DICCIONARIO MÉDICO

Tiña

¿Qué es la tiña?

La tiña es una infección cutánea superficial causada por hongos dermatofitos, que afecta principalmente a la piel, el cuero cabelludo, las uñas y las mucosas. Los dermatofitos son hongos filamentosos queratinofílicos, es decir, se alimentan de la queratina presente en la capa córnea de la piel, las uñas y el cabello. Las infecciones por tiña son comunes en todo el mundo y pueden afectar a personas de todas las edades, aunque son más frecuentes en niños y adolescentes.

La tiña se clasifica según la localización anatómica de la infección y el género del hongo causante, siendo los géneros más comunes Microsporum, Trichophyton y Epidermophyton. Entre las formas clínicas de la tiña, se encuentran:

1. Tiña capitis: Afecta al cuero cabelludo y al cabello, provocando áreas de alopecia, descamación, enrojecimiento y, en ocasiones, pústulas o abscesos. Es más frecuente en niños y se transmite por contacto directo con personas infectadas, animales o fómites.

2. Tiña corporis: Infección cutánea que se presenta en forma de placas eritematosas, escamosas y pruriginosas, con bordes bien definidos y un centro más claro. Se localiza en cualquier área del cuerpo, excepto en el cuero cabelludo, la barba, las manos y los pies. La transmisión puede ser por contacto directo con personas, animales o superficies contaminadas.

3. Tiña cruris: Conocida también como tiña inguinal, afecta a la región inguinal, perianal y la parte interna de los muslos, causando placas eritematosas, pruriginosas y descamativas con bordes bien delimitados. Es más frecuente en adultos jóvenes y hombres, y puede estar asociada con el uso de ropa ajustada, la sudoración excesiva y la obesidad.

4. Tiña pedis: Afecta a los pies, especialmente a los espacios interdigitales, y se manifiesta con enrojecimiento, descamación, fisuras y prurito. También conocida como pie de atleta, es frecuente en deportistas, personas que utilizan calzado oclusivo y usuarios de piscinas y duchas comunitarias.

5. Tiña unguium: Infección de las uñas, también llamada onicomicosis, que se presenta con cambios en el color, la textura y el grosor de las uñas, así como su desprendimiento parcial o total. La transmisión puede ocurrir por contacto directo con personas infectadas, animales o superficies contaminadas, o por autoinoculación desde otras áreas del cuerpo.

El diagnóstico de la tiña se basa en la exploración clínica, la identificación del agente causal mediante técnicas de microscopía y cultivo, y la exclusión de otras afecciones dermatológicas, como la psoriasis, la dermatitis seborreica o el eccema. El tratamiento de la tiña incluye el uso de antimicóticos tópicos, como el clotrimazol, el miconazol o la terbinafina, y, en casos más severos o refractarios, la administración de antimicóticos orales, como el fluconazol, el itraconazol o la griseofulvina. La duración del tratamiento dependerá de la extensión y la localización de la infección, así como de la respuesta del paciente al tratamiento. Es importante seguir las pautas médicas y completar el tratamiento prescrito para prevenir la recurrencia de la infección y el desarrollo de resistencias a los antimicóticos.

Además del tratamiento farmacológico, es fundamental implementar medidas higiénicas y preventivas para evitar la propagación de la infección a otras áreas del cuerpo o a otras personas. Entre estas medidas se encuentran: mantener la piel limpia y seca, lavar la ropa de cama, toallas y prendas de vestir con agua caliente y detergente, evitar compartir objetos personales como peines, cepillos o calzado, y utilizar sandalias en piscinas, duchas y vestuarios comunitarios.

En casos de tiña en animales domésticos, como perros y gatos, es necesario llevar a cabo un tratamiento veterinario adecuado y realizar una limpieza exhaustiva del entorno para evitar la propagación de la infección. Asimismo, es importante concienciar a la población sobre las vías de transmisión y las medidas preventivas, a fin de disminuir la incidencia de la tiña y sus complicaciones, como las infecciones bacterianas secundarias, el prurito intenso y la diseminación a otras áreas del cuerpo.

La tiña es una infección cutánea frecuente que, aunque generalmente no representa una amenaza grave para la salud, puede causar síntomas molestos y afectar la calidad de vida de los pacientes. El diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado son esenciales para lograr una resolución completa de la infección y prevenir su propagación. Asimismo, la adopción de medidas higiénicas y preventivas, tanto a nivel individual como comunitario, es clave para reducir la incidencia de la tiña y mejorar el bienestar de la población.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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