DICCIONARIO MÉDICO

Visión escotópica

¿Qué es la visión escotópica?

La visión escotópica, también conocida como visión nocturna o crepuscular, es la capacidad del sistema visual humano de adaptarse y funcionar en condiciones de baja luminosidad. Esta forma de visión es esencial para la percepción y el reconocimiento de objetos y estímulos en entornos oscuros o con luz insuficiente, como durante la noche o en áreas con sombras. La visión escotópica se basa en el funcionamiento de los fotorreceptores retinianos llamados bastones, que son altamente sensibles a la luz y permiten la detección de niveles bajos de iluminación.

Los bastones, a diferencia de los conos, que son responsables de la visión fotópica o diurna y de la percepción del color, no discriminan entre diferentes longitudes de onda y, por lo tanto, no proporcionan información sobre el color. La visión escotópica es monocromática, es decir, se percibe en tonos de gris. Además, la resolución espacial en la visión escotópica es inferior a la de la visión fotópica debido a la convergencia neuronal de los bastones en las células bipolares y ganglionares de la retina.

La adaptación a la oscuridad es un proceso fundamental para la visión escotópica. Este proceso implica cambios bioquímicos y neuronales en la retina, que aumentan la sensibilidad de los bastones a la luz en condiciones de baja luminosidad. La adaptación a la oscuridad se produce en dos fases: una rápida, que tiene lugar en los primeros minutos después de pasar de un entorno iluminado a uno oscuro, y una lenta, que puede durar hasta 30-40 minutos y es responsable de alcanzar la máxima sensibilidad a la luz en la visión nocturna.

La visión escotópica puede verse afectada por diversas condiciones médicas y oftalmológicas, como la retinosis pigmentaria, el glaucoma, la catarata, la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), la deficiencia de vitamina A y el síndrome de la retina pigmentaria estacionaria nocturna congénita (CSNB). Estas patologías pueden causar dificultades en la adaptación a la oscuridad, disminución de la sensibilidad a la luz y pérdida de la visión nocturna, lo que afecta la calidad de vida de los individuos afectados.

El diagnóstico de los trastornos que afectan la visión escotópica se basa en una historia clínica detallada, un examen oftalmológico completo y pruebas específicas de función visual, como la electroretinografía (ERG) y la adaptometría de fondo oscuro. Estas pruebas pueden ayudar a identificar la causa subyacente y orientar el tratamiento adecuado.

El tratamiento de los trastornos de la visión escotópica varía según la causa y puede incluir el uso de medicamentos, terapias de suplementación nutricional, dispositivos de asistencia visual, terapia génica o intervenciones quirúrgicas. Además, la rehabilitación visual y las estrategias de adaptación pueden ayudar a mejorar la función visual y la calidad de vida en personas con trastornos de la visión nocturna.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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