DICCIONARIO MÉDICO

Melena

La melena es un término médico que se refiere a la presencia de heces negras y alquitranadas, indicativas de sangrado en el tracto gastrointestinal superior. Este síntoma suele asociarse con la digestión de la sangre proveniente de lesiones en el esófago, estómago o duodeno. Es un signo clínico importante que requiere atención médica inmediata para determinar su causa subyacente y establecer el tratamiento adecuado.

Qué es la melena

La melena se caracteriza por la aparición de heces de color negro brillante, con una consistencia pegajosa y un olor fétido distintivo. Esta condición ocurre cuando hay sangrado en el tracto gastrointestinal superior, y la sangre se somete a la acción de los jugos gástricos y enzimas digestivas, lo que provoca su oscurecimiento. Es importante diferenciar la melena de la hematoquecia, que se presenta como sangre fresca en las heces y generalmente se asocia con hemorragias en el tracto gastrointestinal inferior.

Melena y sangre en las heces

La sangre en las heces puede presentarse de diferentes maneras dependiendo del origen del sangrado:

  • Melena: Sangrado oscuro y digerido, generalmente del esófago, estómago o duodeno.
  • Hematoquecia: Sangre roja brillante, frecuentemente originada en el colon, recto o ano.

La presencia de melena suele indicar una hemorragia más severa y crónica en comparación con la hematoquecia, lo que subraya la necesidad de una evaluación médica inmediata.

Causas de la melena

Las principales causas de melena incluyen:

  • Úlceras pépticas: Lesiones en la mucosa gástrica o duodenal causadas por infecciones por Helicobacter pylori o el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
  • Varices esofágicas: Dilataciones venosas en el esófago debido a hipertensión portal, comúnmente asociada con cirrosis hepática.
  • Gastritis erosiva: Inflamación del revestimiento del estómago que provoca sangrado.
  • Neoplasias: Tumores malignos en el tracto gastrointestinal superior.

Diagnóstico de la melena

El diagnóstico de la melena comienza con una historia clínica detallada y un examen físico. Para confirmar la fuente del sangrado, los médicos pueden realizar las siguientes pruebas:

  • Endoscopia digestiva alta: Procedimiento que permite visualizar el esófago, estómago y duodeno, identificando posibles fuentes de sangrado.
  • Pruebas de laboratorio: Incluyen hemograma para detectar anemia y pruebas de coagulación.
  • Imágenes médicas: Como tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) en casos complejos.

Tratamiento de la melena

El tratamiento de la melena depende de la causa subyacente y la severidad del sangrado. Algunas estrategias incluyen:

  • Endoscopia terapéutica: Permite detener el sangrado mediante la aplicación de clips o inyecciones hemostáticas.
  • Medicamentos: Inhibidores de la bomba de protones (IBP) para reducir la acidez gástrica y proteger la mucosa.
  • Cirugía: En casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar la fuente del sangrado.

Cuándo acudir al médico

Es crucial buscar atención médica inmediata si se presentan los siguientes síntomas:

  • Heces negras y alquitranadas.
  • Dolor abdominal intenso.
  • Mareos, debilidad o desmayos.
  • Palidez y fatiga, indicativos de anemia.

Preguntas frecuentes sobre la melena

¿La melena siempre es indicativa de una emergencia médica?

Sí, la melena es un signo de sangrado gastrointestinal y requiere atención médica inmediata para identificar y tratar su causa.

¿Cuánto tiempo puede durar la melena?

La duración de la melena depende de la severidad del sangrado y la efectividad del tratamiento. Puede persistir durante varios días incluso después de detenerse el sangrado.

¿Qué diferencias existen entre melena y hematoquecia?

Mientras que la melena se caracteriza por heces negras y alquitranadas debido a sangre digerida, la hematoquecia implica la presencia de sangre roja fresca en las heces, generalmente asociada con sangrado en el tracto gastrointestinal inferior.

¿Se puede prevenir la melena?

La prevención incluye evitar el consumo excesivo de AINEs, tratar infecciones por Helicobacter pylori, y mantener control médico en condiciones que predisponen a sangrados gastrointestinales.

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