DICCIONARIO MÉDICO

Alotriofagia

Qué es alotriofagia

La alotriofagia es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por la ingestión persistente de sustancias no nutritivas o con escaso valor calórico —tierra, arcilla, almidón de lavandería, hielo, papel, cabello, tiza, ceniza— durante un periodo de al menos un mes, en una intensidad que resulta inapropiada para el nivel evolutivo y sociocultural de la persona. En la nomenclatura anglosajona se equipara al término pica, incluido en el apartado «Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos» del DSM-5-TR y en la CIE-11. Su importancia clínica radica en que puede ser indicador de deficiencias nutricionales (hierro, zinc) o de alteraciones neuropsiquiátricas, y porque conlleva riesgos de toxicidad, obstrucción intestinal e infecciones parasitarias.

El vocablo proviene del griego állotrios (extraño, ajeno) y phagein (comer). Se documenta desde la antigua Roma, pero adquirió relevancia médica en el siglo XIX, cuando se relacionó la ingestión de arcilla con cuadros de anemia ferropénica en plantaciones algodoneras del sur de Estados Unidos. Hoy se reconoce que la alotriofagia puede manifestarse en niños, gestantes, personas con discapacidad intelectual, trastornos del espectro autista o demencia, así como en sujetos sometidos a situaciones de estrés extremo.

Epidemiología

  • La prevalencia mundial varía entre 4 % y 26 % en niños de 2 a 6 años, con una tendencia a la resolución espontánea en la adolescencia.
  • En mujeres embarazadas alcanza cifras del 8 % al 32 %, con picos en el segundo trimestre.
  • En pacientes con trastornos del desarrollo intelectual, la prevalencia supera el 15 %, y persiste en la edad adulta.
  • Es más frecuente en entornos de inseguridad alimentaria y en regiones con carencia crónica de micronutrientes.

Etiopatogenia

Déficits nutricionales

El déficit de hierro se asocia a la ingestión de hielo (pagofagia) y arcilla (geofagia). La carencia de zinc se vincula a antojos de pasta de dientes, yeso o jabón. Se plantea un círculo vicioso: la deficiencia desencadena el impulso, y la sustancia ingerida dificulta la absorción de minerales, perpetuando la alteración.

Mecanismos neurológicos y sensoriales

La alotriofagia podría representar una forma de estimulación sensorial en personas con hipoarousal (autismo) o con daño frontotemporal. La activación dopaminérgica por la masticación de sustancias crujientes, frías o terrosas aportaría una gratificación inmediata que refuerza la conducta.

Factores psicosociales

Entornos con privación emocional, estrés prolongado o costumbres culturales (por ejemplo, consumo de barro con sal en algunos países de África occidental) modulan la presentación clínica y la respuesta al tratamiento.

Manifestaciones clínicas

  1. Ingestión repetitiva de materiales no alimentarios al menos una vez al día.
  2. Antojos intensos que preceden a la conducta, acompañados de sensación de alivio tras la ingesta.
  3. Preferencia por una o varias sustancias específicas: tierra (geofagia), hielo (pagofagia), almidón (amilofagia), cabello (tricofagia).
  4. Signos de deficiencia nutricional: palidez, glositis atrófica, coiloniquia.
  5. Complicaciones gastrointestinales: dolor, estreñimiento, impactación, obstrucción o perforación.

Complicaciones

  • Anemia por déficit de hierro, agravada por la interferencia de la arcilla en la absorción intestinal.
  • Intoxicación por metales pesados (plomo, arsénico) al ingerir pintura antigua o suelo contaminado.
  • Parasitismo intestinal (Ascaris, Trichuris) asociado a geofagia en zonas endémicas.
  • Bezoares y tricobezoares por acumulación de cabello o fibras, que requieren extracción endoscópica o quirúrgica.
  • Erosión dental y fisuras labiales por masticar hielo de forma compulsiva.

Diagnóstico

Criterios DSM-5-TR

  1. Ingestión persistente de sustancias no alimentarias durante ≥ 1 mes.
  2. Conducta inapropiada para el nivel de desarrollo.
  3. No forma parte de prácticas socialmente aceptadas.
  4. Si aparece asociada a otro trastorno (autismo, discapacidad intelectual), es suficientemente grave como para requerir atención clínica independiente.

Evaluación clínica

  • Anamnesis detallada sobre sustancias consumidas, frecuencia, desencadenantes y contexto.
  • Exploración física buscando signos de anemia o tóxicos cutáneos.
  • Analítica sanguínea con hemograma, ferritina, zinc sérico y plomo en sangre.
  • Estudios de imagen (radiografía abdominal) cuando se sospecha impactación o cuerpo extraño.

Diferencial

Debe diferenciarse de trastorno de rumia, trastorno obsesivo-compulsivo con ingesta de objetos, trastorno de conducta alimentaria restrictivo-evitativo y prácticas culturales de geofagia no patológica.

Tratamiento

Corrección de déficits nutricionales

La suplementación con hierro (en forma de sulfato ferroso 3–6 mg/kg/día de hierro elemental) y, si procede, zinc oral (1–2 mg/kg/día), suele reducir el impulso en 2–4 semanas.

Intervenciones conductuales

  • Refuerzo positivo y economía de fichas en pediatría.
  • Entrenamiento en sustitución sensorial (goma de mascar sin azúcar, snacks crujientes bajos en calorías).
  • Análisis funcional y reversión de hábito en trastornos del espectro autista.
  • Terapia cognitivo-conductual individual en adolescentes y adultos.

Farmacoterapia adyuvante

No existe fármaco específico; se recurrirá a ISRS (fluoxetina, sertralina) si coexiste ansiedad u obsesiones, y a antipsicóticos atípicos (risperidona) en conductas autolesivas asociadas a discapacidad intelectual.

Abordaje de complicaciones

  • Endoscopia terapéutica para extracción de cuerpos extraños o bezoares.
  • Quelación (EDTA) en intoxicación por plomo.
  • Antiparasitarios de amplio espectro (albendazol) tras geofagia en áreas endémicas.

Pronóstico

En niños neurotípicos la mayoría de los casos remite antes de la pubertad, especialmente tras corregir la anemia. En gestantes, la pagofagia suele desaparecer tras el parto. En personas con discapacidad intelectual, la evolución es crónica y requiere programas de apoyo conductual prolongados. La mortalidad es escasa, pero las complicaciones gastrointestinales severas y la toxicidad por plomo pueden generar secuelas irreversibles.

Cuándo acudir al médico

  • ingestión reciente de objetos punzantes, pilas de botón o imanes.
  • Dolor abdominal persistente, vómitos o estreñimiento severo tras episodios de geofagia o tricofagia.
  • Síntomas de intoxicación: dolor cólico, anemia hemolítica o encefalopatía en exposición a metales pesados.
  • Cefalea, fatiga extrema o palpitaciones que sugieran agravio de la anemia.
  • Alteraciones conductuales agudas (agitación, automutilación) asociadas a la búsqueda compulsiva de sustancias no comestibles.

Precauciones y autocuidado

  • Suplementación regular de hierro en embarazadas y niños, supervisada por personal sanitario.
  • Entorno seguro: retirar pinturas con plomo, productos de limpieza y objetos pequeños del alcance de niños con historial de pica.
  • Alimentos sustitutos con textura crujiente o fría si se detecta pagofagia, para reducir la erosión dental.
  • Seguimiento odontológico y desparasitación periódica en zonas de riesgo.
  • Orientación psicoeducativa a cuidadores sobre señales de alarma y técnicas de refuerzo positivo.

Preguntas frecuentes

¿La alotriofagia es siempre una señal de anemia?

No en todos los casos, pero la asociación con déficit de hierro es frecuente. Se recomienda hemograma y ferritina ante cualquier conducta de pica.

¿La ingesta de hielo puede dañar los dientes?

Sí. La pagofagia crónica provoca microfracturas y desgaste del esmalte que desembocan en hipersensibilidad dentaria y caries.

¿Las arcillas vendidas como “detox” son seguras?

No existen garantías sobre su pureza. Pueden contener plomo, mercurio o bacterias. Su consumo no está recomendado.

¿Un niño que come tierra necesita tratamiento psiquiátrico?

Depende de la edad y la frecuencia. En menores de dos años la exploración oral es normal. Pero si persiste más de un mes, interfiere con la dieta o causa síntomas digestivos, requiere evaluación médica y, a menudo, intervención conductual.

¿Se puede prevenir la alotriofagia?

La prevención incluye nutrición adecuada, control de anemia, estimulación sensorial apropiada en el desarrollo infantil y ambientes seguros donde no haya fácil acceso a sustancias peligrosas.

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