El golpe de calor puede comprometer la vida si no se trata a tiempo
El Dr. José Javier Varo, director del Servicio de Urgencias de la Clínica Universidad de Navarra, ha advertido de que esta elevación incontrolada de la temperatura corporal puede llegar a provocar un grave fallo multiorgánico
23 de julio de 2025
Las consultas por trastornos derivados de las altas temperaturas aumentan en verano motivadas también por las olas de calor que se suceden en esta época. El Dr. José Javier Varo, director del Servicio de Urgencias de la Clínica Universidad de Navarra, ha advertido de la necesidad de distinguir entre el agotamiento por calor y el verdadero golpe de calor, una patología grave que puede comprometer la vida si no se trata de forma inmediata.
El agotamiento por calor es un cuadro leve que se manifiesta con sensación de cansancio, náuseas, vómitos y sudoración abundante. Generalmente, se resuelve de forma espontánea en pocos minutos o en unas pocas horas. Sin embargo, según el Dr. Varo, “el golpe de calor es una alteración mucho más seria, porque el organismo pierde su capacidad para regular la temperatura corporal, que se eleva por encima de los 40 grados centígrados. Esto puede provocar síntomas severos como convulsiones, vómitos intensos y pérdida prolongada de conciencia, por lo que requiere atención médica urgente”.
El Dr. Varo explica que los golpes de calor se producen, sobre todo, durante periodos prolongados de temperaturas ambientales elevadas, especialmente cuando se combinan con una baja humedad y escasa ventilación, lo que impide que las viviendas se refresquen adecuadamente. También son frecuentes en personas que realizan ejercicio físico intenso en las horas centrales del día o que permanecen expuestas al sol durante mucho tiempo.
Para prevenir estos cuadros, el especialista recomienda “mantener una hidratación constante a lo largo del día, sin esperar a sentir sed, y evitar tanto la exposición directa al sol como la práctica deportiva en las horas de más calor. Tras la exposición solar, conviene reposar en un lugar fresco y reponer líquidos con agua o zumos de frutas”.
En caso de que se presenten los primeros síntomas, es fundamental apartarse del foco de calor y buscar un entorno fresco, idealmente con aire acondicionado. “Es aconsejable refrescar el cuerpo con compresas frías en la frente, el cuello o las axilas, e ingerir líquidos de forma continuada. En las formas leves, la recuperación suele ser rápida y completa, pero si los síntomas persisten o se agravan, se debe acudir sin demora a un servicio de urgencias para una vigilancia estrecha”, afirma el especialista.
Los signos de alarma incluyen calambres musculares, una disminución del nivel de consciencia, convulsiones o vómitos prolongados. Reconocer estos síntomas y actuar con rapidez puede evitar complicaciones graves. Según el Dr. Varo, “los golpes de calor son una emergencia médica poco frecuente, pero potencialmente mortal, que puede prevenirse con medidas sencillas. La información, la hidratación y el sentido común son los mejores aliados para disfrutar del verano con seguridad”.