DICCIONARIO MÉDICO

Claudicación intermitente

Qué es claudicación intermitente

Claudicación intermitente es un síntoma caracterizado por dolor, calambres o sensación de fatiga en las piernas que aparece al caminar y se alivia con el reposo. Es una manifestación clásica de la enfermedad arterial periférica (EAP), que se produce por una reducción del flujo sanguíneo hacia los músculos durante el ejercicio debido al estrechamiento u obstrucción de las arterias.

Este dolor suele localizarse en las pantorrillas, aunque también puede afectar a muslos, glúteos o pies, dependiendo del nivel de la obstrucción arterial. La claudicación intermitente indica un grado significativo de enfermedad vascular y está asociada con un mayor riesgo de infarto de miocardio, ictus o muerte cardiovascular.

Por qué se produce

Durante el ejercicio, los músculos requieren más oxígeno. En condiciones normales, el aumento del flujo sanguíneo satisface esa demanda. Sin embargo, en personas con claudicación intermitente, las arterias afectadas por aterosclerosis no pueden aportar suficiente sangre, lo que genera isquemia muscular transitoria. Al detenerse el esfuerzo, las necesidades de oxígeno disminuyen y el dolor cede.

La principal causa es la arteroosclerosis, una enfermedad progresiva en la que se forman placas de grasa, colesterol y otros materiales en las paredes arteriales, estrechando el conducto por el que circula la sangre.

Factores de riesgo

Los principales factores que favorecen el desarrollo de claudicación intermitente y de enfermedad arterial periférica son:

  • Tabaquismo (activo o pasado)
  • Diabetes mellitus
  • Hipertensión arterial
  • Hipercolesterolemia y dislipemia
  • Sedentarismo
  • Edad avanzada
  • Antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular

Síntomas de la claudicación intermitente

Los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor muscular en las piernas durante la marcha, especialmente en las pantorrillas.
  • Sensación de fatiga, pesadez o ardor en los músculos afectados.
  • Desaparición del dolor al cesar el esfuerzo, en 1 a 5 minutos.
  • En casos avanzados: dolor en reposo, alteraciones en la piel o pérdida de vello en piernas.

Cómo se diagnostica

El diagnóstico se basa en la clínica del paciente y en pruebas específicas para valorar la circulación en las extremidades:

  • Índice tobillo-brazo (ITB): cociente entre la presión arterial en el tobillo y en el brazo. Un valor <0,9 indica enfermedad arterial periférica.
  • Eco-Doppler arterial: visualiza el flujo sanguíneo y detecta estenosis o bloqueos.
  • Angiografía por TAC o resonancia magnética: útil para planificar intervenciones en casos graves.
  • Prueba de esfuerzo en tapiz rodante: reproduce los síntomas y permite evaluar la distancia recorrida hasta la aparición del dolor.

Tratamiento de la claudicación intermitente

El tratamiento tiene como objetivos mejorar la calidad de vida del paciente, prevenir la progresión de la enfermedad y reducir el riesgo cardiovascular global. Se basa en tres pilares:

1. Cambios en el estilo de vida

  • Dejar de fumar: medida esencial para detener la progresión de la enfermedad.
  • Realizar ejercicio físico regular, especialmente caminatas supervisadas 30-60 minutos, 3-5 veces por semana.
  • Controlar peso, glucemia, colesterol y presión arterial.
  • Mantener una dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, pescado y grasas saludables.

2. Tratamiento farmacológico

Se utilizan fármacos para reducir el riesgo cardiovascular y mejorar la sintomatología:

  • Antiagregantes plaquetarios (ácido acetilsalicílico o clopidogrel)
  • Estatinas para reducir el colesterol LDL
  • Antihipertensivos y antidiabéticos en función del perfil del paciente
  • Cilostazol: vasodilatador y antiplaquetario que mejora la distancia de marcha en algunos casos

3. Intervenciones quirúrgicas o endovasculares

Indicadas cuando los síntomas persisten pese al tratamiento conservador o cuando hay isquemia crítica:

  • Angioplastia con colocación de stent
  • Cirugía de bypass arterial
  • Endarterectomía: extracción de la placa aterosclerótica

Pronóstico y evolución

La mayoría de los pacientes con claudicación intermitente no progresan a isquemia crítica si adoptan cambios en su estilo de vida y cumplen el tratamiento. No obstante, estos pacientes tienen un riesgo cardiovascular global elevado, por lo que es esencial un manejo integral.

Cuándo acudir al médico

Se debe consultar con un profesional sanitario en los siguientes casos:

  • Dolor o calambres al caminar que desaparecen con el reposo.
  • Dificultad para caminar distancias cortas sin dolor.
  • Frialdad, palidez o heridas que no cicatrizan en pies o piernas.
  • Dolor en reposo o durante la noche en los pies.

Precauciones y autocuidados

  • No fumar bajo ninguna circunstancia.
  • Realizar ejercicio diario, incluso si aparece dolor: el músculo se adapta progresivamente.
  • Revisar periódicamente los pies: en pacientes diabéticos, el riesgo de úlceras aumenta.
  • Usar calzado cómodo y sin costuras que evite rozaduras.

Preguntas frecuentes

¿La claudicación intermitente es reversible?

No se puede revertir completamente, pero sí mejorar notablemente con un tratamiento adecuado. El ejercicio regular y el control de los factores de riesgo pueden aumentar la distancia recorrida sin dolor.

¿Puede progresar hasta necesitar una amputación?

En una minoría de pacientes, si no se trata adecuadamente, puede evolucionar a isquemia crítica, lo que aumenta el riesgo de amputación. Por eso es crucial actuar desde las primeras fases.

¿Tiene relación con el corazón?

Sí. La claudicación intermitente es un marcador de enfermedad cardiovascular generalizada. El riesgo de infarto o ictus es significativamente mayor en estos pacientes.

¿El dolor es constante o solo al caminar?

Inicialmente, solo aparece durante la marcha y desaparece con el reposo. Si avanza la enfermedad, puede presentarse incluso en reposo, especialmente por la noche.

¿Qué especialista trata la claudicación intermitente?

El tratamiento puede implicar a angiología y cirugía vascular, medicina interna, cardiología o atención primaria, dependiendo del estadio y comorbilidades del paciente.

© Clínica Universidad de Navarra 2025