La Clínica Universidad de Navarra trata al primer paciente en el mundo con nuevo catéter para tratar la fibrilación auricular

Se trata de un ensayo clínico para mejorar la eficacia de los procesos de ablación por radiofrecuencia de arritmias complejas y en el que participa la Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología y Cirugía Cardiaca 

Imagen de un procedimiento de ablación de arritmias en la Clínica Universidad de Navarra.
El equipo del Departamento de Cardiología y Cirugía Cardiaca. durante un procedimiento de ablación. 

27 de julio de 2021

La Clínica Universidad de Navarra participa en el ensayo clínico LOCALIZE CF para mejorar la eficacia de los procesos de ablación por radiofrecuencia en pacientes con fibrilación auricular paroxística. De carácter multicéntrico y europeo, la Clínica es el primer centro en el mundo en tratar a los primeros cuatro pacientes con este nuevo catéter. 

“Durante el proceso de ablación lo que hacemos son pequeños puntos de quemaduras para aislar eléctricamente la vena pulmonar del resto del corazón, con el objetivo de corregir la arritmia. El problema es que si no aplicas el suficiente calor puede producirse una reconexión impidiendo el aislamiento de la vena y dando lugar a recaídas de la arritmia”, explica el Dr. Ignacio García Bolao, director del Departamento de Cardiología y Cirugía Cardiaca de la Clínica. 

Este problema de reconexión puede darse en un 25% de los casos. Por eso, este estudio pretende analizar la cantidad de energía que hay que liberar en cada uno de los puntos de la vena pulmonar para establecer unos parámetros estandarizados que consigan reducir este porcentaje y mejorar los resultados de la ablación. Se trata de un ensayo que continua la línea investigadora de un primer estudio Localize iniciado en 2018 y que recientemente ha sido publicado en la revista médica Europace

Sin embargo, en este segundo estudio LOCALIZE-CF se está estudiando un nuevo catéter de última generación, diseñado por Boston Scientific y que dispone de un doble sistema de sensores capaces de “cuantificar la fuerza de contacto, es decir, la presión que ejercemos sobre el tejido cuando aplicamos calor y, por otro lado, las variaciones en la impedancia local, la reacción eléctrica que tiene el tejido tras esa aplicación”. 

El ensayo clínico cuenta con dos fases: el proceso de ablación y una segunda intervención de evaluación. Es en esta segunda parte en la que el equipo médico puede comprobar que la vena ha quedado correctamente aislada o, si es necesario, sellar mejor alguno de los puntos. Un paso importante ya que, actualmente, tras el procedimiento de ablación los pacientes reciben un seguimiento clínico, por lo que no se sabe si puede sufrir una reconexión hasta que padecen una nueva arritmia.