DICCIONARIO MÉDICO

Asfixia

Qué es la asfixia

La asfixia es una condición médica caracterizada por una insuficiencia o interrupción del intercambio gaseoso necesario para mantener la oxigenación adecuada de los tejidos del cuerpo. En términos simples, se trata de una falta de oxígeno (hipoxia) o un exceso de dióxido de carbono (hipercapnia) en el organismo que puede poner en riesgo la vida si no se actúa rápidamente.

Puede producirse por múltiples causas, como obstrucción de las vías respiratorias, lesiones en el sistema respiratorio, exposición a gases tóxicos, ahogamiento, entre otras. Es fundamental reconocer los signos a tiempo y actuar con rapidez para evitar complicaciones graves o incluso la muerte.

Causas de la asfixia

La asfixia puede tener orígenes diversos. A continuación, se detallan las principales causas:

  • Obstrucción de las vías respiratorias: por cuerpos extraños (alimentos, objetos), inflamación, tumores o secreciones.
  • Compresión externa del cuello: estrangulamientos, traumatismos o accidentes laborales.
  • Ahogamiento: inmersión en agua o líquidos que impide la respiración.
  • Inhalación de gases tóxicos: monóxido de carbono, humo, gases industriales o de combustión.
  • Parálisis respiratoria: secundaria a enfermedades neuromusculares o afectación del centro respiratorio en el sistema nervioso central.

Tipos de asfixia

La clasificación de la asfixia depende de la causa que la origina. Los principales tipos son:

Asfixia mecánica

Se produce por la interrupción física del paso del aire a través de las vías respiratorias. Es la más frecuente en casos de atragantamiento por alimentos o cuerpos extraños.

Asfixia química

Provocada por la inhalación de sustancias que interfieren con el transporte o utilización del oxígeno, como el monóxido de carbono o el cianuro. Aunque las vías respiratorias estén libres, el oxígeno no llega a las células de forma eficaz.

Asfixia por sumersión

También conocida como ahogamiento, ocurre cuando un líquido (generalmente agua) bloquea las vías respiratorias, impidiendo el intercambio gaseoso.

Asfixia traumática

Se origina por la compresión violenta del tórax o abdomen, lo cual dificulta el movimiento del diafragma y los pulmones. Puede observarse en accidentes laborales, atrapamientos o avalanchas.

Asfixia perinatal

Afecta a los recién nacidos y puede deberse a complicaciones durante el parto que impiden una oxigenación adecuada del feto. Es una causa importante de daño neurológico en la infancia.

Síntomas de la asfixia

Los signos clínicos pueden variar según la causa, pero los más frecuentes incluyen:

  • Dificultad para respirar (disnea).
  • Coloración azulada de labios, uñas o piel (cianosis).
  • Pérdida de conciencia progresiva.
  • Ruidos respiratorios anómalos, como estridor o gorgoteo.
  • En casos graves, parada respiratoria y paro cardiorrespiratorio.

Diagnóstico de la asfixia

El diagnóstico suele ser clínico, basado en la evaluación rápida del paciente y la identificación de signos evidentes de dificultad respiratoria. En el entorno hospitalario, se pueden utilizar pruebas complementarias como:

  • Gasometría arterial: para valorar el nivel de oxígeno y dióxido de carbono en sangre.
  • Pulsioximetría: para medir la saturación de oxígeno.
  • Radiografía de tórax o TC torácica: en casos donde se sospechan causas internas.

Tratamiento de la asfixia

El tratamiento es una emergencia médica y debe iniciarse de inmediato. Las medidas dependen de la causa:

Desobstrucción de la vía aérea

En casos de atragantamiento, se pueden aplicar maniobras como la maniobra de Heimlich o, en niños y lactantes, técnicas específicas de compresiones torácicas y golpes interescapulares.

Soporte vital básico y avanzado

En situaciones graves, puede ser necesario iniciar reanimación cardiopulmonar (RCP) y administrar oxígeno suplementario. El personal sanitario puede requerir intubación y ventilación mecánica.

Tratamiento etiológico

Debe identificarse y tratarse la causa subyacente, como eliminar un cuerpo extraño, administrar antídotos en casos de intoxicación o tratar lesiones traumáticas.

Prevención de la asfixia

Algunas medidas básicas pueden reducir el riesgo de sufrir un episodio de asfixia:

  • Evitar hablar o reír mientras se come.
  • Mantener fuera del alcance de los niños objetos pequeños y juguetes con piezas desmontables.
  • No dejar sin vigilancia a personas mayores o con discapacidades durante la alimentación.
  • Instalar detectores de monóxido de carbono en el hogar.

Cuándo acudir al médico

Se debe buscar atención médica inmediata si se presentan:

  • Signos de asfixia aguda como dificultad respiratoria, pérdida de conciencia o cianosis.
  • Exposición a gases o humos tóxicos, incluso si no hay síntomas inmediatos.
  • Atragantamientos, especialmente en bebés, niños o personas mayores.

Precauciones especiales

Algunas poblaciones requieren especial atención:

  • Niños pequeños: por su tendencia a llevarse objetos a la boca y su menor control al tragar.
  • Personas mayores: por disminución de reflejos y enfermedades neurológicas.
  • Pacientes con trastornos neuromusculares: como esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o miastenia gravis.

Preguntas frecuentes sobre la asfixia

¿Cuánto tiempo puede estar una persona sin oxígeno antes de sufrir daños cerebrales?

El cerebro comienza a sufrir daño irreversible tras aproximadamente 4 a 6 minutos sin oxígeno. Por eso es fundamental actuar con rapidez ante cualquier sospecha de asfixia.

¿Qué debe hacerse si un niño se atraganta?

En bebés menores de un año, se recomiendan golpes interescapulares y compresiones torácicas. En niños mayores, se puede aplicar la maniobra de Heimlich. Siempre se debe acudir al servicio de urgencias tras el episodio, aunque el niño se recupere.

¿Es peligroso dormir con estufas de gas?

Sí. Existe riesgo de intoxicación por monóxido de carbono, un gas incoloro e inodoro que puede causar asfixia silenciosa. Es importante utilizar detectores y mantener ventilación adecuada.

¿La asfixia puede dejar secuelas neurológicas?

Sí. Si el episodio es prolongado y se produce hipoxia severa, puede haber daño cerebral permanente, con afectación del habla, la movilidad o las funciones cognitivas.

¿Qué formación es recomendable para actuar ante un caso de asfixia?

Es muy recomendable realizar cursos básicos de primeros auxilios y soporte vital básico, donde se enseñan maniobras esenciales como la Heimlich, RCP y desobstrucción en lactantes.

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