DICCIONARIO MÉDICO

Colérico

Qué es colérico

El término colérico proviene de antiguas clasificaciones temperamentales y hace referencia a una tipología de personalidad caracterizada por una marcada reactividad emocional, tendencia a la acción y respuesta impulsiva ante los estímulos. Aunque su origen se encuentra en la teoría de los cuatro humores de Hipócrates y Galeno, el concepto fue adaptado y refinado por Heymans, Wiersma y Le Senne en su modelo de caracterología, como parte de un intento sistemático de clasificación de los tipos psicológicos.

Origen del concepto colérico

La teoría clásica de los cuatro temperamentos dividía las personalidades en colérico, melancólico, flemático y sanguíneo, en función de la predominancia de ciertos fluidos corporales (bilis amarilla, bilis negra, flema y sangre). En este marco, el colérico se asociaba a la bilis amarilla y a un comportamiento enérgico, dominante e irascible.

Posteriormente, la escuela francesa de psicología diferencial, con autores como René Le Senne, redefinió los temperamentos en base a tres ejes: emotividad, actividad y resonancia (primaria o secundaria). En este sistema, el colérico se describe como emotivo, activo y primario.

Características del temperamento colérico

El tipo colérico se asocia a una serie de rasgos conductuales que pueden reconocerse de forma sistemática:

  • Alta emotividad: reacciona intensamente a los estímulos emocionales, con escasa tolerancia a la frustración.
  • Elevada actividad: muestra una necesidad constante de actuar y responder con energía a su entorno.
  • Resonancia primaria: su respuesta emocional es intensa pero breve, sin rumiación o prolongación.
  • Impulsividad: actúa con rapidez, a veces sin evaluar las consecuencias.
  • Tendencia al liderazgo: busca ejercer control o autoridad, lo que puede generar conflictos si no se gestiona adecuadamente.

Relación con conceptos actuales en medicina y psicología

Si bien el término colérico no se utiliza en clasificaciones clínicas modernas como el DSM-5 o la CIE-11, algunos de sus rasgos pueden observarse en diversos trastornos de la regulación emocional, en particular:

  • Trastorno explosivo intermitente: estallidos de ira desproporcionados a la situación.
  • Trastorno de personalidad límite: reacciones emocionales intensas e impulsivas.
  • Trastorno de personalidad antisocial: si el colérico se combina con desprecio por normas sociales.

Es importante aclarar que no todas las personas con rasgos coléricos tienen un trastorno. En muchos casos, estos rasgos forman parte de una variabilidad normal del comportamiento humano.

Diferencias entre temperamento, personalidad y trastorno

Conviene distinguir los siguientes conceptos, a menudo confundidos:

  1. Temperamento: base biológica del comportamiento, presente desde la infancia.
  2. Carácter: rasgos moldeados por la experiencia y el entorno.
  3. Personalidad: combinación estable de temperamento y carácter.
  4. Trastorno de personalidad: patrón persistente y desadaptativo que causa malestar significativo o deterioro funcional.

¿El temperamento colérico es patológico?

No necesariamente. Muchos individuos coléricos son eficientes, decididos y proactivos. Sin embargo, si estos rasgos interfieren con las relaciones interpersonales, generan sufrimiento o provocan conflictos frecuentes, puede ser útil consultar a un profesional de la salud mental.

Ventajas y desafíos del temperamento colérico

  • Ventajas: gran capacidad de liderazgo, toma de decisiones rápida, alto nivel de energía.
  • Desafíos: dificultad para la escucha, baja tolerancia a la frustración, riesgo de conflictos frecuentes.

Cuándo acudir al médico o psicólogo

Es recomendable buscar orientación profesional si se presentan alguno de los siguientes signos:

  • Dificultad para controlar la ira o impulsos agresivos.
  • Conflictos recurrentes en el entorno familiar, laboral o social.
  • Sensación de descontrol emocional o arrepentimiento frecuente por acciones impulsivas.
  • Presencia de ansiedad, insomnio o síntomas físicos relacionados con el estrés.

Precauciones y estrategias de manejo

Aunque el temperamento no puede cambiarse por completo, sí es posible modular la conducta y mejorar el control emocional mediante:

  • Técnicas de relajación como respiración diafragmática o mindfulness.
  • Terapia cognitivo-conductual para modificar patrones de pensamiento impulsivos.
  • Desarrollo de habilidades de comunicación asertiva.
  • Actividad física regular para canalizar la energía acumulada.

Preguntas frecuentes sobre el temperamento colérico

¿El temperamento colérico es hereditario?

El temperamento tiene una base genética, aunque también se ve modificado por la experiencia y el entorno familiar. Un niño con predisposición colérica puede aprender a gestionar mejor sus emociones si cuenta con modelos adecuados y herramientas emocionales desde la infancia.

¿Puede un colérico llevar una vida equilibrada?

Sí. Con autoconocimiento y estrategias adecuadas, una persona colérica puede aprovechar sus cualidades (determinación, liderazgo) sin verse desbordada por la impulsividad o el enojo. La inteligencia emocional es clave en este proceso.

¿Hay medicación para el temperamento colérico?

No existe un tratamiento farmacológico para el temperamento en sí, pero si la persona presenta trastornos del estado de ánimo o de control de impulsos, puede valorarse el uso de fármacos específicos como parte de un abordaje integral.

¿Es útil la terapia psicológica?

Sí. La psicoterapia permite identificar los patrones de conducta problemáticos, comprender las emociones asociadas y desarrollar herramientas para la autorregulación emocional y relacional.

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