DICCIONARIO MÉDICO
Adrenalina
La adrenalina, también conocida como epinefrina, es una hormona y neurotransmisor esencial para el organismo humano. Su papel es especialmente relevante en situaciones de emergencia o estrés, al activar respuestas fisiológicas que permiten al cuerpo reaccionar con rapidez. En el ámbito médico, la adrenalina tiene un amplio uso terapéutico, desde el tratamiento del shock anafiláctico hasta la reanimación cardiopulmonar. Esta entrada explora en profundidad la adrenalina desde una perspectiva clínica, fisiológica y terapéutica, con base en literatura médica de alto rigor científico. La adrenalina es una catecolamina producida por las glándulas suprarrenales, específicamente por la médula suprarrenal. Actúa como una hormona cuando se libera al torrente sanguíneo y como un neurotransmisor en el sistema nervioso central. Forma parte del sistema de respuesta al estrés del organismo, también conocido como respuesta de lucha o huida. La adrenalina participa en numerosos procesos fisiológicos que permiten al cuerpo responder con rapidez ante una situación de amenaza. Sus principales funciones son: La producción de adrenalina es regulada por el sistema nervioso simpático. Ante una situación de estrés, se activa el eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal (HHS), lo que lleva a la liberación de adrenalina desde la médula suprarrenal. También puede ser producida en cantidades menores por algunas neuronas del sistema nervioso central. En medicina, la adrenalina se utiliza en diversas situaciones clínicas debido a su potente acción farmacológica. Se administra, por lo general, por vía intramuscular, intravenosa o subcutánea. Entre sus usos más frecuentes se incluyen: La adrenalina está disponible en varias formas, que incluyen: Como todo medicamento, la adrenalina puede causar efectos secundarios, especialmente si no se utiliza en el contexto adecuado o en dosis elevadas. Algunos de los más comunes incluyen: Está contraindicada en personas con ciertas enfermedades cardiovasculares si no hay indicación urgente. En caso de duda, debe consultarse con un especialista. Es esencial que la administración de adrenalina sea realizada por personal cualificado, salvo en casos en los que el paciente ha sido instruido para su autoadministración (como en la anafilaxia). La dosis, la vía de administración y el contexto clínico son fundamentales para evitar complicaciones. Debe consultarse con un profesional sanitario ante los siguientes casos: No hay diferencia en cuanto a la sustancia: "adrenalina" es el nombre comúnmente utilizado en Europa, mientras que "epinefrina" es el término empleado en Estados Unidos y en la nomenclatura farmacológica internacional. Ambos términos se refieren a la misma molécula. No. La adrenalina debe mantenerse entre 15 y 25 °C y protegida de la luz. Temperaturas extremas (calor o frío) pueden reducir su efectividad. La adrenalina tiene una vida media muy corta, de apenas 2 a 3 minutos en el plasma. No obstante, sus efectos fisiológicos pueden mantenerse durante más tiempo debido a las cascadas metabólicas que activa. Sí, siempre que se trate de una forma autoinyectable y el paciente haya recibido formación adecuada por parte de su médico. Es común en personas con alergias graves portar un autoinyector para emergencias. No. La adrenalina no produce dependencia ni adicción. Su uso es puntual y regulado en contextos clínicos precisos. © Clínica Universidad de Navarra 2025Qué es la adrenalina
Funciones fisiológicas de la adrenalina
Producción y regulación
Usos médicos de la adrenalina
Presentaciones farmacéuticas
Reacciones adversas y contraindicaciones
Precauciones en su uso
Cuándo acudir al médico
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la diferencia entre adrenalina y epinefrina?
¿Se puede conservar la adrenalina autoinyectable en cualquier lugar?
¿Cuánto dura la adrenalina en el organismo?
¿Puede una persona sin formación médica administrar adrenalina?
¿Puede producir dependencia o adicción?