La luz pulsada intensa se afianza como alternativa para los ojos secos propiciados por el uso de las pantallas
Este tratamiento frena el desarrollo de un problema de salud ocular creciente que también pueden provocar la edad avanzada, las enfermedades autoinmunes o una mala alimentación.
2 de abril de 2024
El 82% de los pacientes de la Clínica Universidad de Navarra tratados en su sede de Pamplona con luz pulsada intensa (IPL, por sus siglas en inglés) están satisfechos al terminar la terapia. Se trata de una técnica que, mediante suaves pulsos de luz, elimina la sequedad, el picor o la sensación de tener cuerpos extraños causada por un trastorno denominado “ojo seco evaporativo”.
Según la Dra. Cristina Abascal, especialista del Departamento de Oftalmología de la Clínica, “el tratamiento es eficaz y cómodo para este problema que se asocia con una disfunción de las glándulas de Meibomio, cuyo funcionamiento es esencial porque generan un componente oleoso que es crucial para mantener la estabilidad de la película lagrimal y evitar su evaporación”.
Este tratamiento, realizado de manera ambulatoria por enfermeras especializadas, consiste en emitir pulsos de luz sobre los párpados del paciente en cuatro sesiones espaciadas cada 2 semanas. Para ello, y con el fin de extremar las medidas de seguridad, se emplean protectores oculares que evitan cualquier contratiempo. El aparato adquirido por la Clínica para realizar esta intervención es el único certificado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el abordaje de esta patología.
María Mendoza, enfermera del Departamento de Oftalmología de la Clínica, destaca que “el proceso es muy llevadero para el paciente y no suele superar los 15 minutos por sesión. Alguno menciona una ligera sensación de quemazón que, en cualquier caso, es tolerable. Además, no se requieren cuidados especiales posteriores, más allá de evitar la exposición al sol”.
Un problema creciente de la sociedad digital
El ojo seco es un problema frecuente que, según la Dra. Abascal, irá en aumento en los próximos años: “Se trata de una patología de nuestro tiempo influenciada, en gran medida, por el uso de pantallas y la disminución de la frecuencia del parpadeo. Otros factores, como la edad avanzada, las enfermedades autoinmunes o una mala alimentación, también pueden provocar el desarrollo de este problema de salud ocular”. En la mayoría de los casos, la falta de lágrima se suple mediante el aporte de lágrimas artificiales que mantienen lubricada la superficie ocular.