DICCIONARIO MÉDICO

Mal de Pott

El mal de Pott, también conocido como tuberculosis espinal, es una enfermedad infecciosa crónica causada por la diseminación del bacilo Mycobacterium tuberculosis hacia la columna vertebral. Este trastorno representa una forma extrapulmonar de tuberculosis que afecta principalmente a los cuerpos vertebrales, provocando la destrucción ósea, deformidades estructurales y complicaciones neurológicas. Aunque es poco frecuente en países desarrollados, el mal de Pott sigue siendo una preocupación en regiones con alta prevalencia de tuberculosis.

Qué es el mal de Pott

El mal de Pott es una infección tuberculosa que compromete la columna vertebral, particularmente los cuerpos vertebrales. La enfermedad comienza con la diseminación hematógena del bacilo desde un foco primario, generalmente pulmonar, hasta los cuerpos vertebrales. Esta infección puede generar inflamación, destrucción ósea y, en casos graves, colapso vertebral con deformidades como la cifosis. La compresión de estructuras neurológicas, como la médula espinal, puede llevar a déficits neurológicos.

Causas del mal de Pott

El mal de Pott es causado por la infección con Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que afecta principalmente los pulmones pero que puede diseminarse a otras áreas del cuerpo. Las causas subyacentes incluyen:

  • Diseminación hematógena: El bacilo se transporta a través del torrente sanguíneo desde un foco pulmonar primario.
  • Inmunosupresión: Condiciones como el VIH o la desnutrición aumentan la susceptibilidad.
  • Focos latentes: Reactivación de una infección tuberculosa previa.

Síntomas del mal de Pott

Los síntomas del mal de Pott suelen desarrollarse de forma lenta y progresiva. Los signos más comunes incluyen:

  • Dolor de espalda: Dolor persistente y localizado en la región afectada de la columna.
  • Fiebre y sudores nocturnos: Síntomas generales asociados con la tuberculosis.
  • Pérdida de peso: Relacionada con la naturaleza crónica de la enfermedad.
  • Deformidades vertebrales: Como cifosis o "joroba de Pott".
  • Déficits neurológicos: Hormigueo, debilidad muscular o parálisis, en casos de compresión medular.

Diagnóstico del mal de Pott

El diagnóstico del mal de Pott requiere una combinación de métodos clínicos, de imagen y microbiológicos:

  • Historia clínica: Antecedentes de tuberculosis o exposición a personas infectadas.
  • Pruebas de imagen: La tomografía computarizada y la resonancia magnética son esenciales para evaluar la extensión de la enfermedad y las complicaciones neurológicas.
  • Biopsia ósea: Para confirmar la presencia del bacilo mediante estudios histopatológicos o cultivos.
  • Pruebas de laboratorio: Incluyen la detección de marcadores inflamatorios y pruebas específicas como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

Tratamiento del mal de Pott

El tratamiento del mal de Pott se basa en la terapia antituberculosa prolongada combinada con medidas quirúrgicas en casos avanzados:

  • Terapia antituberculosa: Una combinación de fármacos como isoniazida, rifampicina, etambutol y pirazinamida durante al menos 6-12 meses.
  • Cirugía: Indicada en casos de deformidades severas, abscesos o compresión medular. Los procedimientos incluyen desbridamiento, estabilización y fusión vertebral.
  • Rehabilitación: Terapias físicas para mejorar la movilidad y la función neurológica.

Consecuencias del mal de Pott

Sin tratamiento adecuado, el mal de Pott puede llevar a complicaciones graves, incluyendo:

  • Deformidades permanentes: Colapso vertebral y cifosis.
  • Compresión medular: Que resulta en parálisis o pérdida de sensibilidad.
  • Diseminación de la infección: Formación de abscesos fríos en tejidos adyacentes.

Cuándo acudir al médico

Es importante buscar atención médica si se presentan:

  • Dolor de espalda persistente: Especialmente si no mejora con el reposo.
  • Síntomas generales: Como fiebre, sudores nocturnos o pérdida de peso.
  • Déficits neurológicos: Como hormigueo o debilidad muscular.

Precauciones para prevenir el mal de Pott

La prevención del mal de Pott está directamente relacionada con el control de la tuberculosis pulmonar:

  • Vacunación BCG: Protege contra formas graves de tuberculosis en niños.
  • Detección temprana: Diagnóstico y tratamiento rápido de tuberculosis pulmonar activa.
  • Medidas de higiene: Evitar el hacinamiento y mejorar las condiciones sanitarias.

Preguntas frecuentes sobre el mal de Pott

¿El mal de Pott es contagioso?

El mal de Pott en sí no es contagioso, ya que es una forma extrapulmonar de tuberculosis. Sin embargo, la tuberculosis pulmonar que actúa como foco primario sí puede transmitirse.

¿Cómo se detecta el mal de Pott en etapas tempranas?

La detección temprana incluye la evaluación de síntomas como dolor de espalda persistente, fiebre y pérdida de peso, junto con estudios de imagen como tomografía o resonancia magnética.

¿Cuánto tiempo dura el tratamiento del mal de Pott?

El tratamiento antituberculoso suele durar entre 6 y 12 meses, dependiendo de la gravedad y la respuesta clínica del paciente.

¿Puede el mal de Pott causar discapacidad permanente?

Sí, sin un tratamiento oportuno, el mal de Pott puede causar deformidades permanentes o daños neurológicos irreversibles, como parálisis.

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