DICCIONARIO MÉDICO

Actitud

En medicina, el término actitud puede tener diversas acepciones dependiendo del contexto clínico, anatómico o psicológico. De forma general, se refiere a la disposición o forma que adopta el cuerpo o una parte de él ante una determinada situación, ya sea espontánea, inducida o patológica. También se utiliza para describir el comportamiento psicológico o emocional de una persona frente a una enfermedad, tratamiento o entorno hospitalario.

Qué es actitud

Desde una perspectiva médica integral, la actitud puede clasificarse en dos grandes ámbitos: físico y psicológico. Físicamente, se refiere a la posición corporal, como por ejemplo en posturas antiálgicas, espásticas o decúbitos prolongados. Psicológicamente, describe la manera en que una persona reacciona mentalmente ante una circunstancia, lo que puede influir directamente en su evolución clínica.

Actitud física en medicina

En el examen físico, la actitud de una persona proporciona datos importantes. Existen múltiples tipos de actitudes observables:

  • Actitud antiálgica: postura adoptada para reducir el dolor.
  • Actitud rígida: típica del parkinsonismo.
  • Actitud flácida: observada en lesiones medulares completas.
  • Actitud decúbito: lateral, prono, supino, según el apoyo del cuerpo.

Estas posiciones pueden ser espontáneas o reflejar alteraciones neurológicas, musculoesqueléticas o metabólicas. La observación clínica de la actitud personal también permite estimar el grado de colaboración del paciente o su nivel de conciencia.

Actitud en psicología médica

En el campo psicológico y conductual, la actitud se refiere a la predisposición mental o emocional que una persona muestra frente a una situación médica. Esta actitud mental influye significativamente en la evolución del paciente, la adherencia al tratamiento y su percepción del proceso de salud-enfermedad.

Existen ejemplos de actitudes comunes que pueden observarse durante el proceso clínico:

  • Actitud positiva: aceptación del diagnóstico, participación activa en el tratamiento, resiliencia emocional.
  • Actitud negativa: negación del diagnóstico, resistencia terapéutica, ansiedad o miedo persistente.
  • Actitud proactiva: búsqueda de soluciones, cumplimiento riguroso de recomendaciones médicas.

Estas actitudes tienen un impacto directo en la recuperación funcional, el estado emocional del paciente y la relación médico-paciente. La evaluación del tipo de actitud puede hacerse mediante entrevistas clínicas, escalas de valoración y observación continua durante la hospitalización o seguimiento ambulatorio.

Influencia de la actitud en el pronóstico médico

Diversos estudios clínicos han mostrado que mantener una actitud positiva o actitud proactiva ante la enfermedad está asociado con mejores resultados en condiciones como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, recuperación postquirúrgica y enfermedades crónicas. La actitud mental del paciente influye sobre el eje neuroendocrino-inmunológico, modulando su respuesta inflamatoria, percepción del dolor y recuperación general.

En cambio, una actitud negativa mantenida en el tiempo puede correlacionarse con mayor morbilidad psicológica, abandono del tratamiento o peor calidad de vida.

Cuándo acudir al médico

  • Si se observa cambio postural anómalo persistente o dolor relacionado con una determinada actitud corporal.
  • Ante síntomas psicológicos como desmotivación, negativismo constante, o dificultad para afrontar una enfermedad.
  • Cuando un paciente rechaza tratamiento médico sin razones clínicas objetivas.
  • Si un paciente presenta alteraciones conductuales que impiden la colaboración terapéutica.

Precauciones y orientación terapéutica

  • Identificar tempranamente la actitud mental del paciente mediante entrevista clínica.
  • Educar al paciente sobre el impacto de su actitud en su evolución.
  • Implementar intervenciones psicológicas en pacientes con actitud negativa persistente.
  • Trabajar en equipo interdisciplinar para abordar tanto la dimensión física como emocional del paciente.

Preguntas frecuentes sobre actitud

¿Una actitud positiva mejora los resultados clínicos?

Sí. Estudios en oncología, cardiología y rehabilitación han demostrado que una actitud positiva y colaboradora puede mejorar el cumplimiento terapéutico, reducir la percepción de dolor y acortar los tiempos de recuperación.

¿Qué diferencia hay entre actitud y estado de ánimo?

El estado de ánimo es una condición emocional transitoria, mientras que la actitud es una predisposición más estable hacia ciertos comportamientos o pensamientos, y puede ser positiva o negativa respecto a situaciones específicas.

¿Una mala actitud puede afectar a un tratamiento médico?

Sí. Una actitud negativa o de negación puede llevar al incumplimiento de las indicaciones médicas, abandono del tratamiento o rechazo a intervenciones necesarias, lo que afecta directamente al pronóstico.

¿Se puede entrenar o modificar la actitud ante una enfermedad?

Sí. Mediante intervención psicológica, apoyo emocional, educación sanitaria y el acompañamiento adecuado, es posible promover una actitud proactiva o adaptativa frente a situaciones clínicas complejas.

¿Cuál es la diferencia entre actitud y aptitud en el ámbito médico?

La actitud se refiere a la predisposición emocional o mental que una persona adopta ante una situación (como aceptar un diagnóstico o colaborar con el tratamiento), mientras que la aptitud hace referencia a la capacidad física, intelectual o técnica para realizar una tarea o enfrentar un desafío. En medicina, ambas influyen en el pronóstico: una buena aptitud funcional combinada con una actitud positiva suele mejorar la recuperación.

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