DICCIONARIO MÉDICO

Hemorragia en ganglios basales

La hemorragia en los ganglios basales es un tipo de accidente cerebrovascular hemorrágico que ocurre en una región profunda del cerebro conocida como los ganglios basales. Esta área está involucrada en funciones motoras, emocionales y de aprendizaje. Este tipo de hemorragia suele ser causado por hipertensión arterial crónica, aunque también puede asociarse a otras afecciones como malformaciones vasculares o trastornos de la coagulación. Es una emergencia médica que requiere diagnóstico y tratamiento inmediato debido al riesgo significativo de complicaciones graves.

Qué es la hemorragia en ganglios basales

La hemorragia en los ganglios basales consiste en el sangrado dentro de esta región cerebral que se encuentra en la profundidad del encéfalo, formada por estructuras como el núcleo caudado, el putamen y el globo pálido. Este tipo de hemorragia puede interrumpir funciones críticas del cerebro, incluyendo el control del movimiento, la regulación de emociones y el procesamiento de información.

Causas de la hemorragia en ganglios basales

Las causas más comunes de este tipo de hemorragia incluyen:

  • Hipertensión arterial crónica: Es la causa más frecuente, ya que debilita las paredes de los vasos sanguíneos en el cerebro.
  • Malformaciones vasculares: Como aneurismas o malformaciones arteriovenosas.
  • Traumatismos craneales: Pueden provocar sangrados en esta región.
  • Trastornos de la coagulación: Causados por enfermedades o medicamentos anticoagulantes.
  • Consumo de drogas: Especialmente cocaína o anfetaminas, que pueden aumentar bruscamente la presión arterial.

Síntomas de la hemorragia en ganglios basales

Los síntomas pueden variar dependiendo de la magnitud de la hemorragia, pero los más frecuentes incluyen:

  • Debilidad muscular: Particularmente en un lado del cuerpo (hemiparesia).
  • Pérdida de sensibilidad: Sensación reducida o ausente en una mitad del cuerpo.
  • Dificultades en el habla: Problemas para articular palabras o entender el lenguaje.
  • Dolor de cabeza intenso: De inicio súbito.
  • Pérdida de conciencia: Desde somnolencia hasta coma en casos graves.

Diagnóstico de la hemorragia en ganglios basales

El diagnóstico precoz es crucial y generalmente incluye:

  • Tomografía computarizada (TC): Es el método de elección para confirmar el sangrado.
  • Resonancia magnética (RM): Proporciona imágenes más detalladas en casos específicos.
  • Angiografía cerebral: Para evaluar malformaciones vasculares o aneurismas.
  • Pruebas de laboratorio: Incluyen evaluación de la coagulación y estudios de factores de riesgo metabólicos.

Tratamiento de la hemorragia en ganglios basales

El tratamiento dependerá de la causa y la gravedad del sangrado:

  • Manejo médico: Incluye control estricto de la presión arterial, reposición de líquidos y corrección de trastornos de coagulación.
  • Cirugía: En casos de hemorragias extensas, puede ser necesaria una craneotomía para evacuar el hematoma.
  • Rehabilitación: Terapia física y ocupacional para recuperar las funciones motoras y cognitivas afectadas.

Recuperación tras una hemorragia en ganglios basales

La recuperación depende de factores como la extensión del sangrado y la rapidez con que se recibió tratamiento. Puede incluir:

  • Fisioterapia: Para mejorar la fuerza muscular y la movilidad.
  • Logopedia: Para tratar dificultades en el habla y la deglución.
  • Control médico continuo: Incluye revisiones periódicas y manejo de factores de riesgo.

Cuándo acudir al médico

Es fundamental buscar atención médica inmediata si se presentan:

  • Debilidad o parálisis: En un lado del cuerpo.
  • Confusión o pérdida del habla: De inicio repentino.
  • Dolor de cabeza severo: Especialmente si es súbito.

Preguntas frecuentes sobre la hemorragia en ganglios basales

¿Puede prevenirse la hemorragia en ganglios basales?

Sí, controlando factores de riesgo como la hipertensión arterial y evitando sustancias como la cocaína.

¿Qué pronóstico tiene una hemorragia en los ganglios basales?

El pronóstico varía según la magnitud del sangrado y el tratamiento recibido. Una atención oportuna mejora significativamente las posibilidades de recuperación.

¿Es necesaria siempre la cirugía?

No siempre. En muchos casos, el tratamiento médico es suficiente, pero la cirugía puede ser necesaria en casos graves.

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