DICCIONARIO MÉDICO

Colpitis

Qué es la colpitis

La colpitis, también conocida como vaginitis, es la inflamación de la mucosa vaginal que puede manifestarse con síntomas como flujo vaginal anómalo, picor, ardor y molestias durante la actividad sexual o al orinar. Esta inflamación puede ser de origen infeccioso (bacteriano, micótico, protozoario) o no infeccioso (atrofia, dermatitis de contacto, reacción a productos químicos). La colpitis es una condición muy frecuente en las mujeres en edad reproductiva, aunque puede aparecer en cualquier etapa de la vida.

Causas y factores de riesgo

La causa de la colpitis suele asociarse a alteraciones del equilibrio de la flora vaginal y a la respuesta inmunitaria local. Entre los principales factores de riesgo destacan:

  • Infecciones bacterianas, especialmente la bacterial vaginosis, donde predominan bacterias anaerobias frente a lactobacilos habituales.
  • Infecciones micóticas, casi siempre causadas por Candida albicans.
  • Infecciones parasitarias, siendo la trichomoniasis la más prevalente.
  • Atrofia vaginal o vaginitis atrófica, típica de la menopausia y del postparto, por déficit estrogénico.
  • Reacciones alérgicas o irritativas a productos de higiene íntima, jabones perfumados, geles o dispositivos anticonceptivos.
  • Alteraciones hormonales, como en la pubertad, embarazo o terapia hormonal.
  • Prácticas sexuales de riesgo: múltiples parejas, higiene genital inadecuada...

Clasificación de la colpitis

Atendiendo a su etiología, la colpitis se clasifica en:

  1. Colpitis bacteriana o vaginosis bacteriana: desequilibrio de la microbiota vaginal.
  2. Colpitis micótica: candidiasis vaginal recurrente o aguda.
  3. Colpitis por Trichomonas: infección por el protozoo Trichomonas vaginalis.
  4. Colpitis atrófica: asociada a atrofia del epitelio vaginal.
  5. Colpitis alérgica o irritativa: causada por contacto con sustancias químicas o alérgenos.

Patogenia

En condiciones normales, la mucosa vaginal está colonizada por lactobacilos que mantienen un pH ácido (3,8–4,5) y evitan la proliferación de agentes patógenos. Cuando se altera esta barrera (antibióticos, cambios hormonales, higiene excesiva), se producen condiciones favorables para:

  • Crecimiento bacteriano patógeno (Gardnerella, Mobiluncus).
  • Proliferación de hongos (Candida spp.).
  • Invasión protozoaria (Trichomonas vaginalis).

Manifestaciones clínicas

Los síntomas varían según el agente causal, pero los más frecuentes son:

  • Flujo vaginal anómalo: cantidad, color o textura diferente.
  • Prurito o picor intenso.
  • Ardor, especialmente al orinar.
  • Dispareunia, dolor en las relaciones sexuales.
  • Mal olor característico según el tipo de infección.

Síntomas según tipo

  • Vaginosis bacteriana: flujo grisáceo, olor a pescado.
  • Candidiasis: flujo blanco grumoso, similar a “requesón”.
  • Trichomoniasis: flujo amarillo-verdoso, burbujeante y fétido.
  • Atrofia vaginal: sequedad, tirantez y sangrados ligeros.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la historia clínica, la exploración pélvica y pruebas complementarias:

  1. Inspección y palpación de genitales externos y vagina.
  2. Prueba del pH vaginal: tiras reactivas.
  3. Test de aminas (“whiff test”) tras añadir hidróxido de potasio.
  4. Microscopía de exudado: identificación de células clave, levaduras o protozoos.
  5. Cultivos y pruebas moleculares (PCR) para confirmar agentes específicos.

Tratamiento

El tratamiento varía según la causa subyacente:

Vaginosis bacteriana

  • Metronidazol oral 500 mg cada 12 h, 7 días.
  • Metronidazol gel al 0,75 %, 5 g intravaginal diario, 5 días.
  • Clindamicina crema al 2 %, 5 g intravaginal diario, 7 días.

Candidiasis

  • Fluconazol oral 150 mg dosis única.
  • Clotrimazol crema 500 mg intravaginal, 3 días.

Trichomoniasis

  • Metronidazol 2 g dosis única.
  • Tinidazol 2 g dosis única.

Atrofia vaginal

  • Terapia estrogénica local: cremas, anillos o comprimidos.
  • Lubricantes y emolientes vaginales.

Colpitis alérgica o irritativa

Identificar y evitar el agente causal. Empleo de:

  • Emolientes y geles suaves.
  • Cremas con corticoides de baja potencia, si hay reacción inflamatoria intensa.

Cuidados y recomendaciones

Para reducir la incidencia de colpitis y evitar recaídas:

  • Mantener higiene íntima con productos suaves y sin perfume.
  • Secar bien la zona tras el baño.
  • Evitar ropas ajustadas y tejidos sintéticos en contacto directo con la vulva.
  • No realizar duchas vaginales ni lavados vaginales internos.
  • Prácticas sexuales seguras en relaciones de riesgo o con parejas nuevas.

Complicaciones

Si no se trata adecuadamente, la colpitis puede derivar en:

  • Propagación a vías superiores (endometritis, salpingitis).
  • Riesgo aumentado de infecciones de transmisión sexual y VIH.
  • Infertilidad en casos de salpingitis crónica.
  • Recurrencias y resistencia a tratamientos.

Cuándo acudir al médico

Se recomienda valoración médica urgente si aparece:

  • Dolor pélvico intenso o fiebre.
  • Flujo con sangre o mal olor muy intenso.
  • Síntomas que no ceden tras 48–72 h de tratamiento domiciliario.
  • Signos de alergia severa: eritema, ampollas o hinchazón.

Preguntas frecuentes

¿La colpitis afecta la fertilidad?

En general no, salvo que la infección ascienda a trompas y provoque salpingitis crónica.

¿Es contagiosa la colpitis?

Depende de la causa: la trichomoniasis y algunas vaginosis pueden transmitirse sexualmente, mientras que la candidiasis no es considerada ETS.

¿Puedo usar tampones durante el tratamiento?

Se aconseja evitarlos hasta finalizar la terapia para asegurar eficacia y minimizar irritación.

¿Cuánto dura el tratamiento?

Depende del agente: desde dosis única (metronidazol) hasta 7 días de tratamiento en vaginosis.

¿Es recomendable tratar a la pareja?

En caso de trichomoniasis sí; para candidiasis o vaginosis no suele ser necesario a menos que presente síntomas.

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