DICCIONARIO MÉDICO

Analgesia

Qué es la analgesia

La analgesia es el estado fisiológico o inducido médicamente en el que se inhibe o elimina la percepción del dolor, sin pérdida total de la consciencia ni de otras sensaciones. A diferencia de la anestesia general, que suprime por completo la conciencia, la analgesia permite que el paciente permanezca despierto o parcialmente consciente mientras se controla el estímulo doloroso.

Desde el punto de vista clínico, la analgesia constituye un componente esencial del tratamiento del dolor agudo, crónico, oncológico, postoperatorio y obstétrico. Se puede lograr mediante el uso de fármacos (analgésicos), técnicas intervencionistas o métodos físicos y psicológicos, dependiendo de la intensidad, duración y causa del dolor.

Fisiología del dolor y mecanismos de la analgesia

El dolor se origina por la activación de nociceptores, receptores sensoriales especializados que responden a estímulos dañinos o potencialmente lesivos. Este estímulo se transmite a través de vías nerviosas periféricas, medulares y centrales hasta la corteza cerebral, donde se genera la experiencia consciente del dolor.

La analgesia puede interrumpir esta cadena de transmisión en diferentes niveles:

  • Periférico: bloqueo de receptores de prostaglandinas, como hacen los AINE.
  • Medular: inhibición de la transmisión sináptica en la médula espinal (opioides, anestesia epidural).
  • Central: modificación de la percepción y respuesta emocional al dolor en el cerebro (opiáceos, neuromodulación).

Tipos de analgesia

1. Analgesia farmacológica

Es la forma más utilizada y se basa en el uso de fármacos con propiedades analgésicas. Se clasifica según la potencia y mecanismo de acción:

Analgésicos no opioides

  • Paracetamol: eficaz para dolor leve a moderado, con escasos efectos secundarios.
  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): como ibuprofeno, naproxeno o ketorolaco. Inhiben la síntesis de prostaglandinas.

Opioides

  • Débiles: codeína, tramadol.
  • Potentes: morfina, fentanilo, oxicodona.

Actúan sobre receptores opioides (mu, kappa, delta) en el sistema nervioso central, produciendo potente analgesia, pero con riesgo de tolerancia, dependencia y efectos adversos.

Coanalgésicos

Incluyen fármacos no diseñados específicamente como analgésicos, pero que tienen efectos moduladores del dolor:

  • Antidepresivos tricíclicos (amitriptilina) y duales (duloxetina) para dolor neuropático.
  • Anticonvulsivantes (gabapentina, pregabalina).
  • Corticoides, relajantes musculares, anestésicos locales.

2. Analgesia regional

Implica el uso de bloqueos nerviosos o técnicas neuraxiales para interrumpir la transmisión del dolor:

  • Anestesia epidural: ampliamente usada en cirugía y en el parto.
  • Anestesia raquídea (subaracnoidea).
  • Bloqueos periféricos guiados por ecografía.

3. Analgesia controlada por el paciente (PCA)

Sistema automatizado que permite al paciente autoadministrarse dosis seguras de opioides en el postoperatorio inmediato mediante un dispositivo electrónico. Mejora el control del dolor y la satisfacción del paciente.

4. Analgesia no farmacológica

Incluye técnicas físicas, psicológicas o integrativas que modulan la percepción del dolor. Se usan como complemento terapéutico:

  • Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS).
  • Acupuntura, masoterapia, fisioterapia.
  • Hipnosis clínica, mindfulness, biofeedback.

Escalera analgésica de la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso una estrategia de tratamiento del dolor especialmente útil en pacientes con cáncer, basada en una escala de tres pasos:

  1. Dolor leve: analgésicos no opioides ± coadyuvantes.
  2. Dolor moderado: opioides débiles ± AINE o paracetamol.
  3. Dolor intenso: opioides potentes ± coadyuvantes.

Aplicaciones clínicas de la analgesia

  • Dolor agudo postoperatorio.
  • Dolor crónico no oncológico: lumbalgia, artrosis, neuropatías.
  • Dolor oncológico.
  • Obstetricia: analgesia epidural durante el parto.
  • Cuidados paliativos.

Precauciones y efectos secundarios

El manejo analgésico debe ser individualizado y supervisado por profesionales, ya que los tratamientos pueden tener efectos secundarios:

  • Gastrointestinales: náuseas, vómitos, estreñimiento.
  • Neurológicos: somnolencia, confusión, dependencia.
  • Renales: con el uso prolongado de AINE.
  • Respiratorios: depresión respiratoria en opioides potentes.

Cuándo acudir al médico

Es necesario consultar con un especialista en dolor, anestesiología o medicina del dolor cuando se presenten:

  • Dolor persistente que no mejora con tratamientos habituales.
  • Dolor de origen incierto o con síntomas neurológicos asociados.
  • Reacciones adversas a medicamentos analgésicos.
  • Necesidad de ajuste de opioides o intervención regional.

Preguntas frecuentes sobre la analgesia

¿Es lo mismo analgesia que anestesia?

No. La analgesia elimina el dolor sin afectar completamente la conciencia. La anestesia puede implicar pérdida de conciencia y de sensibilidad total.

¿Qué tipo de analgesia se utiliza en el parto?

La analgesia epidural es la técnica más común en obstetricia para proporcionar alivio del dolor durante el trabajo de parto manteniendo la conciencia materna.

¿Los opioides son peligrosos?

Pueden ser muy eficaces para el control del dolor, pero deben usarse bajo supervisión médica estricta debido al riesgo de tolerancia, dependencia y efectos adversos.

¿Se puede vivir con dolor crónico sin opioides?

Sí, muchos pacientes con dolor crónico no oncológico se benefician de estrategias multimodales que no requieren opioides, incluyendo fisioterapia, psicoterapia y técnicas intervencionistas.

¿Existen alternativas naturales o integrativas?

Sí, como el uso de acupuntura, fisioterapia, ejercicio adaptado, mindfulness y tratamientos complementarios. Estas opciones pueden formar parte de un plan analgésico integral supervisado por un profesional.

© Clínica Universidad de Navarra 2025

La información proporcionada en este Diccionario Médico de la Clínica Universidad de Navarra tiene como objetivo principal ofrecer un contexto y entendimiento general sobre términos médicos y no debe ser utilizada como fuente única para tomar decisiones relacionadas con la salud. Esta información es meramente informativa y no sustituye en ningún caso el consejo, diagnóstico, tratamiento o recomendaciones de profesionales de la salud. Siempre es esencial consultar a un médico o especialista para tratar cualquier condición o síntoma médico. La Clínica Universidad de Navarra no se responsabiliza por el uso inapropiado o la interpretación de la información contenida en este diccionario.