DICCIONARIO MÉDICO

Adrenalina

La adrenalina, también conocida como epinefrina, es una hormona y neurotransmisor esencial para el organismo humano. Su papel es especialmente relevante en situaciones de emergencia o estrés, al activar respuestas fisiológicas que permiten al cuerpo reaccionar con rapidez. En el ámbito médico, la adrenalina tiene un amplio uso terapéutico, desde el tratamiento del shock anafiláctico hasta la reanimación cardiopulmonar. Esta entrada explora en profundidad la adrenalina desde una perspectiva clínica, fisiológica y terapéutica, con base en literatura médica de alto rigor científico.

Qué es la adrenalina

La adrenalina es una catecolamina producida por las glándulas suprarrenales, específicamente por la médula suprarrenal. Actúa como una hormona cuando se libera al torrente sanguíneo y como un neurotransmisor en el sistema nervioso central. Forma parte del sistema de respuesta al estrés del organismo, también conocido como respuesta de lucha o huida.

Funciones fisiológicas de la adrenalina

La adrenalina participa en numerosos procesos fisiológicos que permiten al cuerpo responder con rapidez ante una situación de amenaza. Sus principales funciones son:

  • Aumentar la frecuencia cardíaca y la contractilidad del miocardio.
  • Dilatar las vías respiratorias, mejorando la oxigenación.
  • Elevar los niveles de glucosa en sangre mediante la estimulación de la glucogenólisis y la gluconeogénesis.
  • Disminuir el flujo sanguíneo hacia órganos no esenciales en situaciones de emergencia (piel, sistema digestivo) y redirigirlo hacia el corazón, los pulmones y los músculos.
  • Potenciar la atención, la concentración y la vigilancia mediante la estimulación del sistema nervioso central.

Producción y regulación

La producción de adrenalina es regulada por el sistema nervioso simpático. Ante una situación de estrés, se activa el eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal (HHS), lo que lleva a la liberación de adrenalina desde la médula suprarrenal. También puede ser producida en cantidades menores por algunas neuronas del sistema nervioso central.

Usos médicos de la adrenalina

En medicina, la adrenalina se utiliza en diversas situaciones clínicas debido a su potente acción farmacológica. Se administra, por lo general, por vía intramuscular, intravenosa o subcutánea. Entre sus usos más frecuentes se incluyen:

  • Reacciones alérgicas graves (anafilaxia): La adrenalina es el tratamiento de elección y debe administrarse lo antes posible.
  • Paro cardiorrespiratorio: Se utiliza durante las maniobras de reanimación para restaurar la actividad cardíaca.
  • Asma grave: En casos excepcionales, cuando otros tratamientos no son eficaces, se puede administrar para dilatar los bronquios.
  • Control de hemorragias locales: Por su efecto vasoconstrictor, la adrenalina puede emplearse junto a anestésicos locales.

Presentaciones farmacéuticas

La adrenalina está disponible en varias formas, que incluyen:

  • Ampollas para inyección intravenosa o intramuscular.
  • Jeringas autoinyectables, de uso habitual en pacientes con alergias graves.
  • Soluciones oftálmicas o tópicas en combinación con anestésicos.

Reacciones adversas y contraindicaciones

Como todo medicamento, la adrenalina puede causar efectos secundarios, especialmente si no se utiliza en el contexto adecuado o en dosis elevadas. Algunos de los más comunes incluyen:

  • Taquicardia
  • Hipertensión arterial
  • Temblor y sensación de ansiedad o nerviosismo
  • Dolor de cabeza

Está contraindicada en personas con ciertas enfermedades cardiovasculares si no hay indicación urgente. En caso de duda, debe consultarse con un especialista.

Precauciones en su uso

Es esencial que la administración de adrenalina sea realizada por personal cualificado, salvo en casos en los que el paciente ha sido instruido para su autoadministración (como en la anafilaxia). La dosis, la vía de administración y el contexto clínico son fundamentales para evitar complicaciones.

Cuándo acudir al médico

Debe consultarse con un profesional sanitario ante los siguientes casos:

  • Antecedentes de reacciones alérgicas graves: para valorar la indicación de llevar adrenalina autoinyectable.
  • Uso reciente de adrenalina sin supervisión médica: es necesario seguimiento por posibles efectos adversos.
  • Condiciones cardíacas que puedan contraindicar su uso.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es la diferencia entre adrenalina y epinefrina?

No hay diferencia en cuanto a la sustancia: "adrenalina" es el nombre comúnmente utilizado en Europa, mientras que "epinefrina" es el término empleado en Estados Unidos y en la nomenclatura farmacológica internacional. Ambos términos se refieren a la misma molécula.

¿Se puede conservar la adrenalina autoinyectable en cualquier lugar?

No. La adrenalina debe mantenerse entre 15 y 25 °C y protegida de la luz. Temperaturas extremas (calor o frío) pueden reducir su efectividad.

¿Cuánto dura la adrenalina en el organismo?

La adrenalina tiene una vida media muy corta, de apenas 2 a 3 minutos en el plasma. No obstante, sus efectos fisiológicos pueden mantenerse durante más tiempo debido a las cascadas metabólicas que activa.

¿Puede una persona sin formación médica administrar adrenalina?

Sí, siempre que se trate de una forma autoinyectable y el paciente haya recibido formación adecuada por parte de su médico. Es común en personas con alergias graves portar un autoinyector para emergencias.

¿Puede producir dependencia o adicción?

No. La adrenalina no produce dependencia ni adicción. Su uso es puntual y regulado en contextos clínicos precisos.

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