DICCIONARIO MÉDICO

Maniobra de Pringle

La maniobra de Pringle es un procedimiento quirúrgico empleado para controlar el sangrado hepático mediante la compresión del pedículo hepático. Esta técnica fue descrita por James Hogarth Pringle en 1908 y es ampliamente utilizada en cirugía hepática y traumatología abdominal. Su objetivo principal es reducir el flujo sanguíneo hacia el hígado de manera temporal, facilitando la hemostasia y la reparación de lesiones.

Qué es la maniobra de Pringle

La maniobra de Pringle consiste en la oclusión temporal del pedículo hepático, que incluye la arteria hepática y la vena porta, para controlar el sangrado en el hígado. Esta técnica permite al cirujano identificar el origen del sangrado y realizar procedimientos correctivos sin el riesgo de una hemorragia masiva. Es especialmente útil en casos de lesiones hepáticas traumáticas, resecciones hepáticas y transplantes.

Cómo se realiza la maniobra de Pringle

El procedimiento se lleva a cabo durante una cirugía abdominal bajo condiciones estériles. Los pasos principales son:

  1. Acceso quirúrgico: Se realiza una incisión abdominal para exponer la región hepática.
  2. Identificación del pedículo hepático: El cirujano localiza el ligamento hepatoduodenal, que contiene la arteria hepática, la vena porta y el conducto biliar.
  3. Colocación de un clamp o cinta: Se utiliza un clamp vascular o una cinta para ocluir temporalmente el pedículo hepático, deteniendo el flujo sanguíneo al hígado.
  4. Evaluación y tratamiento: Con el flujo reducido, se evalúa el área lesionada y se realizan las intervenciones necesarias, como suturas, resecciones o reparación vascular.
  5. Retiro del clamp: Una vez controlado el sangrado, se retira el clamp para restaurar el flujo sanguíneo.

Indicaciones para la maniobra de Pringle

La maniobra de Pringle está indicada en diversas situaciones quirúrgicas, tales como:

  • Control del trauma hepático con hemorragia activa.
  • Resecciones hepáticas, como lobectomías o segmentectomías.
  • Trasplantes hepáticos, para minimizar la pérdida de sangre durante la anastomosis vascular.
  • Hemorragias intraoperatorias en procedimientos abdominales complejos.

Contraindicaciones y precauciones

Aunque es una técnica efectiva, no está exenta de riesgos y contraindicaciones:

  • Contraindicaciones: Pacientes con cirrosis hepática avanzada o hipertensión portal severa, donde la maniobra podría agravar la insuficiencia hepática.
  • Precauciones: Limitar la duración de la oclusión a no más de 20-30 minutos para evitar daño isquémico al hígado.

Complicaciones asociadas a la maniobra de Pringle

Las complicaciones pueden incluir:

  • Isquemia hepática: Daño tisular debido a la falta de oxígeno si la oclusión se prolonga.
  • Lesión vascular: Daño accidental al pedículo hepático durante la colocación del clamp.
  • Disfunción hepática transitoria: Alteración de la función hepática postoperatoria en casos de uso prolongado.

Cuándo acudir al médico

La maniobra de Pringle es una técnica exclusivamente quirúrgica, pero es crucial buscar atención médica inmediata si se presentan síntomas como:

  • Dolor abdominal intenso y persistente, especialmente en el cuadrante superior derecho.
  • Signos de hemorragia interna, como palidez, mareo o pulso rápido.
  • Historia de trauma abdominal con sospecha de daño hepático.

Preguntas frecuentes sobre la maniobra de Pringle

¿Cuánto tiempo puede mantenerse la oclusión en la maniobra de Pringle?

Generalmente, el tiempo recomendado es de 20 a 30 minutos para minimizar el riesgo de daño isquémico al hígado. En casos complejos, se pueden hacer intervalos de oclusión y reperfusión.

¿Es posible realizar esta maniobra en pacientes con cirrosis hepática?

No es ideal debido al riesgo elevado de insuficiencia hepática. En estos casos, se buscan alternativas menos agresivas para controlar el sangrado.

¿Qué se hace si la maniobra de Pringle no detiene el sangrado?

Si el sangrado persiste, puede ser de origen venoso retrohepático o de la vena cava inferior, lo que requiere técnicas más avanzadas, como la exclusión vascular total o taponamiento hepático.

¿Cuáles son los riesgos más comunes durante la maniobra?

Los riesgos incluyen daño isquémico hepático, lesión accidental de estructuras vasculares y complicaciones postoperatorias como disfunción hepática.

¿Se puede usar esta maniobra en todas las cirugías hepáticas?

No, su uso depende de la situación clínica. Es más útil en procedimientos con alto riesgo de sangrado o trauma hepático severo.

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