DICCIONARIO MÉDICO

Tripsina

¿Qué es la tripsina?

La tripsina es una enzima crucial en el contexto de la fisiología humana, especialmente con respecto a la digestión y absorción de nutrientes. Secretada por el páncreas en forma inactiva, la tripsinógeno, es activada en el intestino delgado para desempeñar su papel fundamental en la descomposición de las proteínas dietéticas en péptidos más pequeños y aminoácidos individuales, los cuales pueden ser absorbidos fácilmente por el cuerpo.

La activación de la tripsinógeno a tripsina es un evento clave en la cascada de activación enzimática que ocurre en el intestino delgado. Esta transformación se realiza a través de una enzima llamada enteropeptidasa, secretada por las células del revestimiento del intestino delgado. Una vez activada, la tripsina puede entonces activar más tripsinógeno, así como otras proenzimas pancreáticas, en un proceso de retroalimentación positiva.

En el contexto clínico, la tripsina tiene relevancia más allá de su papel en la digestión. Los niveles de tripsina pueden ser medidos en el suero sanguíneo y en el líquido cefalorraquídeo, y se han utilizado en el diagnóstico y seguimiento de ciertas enfermedades pancreáticas. Por ejemplo, en la pancreatitis aguda, una afección caracterizada por la inflamación del páncreas, los niveles de tripsina en la sangre pueden aumentar significativamente debido a la liberación de enzimas pancreáticas en la circulación sanguínea.

Además, la tripsina desempeña un papel en la fibrosis quística, una enfermedad genética que afecta a múltiples sistemas de órganos en el cuerpo. Un método para el cribado neonatal de la fibrosis quística implica la medición de la concentración de la inmunorreactividad de la tripsina en la sangre. Los recién nacidos con fibrosis quística tienden a tener niveles elevados de inmunorreactividad de la tripsina, lo que hace de esta prueba una herramienta útil en la detección temprana de esta afección.

Además de su papel en el diagnóstico y el seguimiento de las enfermedades, la tripsina también se ha utilizado en diversas aplicaciones terapéuticas y de laboratorio. Por ejemplo, en la investigación biomédica, la tripsina se utiliza a menudo para disociar las células adherentes en cultivo. También ha habido interés en el uso de la tripsina en el tratamiento de las heridas para eliminar el tejido necrótico y promover la cicatrización.

Es importante destacar que, a pesar de sus múltiples funciones, la actividad de la tripsina en el cuerpo está cuidadosamente regulada. Diversos mecanismos, como la secreción de tripsina en forma inactiva y la presencia de inhibidores de la tripsina, trabajan para prevenir la activación inadecuada de la tripsina y limitar su actividad. Esta regulación cuidadosa es esencial para prevenir el daño al páncreas y otros tejidos causado por la actividad excesiva de la tripsina.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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