Autolesión y suicidio en adolescentes

Diferencias entre el gesto suicida y la autolesión

“Cuando un adolescente se autolesiona lo habitual es que su entorno se alarme porque lo identifican con un deseo de muerte”, explica la Dra. Azucena Díez, psiquiatra de la Clínica Universidad de Navarra y presidenta de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

“Sin embargo, si se les da la oportunidad, ellos mismos suelen explicar las diferencias, ya que una autolesión no implica un intento de suicidio”, añade. Así, estas responden a estados emocionales de ira, desesperación o angustia, y los gestos suicidas se relacionan con ideas crónicas de desesperanza.

Autolesiones en adolescentes

¿Qué es la autolesión no suicida?

Las autolesiones no suicidas o ALNS es el acto de autolesionarse a propósito para afrontar los estados emocionales de ira, desesperación o angustia. Generalmente la autolesión no es un intento de suicidio y los métodos empleados son menos graves.

Los más característicos son los cortes superficiales en el antebrazo, morderse, quemarse, golpearse la cabeza o ingerir fármacos en dosis insuficientes para causar la muerte. Los jóvenes suelen ser conscientes de que su comportamiento puede causar lesiones graves pero que no suponen una amenaza para la vida. 

Motivos de autolesiones en adolescentes

Su intención no es “llamar la atención”, sino pedir ayuda, porque la necesitan. En muchos casos las autolesiones buscan aliviar su malestar, por ejemplo, los adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria, entre ellos la anorexia nerviosa y la bulimia, las realizan para aliviar su culpabilidad por haber comido, vomitado o estar causando daño a sus padres. Otras personas, en especial las que han sufrido traumas, manifiestan sentimientos de vacío existencial y desean “sentirse vivos, desentumecerse”. Algunos adolescentes que se autolesionan pueden buscar la deseabilidad social, es decir, “que se hable de ellos, aunque sea mal”. También pueden querer escapar de situaciones dolorosas, como intentar que sus padres estén juntos tras una separación o relación conflictiva.

Complicaciones de las autolesiones

La autolesión es un comportamiento muy repetitivo, incluso se le cataloga como adictivo.

A menudo las autolesiones pueden tener secuelas físicas y emocionales en la vida de los jóvenes, como cicatrices, infecciones, dificultades para relacionarse con los demás, conductas impulsivas e inesperadas, así como lesiones graves que podrían llevar a la muerte.

Además, la autolesión puede aumentar el riesgo de suicidio debido a los problemas emocionales que la desencadenan. Por tanto, la tasa de suicidio es considerablemente superior en personas que se autolesionan que en las que no lo hacen. 

"Preguntar por las ideas de suicidio no aumenta el riesgo, sino que lo reduce. Es importante contar con la opinión y colaboración de los profesionales del ámbito educativo, como el tutor u orientador escolar y, según la gravedad de lo relatado, acudir a un profesional de la salud."

DRA. AZUCENA DÍEZ
Directora de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente

Conductas suicidas en adolescentes

¿Qué es la conducta suicida?

Los gestos suicidas es un conjunto de acciones o pensamientos orientados a causar la propia muerte de manera deliberada y se relacionan con ideas crónicas de desesperanza. El suicidio es la primera causa de muerte externa, es decir, no causada por una enfermedad. Se encuentra entre las primeras diez causas de muerte en adolescentes y adultos jóvenes en todo el mundo. En España, supone la segunda causa de muerte en menores de 18 años, después de los accidentes de tráfico. 

Factores de riesgo para el suicidio en adolescentes

Las personas que tienen un riesgo mayor de cometer suicidio son aquellas que padecen enfermedades mentales, principalmente depresión infantil, aunque también otras, como trastornos de la conducta alimentaria, psicosis, etc.

El consumo de alcohol y otras sustancias también aumenta el riesgo, porque favorece el paso al acto. Además, el hecho de estar involucrado en situaciones de violencia (ya sea acoso escolar o bullying, pareja o familiares) se ha descrito también como un factor de riesgo, así como las sensaciones de pérdida (duelos, rupturas de pareja, divorcio de los padres) y diversos entornos culturales y sociales.

Por otro lado, la conducción temeraria, saltar desde lugares peligrosos (grandes alturas, vías de tren o metro), consumo de drogas con fin de experimentación en dosis o modos inusuales, etc., son actividades que se realizan como diversión para buscar el placer que genera el riesgo, pero “pueden esconder intenciones suicidas encubiertas”, asegura la especialista de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra.

Signos de alarma 

Autolesiones

  • Brazo con cicatrices y cortes.
  • Tener lesiones continuas que no tienen explicación.
  • Llevar ropa con cuello alto y manga larga incluso en días de calor. 
  • Pasar mucho tiempo en el baño o la habitación con puerta cerrada.
  • Encontrar cuchillas de afeitar o restos de sangre en la papelera.
  • Búsquedas relacionadas en las redes sociales.

Suicidio

  • Comunicar las ideas de quitarse la vida de forma directa o indirecta.
  • Buscar un modo o lugar para cometer suicidio.
  • Estar enfocado en la muerte, tener un plan de quitarse la vida y negar estas ideas ante una sospecha.
  • Tener comportamientos y estados de ánimo asociados con la depresión, tener cambios de personalidad o de humor.
  • Despedirse de amigos y seres queridos de forma expresa o mediante notas escritas.
  • Haberlo intentado ya en alguna ocasión.

Prevención de las autolesiones y conductas suicidas

Desde la perspectiva de los familiares o amigos, cuando exista una sospecha de que un adolescente pueda estar pensando en el suicidio, aunque incluso parezca remota, se debe tratar de dialogar con él, sin discutir ni criticarle, transmitiendo una sensación de ayuda incondicional para intentar averiguar “sus” motivos.

“Además, preguntar por las ideas de suicidio no aumenta el riesgo, sino que lo reduce”, indica la especialista de la Clínica Universidad de Navarra. Es importante contar con la opinión y colaboración de los profesionales del ámbito educativo, como el tutor u orientador escolar y, según la gravedad de lo relatado, acudir a un profesional de la salud, inicialmente su pediatra o médico de atención primaria, o a un psiquiatra/psicólogo con formación y experiencia con adolescentes.

Así, la misión de las familias y de los profesionales de la salud es que sustituyan esos comportamientos por otros más adaptativos. “La presencia de éxito académico, planes de futuro, espiritualidad, apoyo, comunicación familiar y la sensación de pertenencia a un grupo son los principales factores protectores”, concluye la doctora.

Preguntas frecuentes sobre las autolesiones

Desde la perspectiva de los familiares o amigos, se debe tratar de dialogar con él, sin discutir ni criticarle, transmitiendo una sensación de ayuda incondicional para intentar averiguar “sus” motivos y evaluar la necesidad de acudir a un profesional de la salud.

Existen diferentes formas de intentar prevenir las autolesiones. En el momento de sentir el impulso de autolesionarse, se puede conversar con un amigo o familiar para eliminar las emociones negativas, practicar deporte, distraerse escuchando música, darse una ducha o salir a pasear. 

El cutting o también llamado risuka se refiere a los cortes superficiales en la piel (horizontales en el antebrazo), que algunas personas se realizan de manera intencional y frecuente sin el propósito inmediato de cometer el suicidio.

Las autolesiones suelen vincularse con determinadas enfermedades de salud mental, como trastornos de conducta alimentaria, depresión, estrés postraumático, trastorno bipolar, psicosis, etc.