DICCIONARIO MÉDICO

Astenia

Qué es la astenia

La astenia es un síntoma médico caracterizado por una sensación subjetiva de fatiga, debilidad o falta de energía que no se alivia adecuadamente con el descanso. A diferencia del cansancio físico habitual tras una actividad intensa, la astenia es persistente y puede afectar significativamente la capacidad de una persona para llevar a cabo sus actividades cotidianas.

Este término proviene del griego "asthenes", que significa débil. Aunque muchas personas relacionan la astenia con la fatiga común, en el ámbito clínico implica una sensación de agotamiento desproporcionada con respecto al esfuerzo realizado, y puede estar presente en múltiples enfermedades orgánicas o psicológicas.

Causas frecuentes de astenia

La astenia puede tener un origen muy diverso. Se distingue entre causas fisiológicas, orgánicas y psicológicas:

  • Fisiológicas: derivadas de situaciones normales como falta de sueño, ayuno prolongado o estrés.
  • Orgánicas: consecuencia de enfermedades como anemia, insuficiencia cardíaca, hipotiroidismo, cáncer, infecciones crónicas o enfermedades autoinmunes.
  • Psicológicas: asociadas a trastornos como la depresión, ansiedad o el síndrome de fatiga crónica.

En muchos casos, la astenia es un síntoma inespecífico que requiere una evaluación médica cuidadosa para determinar su causa subyacente.

Astenia vs fatiga vs debilidad

Aunque suelen usarse como sinónimos, clínicamente hay diferencias importantes entre estos términos:

  • Astenia: sensación general de falta de energía sin pérdida muscular objetiva.
  • Fatiga: agotamiento tras un esfuerzo físico o mental, generalmente reversible con el reposo.
  • Debilidad: disminución de la fuerza muscular medible, con origen neurológico o muscular.

Tipos de astenia

Desde un punto de vista clínico, la astenia puede clasificarse en:

  • Astenia aguda: de aparición súbita, asociada a infecciones o estados postoperatorios.
  • Astenia crónica: persiste más de seis meses, como en el síndrome de fatiga crónica.
  • Astenia funcional: no se identifica causa orgánica, frecuente en trastornos emocionales.
  • Astenia orgánica: relacionada con una patología concreta.

Manifestaciones clínicas

Las personas con astenia pueden experimentar:

  • Sensación de agotamiento constante.
  • Dificultad para concentrarse o realizar tareas habituales.
  • Trastornos del sueño.
  • Dolores musculares o malestar generalizado.
  • Alteraciones del apetito o del estado de ánimo.

Diagnóstico de la astenia

El abordaje diagnóstico debe ser integral y progresivo, comenzando con una historia clínica detallada que incluya:

  • Duración y características de la astenia.
  • Factores desencadenantes o atenuantes.
  • Síntomas asociados (fiebre, pérdida de peso, trastornos del sueño).

El examen físico puede orientar hacia causas endocrinas, cardíacas o neuromusculares. Las pruebas complementarias suelen incluir:

  • Analítica general: hemograma, función renal y hepática, hormonas tiroideas, niveles de vitamina D, B12 y hierro.
  • ECG y pruebas de imagen si se sospecha patología cardíaca o pulmonar.
  • Evaluación psicológica: en casos de sospecha de depresión o ansiedad.

Tratamiento de la astenia

El tratamiento depende de la causa identificada. Algunos enfoques incluyen:

  • Tratar la patología subyacente (anemia, hipotiroidismo, etc.).
  • Mejorar los hábitos de vida: sueño adecuado, alimentación saludable, actividad física adaptada.
  • Terapias psicológicas o farmacológicas si hay depresión o ansiedad.
  • Apoyo con rehabilitación física si se afecta el rendimiento funcional.

Relación con otras enfermedades

La astenia puede aparecer en múltiples patologías, incluyendo:

  • Enfermedades infecciosas: mononucleosis, hepatitis, COVID persistente.
  • Trastornos endocrinos: hipotiroidismo, diabetes.
  • Neoplasias: la fatiga es síntoma inicial en ciertos cánceres.
  • Enfermedades autoinmunes: lupus, esclerosis múltiple.

Cuándo acudir al médico

  • Si la astenia dura más de dos semanas sin causa clara.
  • Si se acompaña de fiebre, pérdida de peso o sudoración nocturna.
  • Cuando interfiere en la actividad cotidiana o en el rendimiento laboral.
  • En presencia de síntomas depresivos, como tristeza persistente o falta de interés.

Precauciones y recomendaciones generales

  • Mantener una rutina regular de sueño (7-9 horas diarias).
  • Evitar el consumo excesivo de cafeína o alcohol.
  • Incorporar ejercicio físico suave si es tolerado.
  • Consultar con el médico antes de tomar suplementos o energizantes sin indicación.

Preguntas frecuentes sobre la astenia

¿La astenia puede ser un síntoma de cáncer?

Sí. La astenia puede ser una manifestación inicial de algunos tipos de cáncer, especialmente si se asocia a otros signos como pérdida de peso inexplicada, fiebre o anemia persistente.

¿Puede ser psicológica la astenia?

Sí. La astenia es frecuente en depresión, ansiedad y trastornos de adaptación. En estos casos, puede ser el síntoma predominante, incluso en ausencia de tristeza o angustia visibles.

¿Qué diferencia hay entre astenia y fatiga crónica?

La astenia es un síntoma, mientras que el síndrome de fatiga crónica es un diagnóstico médico específico, caracterizado por fatiga persistente e incapacitante durante al menos seis meses, con criterios diagnósticos propios.

¿La astenia se puede curar?

Depende de la causa. En muchos casos, al tratar la enfermedad de base o mejorar los hábitos de vida, la astenia puede desaparecer. En otros casos crónicos, se trabaja en estrategias de manejo y adaptación.

¿Es recomendable tomar vitaminas para la astenia?

Solo si hay una deficiencia diagnosticada (como vitamina B12 o D). No se recomienda la automedicación con complejos vitamínicos sin supervisión médica.

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