica u otra, siempre en la medida de sus necesidades”. El especialista aclara que “a día de hoy el tratamiento sigue siendo unilateral. Parece que dentro de poco, si los resultados de algunos estudios sobre el tratamiento en el tálamo, que solamente mejora el temblor, son positivos, se podría hacer el tratamiento bilateral”.

La enfermedad de Parkinson es impredecible, pero se puede tratar

La causa de la Enfermedad de Parkinson es desconocida. Aparece cuando las neuronas del cerebro encargadas de producir dopamina empiezan a degenerar y morir de manera espontánea y sin causa aparente. “En algunos pocos pacientes se considera una combinación entre una predisposición genética y determinados factores ambientales, pero los mecanismos últimos de degeneración continúan siendo desconocidos”, incide la Dra. Rodríguez Oroz. Por tanto, no se puede prevenir ni evitar su avance, pero sí existen tratamientos para el alivio de los síntomas.

Los especialistas cuentan con dos tipos de tratamientos: farmacológicos y no-farmacológicos. Los farmacológicos van dirigidos a reponer esa concentración de dopamina que se ha reducido, pero si no son eficaces se procede a los no-farmacológicos, es decir, quirúrgicos y de ultrasonidos. “A veces los fármacos no consiguen un control adecuado de la enfermedad en los pacientes bien porque han pasado muchos años de enfermedad y la pérdida de dopamina ya es muy marcada o bien porque hay algún signo de la enfermedad que no acaba de mejorar con estos tratamientos dopaminérgicos, habitualmente, el temblor”, explica la doctora. “Entonces, se procede a los tratamientos de segunda línea como el tratamiento quirúrgico y el tratamiento con ultrasonidos”, añade.

El tratamiento quirúrgico consiste en insertar electrodos en dos áreas del cerebro que, a través del paso de una corriente eléctrica, mejoran de una manera mantenida los signos de enfermedad. Sin embargo, el tratamiento con ultrasonidos focalizados de alta intensidad guiados por resonancia magnética (HIFU) utiliza esa energía focalizada para producir una lesión que disminuye el número de neuronas alteradas y que, por tanto, mejora el temblor y los demás signos que el paciente pueda tener sin necesidad de intervención quirúrgica.