4 preguntas frecuentes sobre el TDAH

Hoy en día, aproximadamente entre el 5 y el 7% de los niños padecen TDAH y, gran en parte de los casos, perdura hasta la edad adulta. Llamado "Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad" se caracteriza por problemas de atención, impulsividad e hiperactividad.

El TDAH provoca trastornos en la conducta y el lenguaje, problemas para controlar los impulsos, una actividad física desmedida y dificultad para mantener la atención, lo que supone un problema frente al rendimiento y el progreso académico, sus relaciones sociales en todos sus niveles, con otros niños, adultos y su círculo familiar. 

Aunque entre un 40 y un 60% de los niños con TDAH seguirá teniendo alguno de los síntomas en la edad adulta, con un diagnóstico precoz sus complicaciones pueden prevenirse o, cuando menos, controlarse.

1. ¿Qué tratamientos existen para el TDAH?

El tratamiento principal para los síntomas llamados “nucleares” del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) (inatención, hiperactividad e impulsividad), es la medicación, que generalmente va acompañada de psicoeducación. Los tratamientos psicológicos han mostrado ser bastante efectivos para tratar otros síntomas asociados al TDAH o mejorar las relaciones familiares o sociales.

En España, están disponibles dos principios activos dentro del grupo de los estimulantes, metilfenidato y lisdexanfetamina, y entre los no estimulantes, atomoxetina.

2. ¿Qué efectos secundarios tienen?

Uno de los efectos adversos más frecuentes es la pérdida de apetito, que suele afectar más a la comida del mediodía. A veces produce una pérdida de peso, pero no enlentece el crecimiento de los niños. En los últimos años, se han realizado múltiples estudios de investigación que tratan de  aclarar si la medicación para el TDAH puede afectar al crecimiento de los niños.

Según los resultados de estas investigaciones, los niños que comienzan con la medicación en edades tempranas y reciben dosis más altas, son los que más afectación tienen del peso y de la estatura o talla (pérdida de 1,5 kg y 0,5 cm de media). Estos efectos parece que tienden a atenuarse con el tiempo, es decir, la repercusión en el peso y la talla del niño es más evidente durante los primeros meses de tratamiento y disminuye a partir del segundo año. De hecho, un estudio reciente a gran escala que incluye a más de 300 pacientes seguidos durante más de 25 años, concluye que en los adultos que habían sido tratados con estimulantes por TDAH, la talla final no se diferencia de la de las personas que no habían recibido tratamiento.

3. ¿Qué ocurre si no reciben el tratamiento adecuado?

Los pacientes con TDAH que no reciben tratamiento farmacológico desarrollan con mayor frecuencia otros trastornos psiquiátricos, como depresión, ansiedad, trastornos negativistas, de conducta y abuso de sustancias. También obtienen peores resultados académicos, laborales y tienen más dificultades en su vida social y familiar. En todos los casos de niños o adolescentes que tienen síntomas de TDAH, y les afectan en las diferentes áreas de su vida (colegio, casa, relaciones sociales, etc), se debe plantear el beneficio de tratar frente al riesgo de no tratar.

4. ¿Hay que tomar alguna medida antes de inciar el tratamiento?

Siempre que se inicie una medicación para el TDAH, se debe pesar y medir al paciente, y valorar su peso y talla para su edad, tanto antes de iniciar el tratamiento, como en cada revisión. En los niños que no ganan o pierden mucho peso, o su talla progresa lentamente, se deben valorar otras causas. Para ello es importante considerar la talla diana familiar, calculándola a partir de  la estatura del padre y de la madre, y preguntar si algún miembro de la familia creció tarde. Se puede realizar una radiografía de la mano para estimar la edad ósea,  y en algunos casos, pedir la opinión del especialista en endocrinología pediátrica para una evaluación detallada, ya que el retraso en el crecimiento puede ser por otros motivos. Es importante ajustar la dosis a la mínima necesaria, especialmente en los casos de niños de menor edad.