DICCIONARIO MÉDICO

Atetosis

Qué es la atetosis

La atetosis es un tipo de trastorno del movimiento que se caracteriza por movimientos involuntarios, lentos, sinuosos y continuos, que afectan principalmente a las extremidades, especialmente las manos y los pies. Estos movimientos pueden interferir con la postura y con la ejecución de movimientos voluntarios, afectando de forma significativa la calidad de vida de quien los padece.

Se trata de una forma de hipercinesia, es decir, un exceso de movimiento, y suele estar asociada con lesiones en los ganglios basales, una estructura cerebral fundamental en el control motor. La atetosis puede presentarse como un síntoma aislado, aunque con frecuencia aparece como parte de cuadros más complejos como la parálisis cerebral o ciertas encefalopatías.

Origen y causas de la atetosis

La atetosis tiene su origen en lesiones o disfunciones que afectan al sistema extrapiramidal, en especial a los ganglios basales. Las causas pueden clasificarse en congénitas o adquiridas:

Atetosis congénita

En estos casos, los síntomas están presentes desde el nacimiento o se manifiestan durante los primeros meses de vida. Es frecuente en el contexto de:

  • Parálisis cerebral tipo disquinética, especialmente en recién nacidos que han sufrido asfixia perinatal.
  • Ictericia neonatal severa, que puede causar un tipo de encefalopatía llamada kernicterus, asociada con daño en los ganglios basales.
  • Trastornos genéticos poco frecuentes, como enfermedades del metabolismo que afectan al sistema nervioso central.

Atetosis adquirida

En pacientes que previamente no presentaban síntomas, la atetosis puede desarrollarse como consecuencia de:

  • Accidentes cerebrovasculares que afecten los ganglios basales.
  • Traumatismos craneoencefálicos.
  • Infecciones del sistema nervioso central (encefalitis, meningitis).
  • Reacciones adversas a fármacos neurolépticos o antipsicóticos (discinesias tardías).
  • Enfermedades degenerativas como la corea de Huntington.

Síntomas y características clínicas

La atetosis se manifiesta por movimientos anormales que, aunque no dolorosos, resultan incontrolables y persistentes. Se caracteriza por:

  • Movimientos lentos, retorcidos y sin propósito definido.
  • Afectación distal, sobre todo en dedos, manos, pies y a veces en la cara o lengua.
  • Incremento de los movimientos con el estrés o la fatiga.
  • Dificultad para mantener una postura estable.
  • Interferencia con la marcha, la escritura y las tareas finas.

En algunos casos, la atetosis puede presentarse junto con otros tipos de movimientos anormales como:

  • Corea: movimientos más bruscos y aleatorios.
  • Distonía: contracciones musculares sostenidas.

Diagnóstico de la atetosis

El diagnóstico de la atetosis es principalmente clínico, pero puede requerir pruebas complementarias para identificar la causa subyacente. El proceso suele incluir:

  • Exploración neurológica detallada para evaluar la naturaleza del movimiento.
  • Historia clínica completa con énfasis en antecedentes perinatales, traumatismos o fármacos.
  • Neuroimagen (resonancia magnética o tomografía) para identificar lesiones estructurales.
  • Estudios metabólicos y genéticos en casos de sospecha de enfermedad hereditaria.

Tratamiento de la atetosis

Actualmente no existe un tratamiento curativo específico para la atetosis, pero sí opciones que permiten mejorar la calidad de vida del paciente:

Terapias farmacológicas

  • Anticolinérgicos: como el trihexifenidilo.
  • Agentes dopaminérgicos: en ciertos casos de distonías mixtas.
  • Fármacos GABAérgicos: como el baclofeno o las benzodiacepinas.
  • Toxina botulínica: en casos focales o combinados con distonía.

Terapias no farmacológicas

  • Fisioterapia y terapia ocupacional para fortalecer el control motor y mejorar la funcionalidad.
  • Logopedia, si existe afectación del habla o deglución.
  • Psicoterapia o apoyo psicológico en casos con repercusión emocional o social.

Tratamientos quirúrgicos

En algunos pacientes seleccionados, se puede considerar la estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés), sobre todo en formas refractarias o cuando se asocia a distonía generalizada.

Pronóstico y evolución

El pronóstico depende en gran medida de la causa subyacente. En casos congénitos como la parálisis cerebral, la atetosis suele ser persistente, aunque puede mejorar con la rehabilitación. En casos adquiridos, una vez controlada la causa, los movimientos pueden estabilizarse o disminuir.

Es fundamental un abordaje multidisciplinar que combine el tratamiento médico, la rehabilitación y el soporte emocional.

Cuándo acudir al médico

Es recomendable acudir a un profesional sanitario ante los siguientes signos o situaciones:

  • Presencia de movimientos involuntarios anómalos en extremidades o cara.
  • Dificultad creciente para realizar tareas cotidianas debido a esos movimientos.
  • Si los síntomas aparecen de forma repentina, especialmente tras un traumatismo o episodio neurológico.
  • En niños que presentan movimientos extraños o anormales desde los primeros meses de vida.

Precauciones y adaptación

Vivir con atetosis requiere adaptaciones tanto en el entorno físico como en la rutina diaria. Algunas recomendaciones generales incluyen:

  • Evitar situaciones que generen estrés o fatiga, ya que pueden agravar los síntomas.
  • Valorar ayudas técnicas para escritura, alimentación o movilidad.
  • Mantener una rutina de ejercicio terapéutico regular.
  • Contar con apoyo emocional y social, tanto para el paciente como para su entorno familiar.

Preguntas frecuentes sobre la atetosis

¿La atetosis es hereditaria?

En la mayoría de los casos, no. Sin embargo, algunas enfermedades genéticas raras que afectan al sistema nervioso pueden incluir atetosis entre sus síntomas. Un estudio genético puede ser útil si hay antecedentes familiares o síntomas neurológicos asociados.

¿Puede confundirse la atetosis con otros trastornos del movimiento?

Sí. Puede ser confundida con la corea o la distonía. Un neurólogo especializado en trastornos del movimiento puede establecer un diagnóstico diferencial adecuado basándose en las características clínicas.

¿Qué ejercicios ayudan a mejorar los síntomas?

Los ejercicios personalizados supervisados por un fisioterapeuta pueden ayudar a mejorar el control motor, reducir contracturas y mantener la movilidad. No se recomienda la actividad física intensa sin evaluación médica previa.

¿La atetosis afecta la esperanza de vida?

En sí misma, la atetosis no reduce la esperanza de vida. No obstante, las complicaciones derivadas o la enfermedad causante pueden tener impacto. El seguimiento médico continuo es fundamental para minimizar riesgos asociados.

¿Se puede trabajar o conducir con atetosis?

Dependerá de la gravedad de los síntomas. En casos leves o bien controlados, muchas personas mantienen una vida laboral activa. En situaciones moderadas o severas, puede requerirse una adaptación del puesto de trabajo o una valoración médica para determinar la aptitud para conducir.

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