DICCIONARIO MÉDICO
Amimia
La amimia es la disminución o ausencia de la expresividad facial voluntaria e involuntaria, fenómeno que se percibe como un «rostro en máscara». Se debe, en la mayoría de los casos, a la bradicinesia de la musculatura mímica propia de trastornos neurológicos que alteran los circuitos extrapiramidales, en especial la enfermedad de Parkinson (EP) y otros parkinsonismos. Sin embargo, la amimia también puede observarse en lesiones de la corteza motora suplementaria, síndromes psiquiátricos catatónicos, intoxicaciones farmacológicas o estados depresivos graves. Más allá del impacto estético, constituye un marcador clínico de severidad motora, se correlaciona con déficits de reconocimiento emocional y repercute negativamente en la calidad de vida del paciente y de su entorno. La gestualidad facial surge de la coordinación entre la corteza motora, la corteza prefrontal, la amígdala y los núcleos de la base. En la amimia, la cadencia de disparo de la vía dopaminérgica nigro‐estriada disminuye, lo que provoca hipoactividad del circuito directo y hiperactividad del circuito indirecto del globo pálido. Este desequilibrio se traduce en bradicinesia y rigidez de los músculos faciales, pérdida del parpadeo espontáneo y reducción de las micromovimientos asociados al habla. Estudios de resonancia funcional han demostrado hipoconectividad entre la ínsula anterior, área relacionada con la empatía, y las regiones motoras premotoras cuando los pacientes intentan expresar emociones. Asimismo, se documenta disminución de la actividad dopaminérgica mesolímbica, lo que explica la asociación frecuente con apatía y anhedonia. Hasta el 90 % de los pacientes con enfermedad de Parkinson experimentan amimia en algún momento del curso evolutivo. Suele coexistir con otros signos cardinales como temblor en reposo, rigidez y bradicinesia generalizada. La amimia también es característica de los parkinsonismos atípicos (atrofia multisistémica, parálisis supranuclear progresiva, degeneración corticobasal) y puede preceder a la aparición de los síntomas motores más obvios, lo que la convierte en una señal de alerta precoz. En la esquizofrenia y en la depresión mayor psicótica puede observarse una expresión facial empobrecida, tradicionalmente denominada «afecto plano». En los cuadros catatónicos, la inmovilidad y mutismo se acompañan de una amimia casi absoluta. La fisiopatología implica disfunción de redes frontolímbicas y alteraciones dopaminérgicas de tipo hipofrontalidad. La amimia se manifiesta como hipomimia o «facies en máscara» con reducción del parpadeo (parpadeo < 15/min), surco nasolabial borrado y sonrisa incompleta. Suele acompañarse de hipofonía, habla monótona y disminución de los gestos manuales (bradipsiquia gestual). Los familiares refieren dificultades para interpretar el estado de ánimo del paciente, lo que conduce a malentendidos sociales. Clínicamente se distinguen: La cara es el principal canal de retroalimentación emocional en la interacción humana. La amimia compromete la percepción de emociones de los interlocutores, provoca retraimiento social y puede agravar la depresión reactiva. Estudios de neuropsicología demuestran que los pacientes con amimia presentan alteración en el reconocimiento facial de la ira y la sorpresa, lo que refuerza el círculo vicioso de incomprensión y aislamiento. Los cuidadores interpretan erróneamente la falta de expresión como desinterés, lo que incrementa la carga psicológica familiar. La autoestima del paciente puede verse erosionada, incrementando el riesgo de ansiedad y síndrome depresivo. Programas de apoyo psicosocial y terapias grupales centradas en la expresión corporal han mostrado beneficio en la restauración de la autoestima y en la mejora de la comunicación no verbal. El diagnóstico es esencialmente clínico. Se evalúa la simetría facial en reposo, el número de parpadeos por minuto, la velocidad y amplitud de la sonrisa, y la capacidad para fruncir el ceño. Escalas como el Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS) incluyen ítems específicos sobre expresión facial. Un puntuación >2 en el ítem 19 de la sección III (facies hipomímica) sugiere amimia moderada-grave. Es necesario distinguir amimia de parálisis facial periférica (asimétrica, con debilidad muscular) y de abulia frontal (falta de iniciativa motora global). Asimismo, el síndrome pseudobulbar produce risa y llanto incongruentes más que reducción franca de la mímica. Se exploran fármacos moduladores de α-sinucleína capaces de frenar la neurodegeneración dopaminérgica y terapias génicas que restauran la enzima L-aminoácido descarboxilasa. Los sensores portátiles y la inteligencia artificial permiten seguimiento remoto de la amimia y su respuesta al tratamiento, abriendo la puerta a la medicina personalizada. La evolución depende de la enfermedad subyacente. En la EP idiopática, la amimia progresa paralelamente a la bradicinesia general. La respuesta fluctuante a la levodopa suele indicar un pronóstico funcional más favorable. Un control óptimo del tratamiento motor y un programa de rehabilitación continuo reducen el impacto social de la amimia. Se aconsejan revisiones neurológicas cada 6-12 meses con reevaluación de escalas motoras y anímicas. No. Puede presentarse en otros parkinsonismos, en trastornos psiquiátricos con afecto plano e incluso como efecto secundario de medicamentos que bloquean la dopamina. No la cura, pero mejora la movilidad y la percepción emocional, lo que incrementa la calidad de vida y la interacción social. La amimia se diagnostica clínicamente. Las pruebas de imagen funcional (SPECT DaTscan) ayudan a confirmar la pérdida dopaminérgica en la enfermedad de Parkinson. No existe prevención específica. Sin embargo, el tratamiento temprano de la enfermedad subyacente y la rehabilitación intensiva atenúan su impacto. En la mayoría de los casos no; incluso puede mejorarla al reducir la bradicinesia general, aunque depende de la diana quirúrgica y de la programación. © Clínica Universidad de Navarra 2025Qué es amimia
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Preguntas frecuentes
¿La amimia es exclusiva de la enfermedad de Parkinson?
¿La fisioterapia facial cura la amimia?
¿Existen pruebas de laboratorio para diagnosticarla?
¿Se puede prevenir?
¿La estimulación cerebral profunda empeora la amimia?