DICCIONARIO MÉDICO

Calciuria

Qué es la calciuria

La calciuria es un parámetro bioquímico que hace referencia a la cantidad de calcio excretado en la orina en un período de tiempo determinado, habitualmente en una recolección de 24 horas. Este análisis es fundamental en la evaluación del metabolismo del calcio y en la detección de trastornos relacionados con su homeostasis, como la hipercalciuria o la hipocalciuria, así como en el diagnóstico y seguimiento de diversas enfermedades renales, endocrinas, óseas y metabólicas.

Importancia clínica de la calciuria

La determinación de la calciuria 24 horas permite detectar alteraciones en el equilibrio entre la absorción intestinal, la movilización ósea, la reabsorción renal y la excreción urinaria de calcio. Estas mediciones son particularmente útiles en pacientes con sospecha de:

  • Litiasis renal por calcio (nefrolitiasis cálcica).
  • Hiperparatiroidismo primario o secundario.
  • Osteoporosis o pérdida acelerada de masa ósea.
  • Hipercalcemia o hipocalcemia persistente sin causa aparente.
  • Síndromes de malabsorción intestinal.
  • Deficiencia de vitamina D o trastornos fosfocálcicos complejos.

Calciuria 24 horas: metodología y consideraciones

El análisis de la calciuria 24 horas consiste en la recolección completa de la orina emitida por el paciente durante un día completo. Es indispensable instruir adecuadamente al paciente para que deseche la primera micción de la mañana, recoja todas las micciones posteriores y finalice con la primera orina del día siguiente.

La muestra se analiza en el laboratorio mediante técnicas colorimétricas o espectrofotométricas, expresando los resultados en miligramos de calcio por día (mg/día) o milimoles por día (mmol/día), dependiendo del sistema de unidades utilizado. Para interpretar correctamente los resultados, es esencial conocer los valores normales de calciuria, que varían ligeramente según edad, sexo, ingesta de calcio, hidratación y otras variables fisiológicas.

Calciuria: valores normales

Los valores normales de calciuria suelen oscilar entre:

  • En adultos: 100 a 300 mg/día o 2.5 a 7.5 mmol/día.
  • En mujeres postmenopáusicas: 50 a 250 mg/día.
  • En niños: hasta 4 mg/kg/día, ajustado al peso corporal.

Los resultados deben interpretarse en conjunto con otros parámetros, como la calcemia, la parathormona (PTH), la fosfatemia y la vitamina D sérica. Una calciuria elevada puede coexistir con normocalcemia o hipercalcemia, y una calciuria baja no siempre implica hipocalcemia, lo que refuerza la necesidad de un enfoque clínico integrado.

Calciuria elevada: causas y consecuencias

La hipercalciuria o calciuria elevada se define generalmente como una excreción urinaria superior a 300 mg/día en hombres o 250 mg/día en mujeres. Puede clasificarse en:

  1. Hipercalciuria idiopática: sin causa aparente, frecuentemente familiar y relacionada con mayor riesgo de litiasis renal.
  2. Hipercalciuria absortiva: debida a una excesiva absorción intestinal de calcio.
  3. Hipercalciuria por resorción ósea: asociada a hiperparatiroidismo primario, inmovilización o neoplasias.
  4. Hipercalciuria renal: por defecto en la reabsorción tubular renal de calcio.

Las consecuencias clínicas incluyen litiasis renal, nefrocalcinosis, pérdida ósea progresiva, osteoporosis y, en algunos casos, insuficiencia renal crónica si no se trata adecuadamente.

Calciuria baja: etiología y manifestaciones clínicas

La calciuria baja o hipocalciuria se considera cuando los valores se sitúan por debajo de 100 mg/día en adultos. Las causas más frecuentes incluyen:

  • Déficit de vitamina D.
  • Hipoparatiroidismo primario o adquirido.
  • Insuficiencia renal crónica avanzada.
  • Diuréticos tiazídicos, que aumentan la reabsorción tubular de calcio.
  • Malabsorción intestinal o enfermedades inflamatorias intestinales.

Aunque la hipocalciuria puede parecer menos relevante clínicamente, su presencia debe evaluarse dentro del contexto global del metabolismo fosfocálcico. En ciertas condiciones, como la hipoparatiroidismo, puede ser un marcador útil de control terapéutico.

Relación entre calciuria y vitamina D

La vitamina D juega un papel esencial en la regulación de la absorción intestinal de calcio y, por tanto, influye indirectamente sobre la calciuria. Un déficit de vitamina D puede provocar una reducción de la absorción de calcio, con descenso de la calcemia y, en consecuencia, disminución de la calciuria. A su vez, la suplementación excesiva puede conducir a una hipercalciuria iatrogénica, incluso con normocalcemia, lo cual puede favorecer la formación de cálculos renales.

Evaluación diagnóstica completa

Ante una alteración de la calciuria, el médico debe realizar una valoración integral que incluya:

  • Calcemia total y corregida por albúmina.
  • Calcio iónico sérico.
  • Fosfatemia, magnesemia y cloro sérico.
  • PTH intacta (parathormona).
  • 25-OH-vitamina D y 1,25-(OH)2-vitamina D.
  • Creatinina sérica y depuración renal.

Además, puede ser útil calcular el índice calcio/creatinina urinario o realizar pruebas dinámicas si se sospechan alteraciones paratiroideas o defectos de reabsorción renal de calcio.

Calciuria y riesgo de litiasis renal

La hipercalciuria idiopática es uno de los principales factores de riesgo de litiasis renal recidivante. El calcio urinario puede cristalizarse con oxalato o fosfato, formando cálculos que obstruyen el tracto urinario. Por ello, en pacientes con antecedentes de nefrolitiasis, se recomienda siempre la determinación de la calciuria 24 horas como parte del estudio metabólico.

La reducción del riesgo de litiasis asociada a hipercalciuria se basa en:

  • Reducción de la ingesta de sodio, ya que incrementa la excreción de calcio urinario.
  • Ingesta adecuada de líquidos, para diluir la orina.
  • Moderación del consumo de proteínas animales.
  • Uso de diuréticos tiazídicos si está indicado.

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