DICCIONARIO MÉDICO

Clostridium

Qué es Clostridium

Clostridium es un género de bacterias grampositivas, anaerobias estrictas y formadoras de esporas, que incluye diversas especies capaces de causar enfermedades graves en el ser humano. Estas bacterias se encuentran ampliamente distribuidas en el medio ambiente (suelo, agua, vegetación) y en el tracto gastrointestinal de humanos y animales. Algunas especies son inocuas o beneficiosas, mientras que otras son altamente patógenas y responsables de infecciones severas como tétanos, botulismo, gangrena gaseosa o colitis pseudomembranosa.

El interés clínico de Clostridium se debe a su capacidad para producir toxinas potentes y su implicación en infecciones nosocomiales, cuadros gastrointestinales graves y enfermedades neurológicas por toxinas neuroactivas. El tratamiento suele requerir atención médica urgente, uso de antibióticos específicos y, en algunos casos, antitoxinas o cirugía.

Principales especies patógenas de Clostridium

Las especies más relevantes en medicina humana son:

  • Clostridium difficile: responsable de diarrea asociada a antibióticos y colitis pseudomembranosa.
  • Clostridium tetani: agente causal del tétanos, enfermedad neurológica grave.
  • Clostridium botulinum: produce la toxina botulínica, causante del botulismo.
  • Clostridium perfringens: puede provocar gangrena gaseosa, enteritis necrotizante e intoxicación alimentaria.
  • Clostridium septicum: asociado a infecciones fulminantes en pacientes inmunodeprimidos.

Clostridium difficile: la colitis asociada a antibióticos

Clostridium difficile es la especie más frecuente en infecciones nosocomiales. Produce toxinas (toxina A y B) que lesionan el epitelio intestinal y provocan inflamación grave del colon.

Factores de riesgo

  • Uso reciente de antibióticos de amplio espectro.
  • Hospitalización prolongada.
  • Edad avanzada o inmunosupresión.
  • Cirugías gastrointestinales recientes.

Manifestaciones clínicas

  • Diarrea acuosa profusa, sin sangre.
  • Fiebre y dolor abdominal difuso.
  • Presencia de placas blanquecinas en el colon (pseudomembranas), visibles por colonoscopia.
  • En casos graves: megacolon tóxico y perforación intestinal.

Diagnóstico y tratamiento

  • Pruebas de antígeno de glutamato deshidrogenasa (GDH) y detección de toxinas en heces.
  • Suspensión de antibióticos no esenciales.
  • Uso de vancomicina oral o fidaxomicina.
  • En casos recurrentes: trasplante de microbiota fecal.

Clostridium tetani: el tétanos

Clostridium tetani produce una toxina neurotóxica llamada tetanospasmina, que interfiere con la liberación de neurotransmisores inhibitorios y provoca rigidez muscular y espasmos.

Vías de entrada

  • Heridas punzantes contaminadas con tierra, heces o metales oxidados.
  • Quemaduras profundas o mordeduras.

Manifestaciones clínicas

  • Trismo (incapacidad para abrir la boca).
  • Opistótonos: rigidez y arqueamiento del cuerpo.
  • Espasmos dolorosos desencadenados por estímulos leves.

Tratamiento

  • Administración de inmunoglobulina antitetánica.
  • Metronidazol o penicilina.
  • Control de espasmos con benzodiacepinas o relajantes musculares.
  • Cuidados intensivos en casos graves.

Clostridium botulinum: el botulismo

Clostridium botulinum produce la toxina botulínica, una de las sustancias más potentes conocidas, que bloquea la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular, provocando parálisis flácida progresiva.

Formas clínicas

  • Botulismo alimentario: por consumo de alimentos enlatados o mal conservados.
  • Botulismo infantil: por colonización intestinal en lactantes.
  • Botulismo por heridas.

Síntomas

  • Diplopía, ptosis palpebral y disfagia.
  • Parálisis descendente con afectación respiratoria.

Tratamiento

  • Administración urgente de antitoxina botulínica.
  • Soporte respiratorio si hay insuficiencia ventilatoria.
  • Antibióticos si se trata de botulismo por herida.

Clostridium perfringens: la gangrena gaseosa

Clostridium perfringens es una bacteria que puede provocar infecciones de tejidos blandos graves, como miositis clostridial o gangrena gaseosa, caracterizadas por necrosis rápida, edema y producción de gas subcutáneo.

Cuadro clínico

  • Dolor intenso, desproporcionado respecto a la exploración.
  • Edema, ampollas hemorrágicas, crepitación a la palpación.
  • Shock séptico de instauración rápida.

Tratamiento

  • Desbridamiento quirúrgico urgente.
  • Penicilina G a altas dosis.
  • Oxigenoterapia hiperbárica en centros especializados.

Cuándo acudir al médico

Es importante buscar atención médica inmediata si se presentan:

  • Diarrea persistente tras uso de antibióticos.
  • Heridas contaminadas con signos de infección o secreción fétida.
  • Dificultad para tragar, visión doble, o debilidad muscular progresiva.
  • Rigidez muscular, espasmos o fiebre tras una lesión punzante.

Precauciones y prevención

  • Evitar el uso innecesario de antibióticos y seguir siempre las indicaciones médicas.
  • Conservar adecuadamente los alimentos y evitar el consumo de conservas caseras dudosas.
  • Vacunarse contra el tétanos según el calendario recomendado.
  • Mantener una higiene estricta de heridas, especialmente si hay contacto con tierra o excrementos.

Preguntas frecuentes

¿Todas las especies de Clostridium son peligrosas?

No. Muchas especies de Clostridium son comensales intestinales y no causan enfermedad. Sin embargo, algunas producen toxinas peligrosas y son responsables de infecciones graves.

¿Cómo se detecta una infección por Clostridium?

Depende de la especie. Puede requerirse cultivo, PCR, detección de toxinas o pruebas de imagen. El diagnóstico es clínico y microbiológico.

¿Es posible prevenir las infecciones por Clostridium?

Sí. Mediante higiene adecuada, vacunación, control del uso de antibióticos y correcta manipulación de alimentos.

¿Clostridium puede causar infecciones recurrentes?

Sí. Especialmente Clostridium difficile, que puede reaparecer tras el tratamiento si la microbiota intestinal no se restablece correctamente.

¿Las infecciones por Clostridium son contagiosas?

Algunas formas, como la infección por C. difficile, pueden transmitirse por contacto con superficies contaminadas o manos mal lavadas, sobre todo en hospitales.

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