DICCIONARIO MÉDICO

Difenilhidantoína

Qué es la difenilhidantoína

La difenilhidantoína es un fármaco ampliamente utilizado en el tratamiento de trastornos neurológicos, principalmente la epilepsia. Este medicamento es fundamental en la prevención y control de crisis epilépticas, y su efectividad está respaldada por décadas de uso clínico. La difenilhidantoína está disponible en varias presentaciones y requiere un uso cuidadoso debido a su estrecho margen terapéutico y posibles efectos adversos.

La difenilhidantoína es un anticonvulsivante que actúa estabilizando las membranas neuronales y reduciendo la propagación de descargas anormales en el cerebro. Su uso está indicado principalmente en el manejo de crisis epilépticas, especialmente las crisis tónico-clónicas generalizadas y las crisis parciales complejas.

Presentaciones de la difenilhidantoína

La difenilhidantoína está disponible en diversas formas farmacéuticas, lo que permite su uso en distintas situaciones clínicas:

  • Difenilhidantoína inyectable: Utilizada en emergencias, como el tratamiento del estado epiléptico.
  • Difenilhidantoína suspensión: Indicada principalmente para pacientes pediátricos o adultos con dificultad para tragar tabletas.
  • Difenilhidantoína tabletas: Forma más comúnmente utilizada en el tratamiento a largo plazo de la epilepsia.

Para qué sirve la difenilhidantoína

La difenilhidantoína tiene múltiples indicaciones médicas, entre las que destacan:

  • Epilepsia: Es eficaz en el manejo de crisis tónico-clónicas generalizadas y crisis parciales.
  • Estado epiléptico: Se utiliza la difenilhidantoína inyectable como alternativa a las benzodiazepinas en emergencias neurológicas.
  • Neuralgia del trigémino: En algunos casos, se emplea como segunda línea de tratamiento.

Mecanismo de acción

La difenilhidantoína actúa bloqueando los canales de sodio dependientes de voltaje en las neuronas, estabilizando las membranas neuronales y previniendo la hiperexcitabilidad responsable de las crisis epilépticas.

Cómo se toma la difenilhidantoína

El régimen de administración de la difenilhidantoína varía según la condición tratada y las características del paciente. Es fundamental seguir las indicaciones médicas para evitar efectos adversos o toxicidad.

Posología común

  • Adultos: En el tratamiento de la epilepsia, la dosis inicial suele ser de 300 mg al día, dividida en una o dos tomas.
  • Niños: La dosis depende del peso corporal y generalmente es de 5 mg/kg al día, dividida en dos o tres tomas.

Recomendaciones para su uso

  • Tomar las dosis a la misma hora todos los días para mantener niveles constantes en sangre.
  • Evitar el consumo de alcohol, ya que puede aumentar el riesgo de efectos adversos.
  • No interrumpir el tratamiento de forma abrupta, ya que podría provocar crisis de rebote.

Precauciones al usar difenilhidantoína

El uso de difenilhidantoína requiere precauciones específicas debido a su estrecho margen terapéutico y la posibilidad de efectos adversos graves.

Contraindicaciones

  • Hipersensibilidad al fármaco o a alguno de sus componentes.
  • Alteraciones hepáticas graves, ya que el metabolismo del medicamento ocurre principalmente en el hígado.
  • Bloqueo cardíaco de segundo o tercer grado, en caso de uso inyectable.

Interacciones farmacológicas

La difenilhidantoína puede interactuar con diversos medicamentos, alterando su eficacia o aumentando la toxicidad:

  • Anticoagulantes: Puede disminuir la efectividad de la warfarina.
  • Anticonceptivos orales: Reduce la eficacia de los anticonceptivos hormonales.
  • Antibióticos: Algunos como la isoniazida o el metronidazol pueden aumentar los niveles séricos de fenitoína.

Efectos adversos de la difenilhidantoína

Los efectos adversos de la difenilhidantoína pueden variar en severidad y frecuencia. Algunos son leves y reversibles, mientras que otros pueden requerir la suspensión del tratamiento.

Efectos adversos comunes

  • Mareos y somnolencia.
  • Hiperplasia gingival (crecimiento anormal de las encías).
  • Acné y erupciones cutáneas.

Efectos adversos graves

  • Reacciones alérgicas severas: Como el síndrome de Stevens-Johnson.
  • Alteraciones hematológicas: Neutropenia o anemia aplásica.
  • Toxicidad hepática: Manifestada como ictericia o elevación de enzimas hepáticas.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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