DICCIONARIO MÉDICO

Carbenicilina

¿Qué es la carbenicilina?

La carbenicilina es un antibiótico betalactámico perteneciente al grupo de las penicilinas semisintéticas, clasificada dentro de las carboxipenicilinas. Se caracteriza por su actividad antibacteriana de amplio espectro, especialmente dirigida contra bacterias gramnegativas, incluyendo Pseudomonas aeruginosa y otras enterobacterias. Aunque su uso clínico ha sido en gran parte sustituido por antibióticos más modernos, la carbenicilina fue una de las primeras penicilinas efectivas contra organismos gramnegativos resistentes.

La carbenicilina actúa mediante la inhibición de la síntesis de la pared celular bacteriana, mecanismo común a los antibióticos betalactámicos. Debido a sus características farmacológicas, se utiliza fundamentalmente en el ámbito hospitalario, especialmente en pacientes con infecciones graves, inmunodeprimidos o con enfermedades nosocomiales.

Mecanismo de acción de la carbenicilina

La carbenicilina ejerce su efecto bactericida mediante la inhibición de las enzimas responsables de la síntesis del peptidoglicano, componente esencial de la pared celular bacteriana. Se une a las proteínas fijadoras de penicilina (PBP) localizadas en la membrana citoplasmática bacteriana, bloqueando la última etapa de la transpeptidación.

La inhibición de estas enzimas impide la formación de enlaces cruzados entre cadenas de peptidoglicano, debilitando la estructura de la pared celular, lo que conduce a la lisis osmótica y muerte de la bacteria. Este mecanismo es particularmente efectivo en bacterias en fase activa de multiplicación.

Espectro antibacteriano

El espectro de acción de la carbenicilina incluye una variedad de bacterias gramnegativas y, en menor medida, algunas grampositivas. Su principal ventaja terapéutica es su actividad frente a Pseudomonas aeruginosa, una bacteria notoriamente resistente a muchos antibióticos.

Bacterias sensibles a la carbenicilina

  • Pseudomonas aeruginosa
  • Proteus mirabilis y otras especies de Proteus
  • Escherichia coli (algunas cepas)
  • Enterobacter spp.
  • Salmonella y Shigella
  • Klebsiella spp. (moderada actividad)

Bacterias resistentes a la carbenicilina

  • Staphylococcus aureus (productores de betalactamasa)
  • Enterococcus spp.
  • Bacteroides fragilis

El desarrollo de resistencia bacteriana a la carbenicilina ha limitado su uso en muchas situaciones clínicas, aunque sigue siendo útil en determinados contextos, especialmente si el antibiograma demuestra sensibilidad.

Indicaciones clínicas

La carbenicilina se ha utilizado tradicionalmente en el tratamiento de diversas infecciones bacterianas graves, particularmente aquellas causadas por organismos gramnegativos resistentes. Las principales indicaciones incluyen:

  • Infecciones del tracto urinario causadas por bacterias gramnegativas multirresistentes.
  • Infecciones respiratorias (bronquitis crónica, neumonía nosocomial) en pacientes hospitalizados.
  • Infecciones intraabdominales, especialmente peritonitis en pacientes con diálisis peritoneal.
  • Sepsis bacteriana de origen gramnegativo.
  • Infecciones de heridas y quemaduras colonizadas por Pseudomonas aeruginosa.

Farmacocinética

La carbenicilina se administra generalmente por vía intravenosa o intramuscular, ya que su absorción oral es limitada. Algunas formulaciones orales existen, pero su uso clínico es restringido debido a su baja biodisponibilidad. Las características farmacocinéticas principales son:

  • Distribución: amplio volumen de distribución, con buena penetración en tejidos, orina y bilis.
  • Metabolismo: escaso, se excreta en gran parte sin cambios.
  • Eliminación: renal, con alta concentración en orina.
  • Vida media: corta, requiere administración frecuente o en infusión continua.

En pacientes con insuficiencia renal, es necesario ajustar la dosis para evitar acumulación del fármaco y toxicidad.

Efectos adversos

La carbenicilina puede causar efectos adversos, algunos comunes a otros betalactámicos y otros específicos debido a su estructura química. Los más destacados incluyen:

  • Reacciones alérgicas: urticaria, erupciones cutáneas, anafilaxia (en individuos sensibles a penicilinas).
  • Alteraciones gastrointestinales: diarrea, náuseas, dolor abdominal.
  • Trastornos electrolíticos: especialmente hipopotasemia debido a su carga de sodio.
  • Trombocitopenia y alteraciones en la coagulación (poco frecuentes).
  • Neurotoxicidad en dosis altas o en pacientes con insuficiencia renal (temblores, convulsiones).

Resistencia bacteriana

El uso prolongado e indiscriminado de carbenicilina ha favorecido la aparición de cepas resistentes. Los principales mecanismos de resistencia bacteriana incluyen:

  1. Producción de betalactamasas: enzimas que hidrolizan el anillo betalactámico y neutralizan su efecto.
  2. Alteración de las PBP (proteínas fijadoras de penicilina) que reduce la afinidad del antibiótico.
  3. Disminución de la permeabilidad de la membrana externa (por pérdida de porinas en gramnegativos).
  4. Bombas de expulsión que eliminan el antibiótico del interior celular.

Por estas razones, el uso actual de la carbenicilina se limita a situaciones específicas, siempre tras confirmación microbiológica de sensibilidad.

Interacciones farmacológicas

La carbenicilina puede interactuar con otros medicamentos, lo que debe tenerse en cuenta en pacientes polimedicados. Algunas interacciones relevantes son:

  • Anticoagulantes orales: puede potenciar su efecto por alteración en la agregación plaquetaria.
  • Diuréticos del asa: aumentan el riesgo de toxicidad renal cuando se administran conjuntamente.
  • Aminoglucósidos: puede haber sinergia antibacteriana, pero debe evitarse su mezcla en la misma jeringa o infusión.

Situación actual y relevancia clínica

La carbenicilina ha sido desplazada progresivamente por penicilinas de espectro extendido más estables frente a betalactamasas (como piperacilina) y por otros betalactámicos como las cefalosporinas o carbapenemes. Sin embargo, su estudio y comprensión siguen siendo importantes para la historia del desarrollo antibiótico y la lucha contra bacterias gramnegativas resistentes.

En contextos donde el acceso a antimicrobianos más modernos es limitado, o cuando el perfil de sensibilidad bacteriana lo permite, la carbenicilina puede seguir siendo una opción válida, especialmente en combinación con otros agentes antimicrobianos en infecciones polimicrobianas.

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