Publicaciones científicas

Belleza y cirugía estética: consideraciones psicológicas y morales

01-ago-2002 | Revista: Revista de Medicina de la Universidad de Navarra

Hontanilla B, Aubá C.


La belleza según Santo Tomás de Aquino es aquello cuya contemplación agrada. Esta palabra significa aquel raro conjunto de perfecciones y prendas que encadenan nuestra imaginación, sin que nos sea dado definir la sensación que nos imprime, ni determinar la naturaleza y el origen del placer que nos causa.

En la práctica la belleza es más fácil de reconocer que de definir. Si consideramos sólo la belleza de las personas ésta puede caracterizarse como una valoración atractiva del individuo influenciada por valores culturales.

Históricamente el valor de la belleza en los asuntos humanos surgió con la llegada de la escritura. Platón entendía que ser bello es uno de los tres deseos de cada individuo, los otros dos eran la salud y la riqueza adquirida por métodos honestos. Aristóteles decía que "la belleza es la mejor introducción que ninguna otra carta de recomendación"

La medición formal de la belleza es una empresa humana que tiene antecedentes históricos. Los griegos fueron los primeros en apreciar la perfección estética en términos numéricos de simetría y proporciones. Más tarde, los europeos aceptaron las proporciones ideales del tamaño del brazo, del torso y las medidas faciales expresadas en las esculturas clásicas como una representación tridimensional de una forma humana ideal.

Durante el renacimiento Durero desarrolló un sistema de proporciones físicas con las cuales dividía la cara en cuadrantes o tercios y, a modo de ejemplo, refería que el tamaño de la nariz y la oreja debían de ser de igual longitud. Así, la belleza es representada en términos de simetría y era definida por medio de razones inmutables.

Sin embargo, las proporciones fijas no son esenciales para definir la belleza y las bases propuestas aparecen menos frecuentemente en individuos que son considerados como bellos. De esta manera, la belleza no puede ser reducida a simples razones de simetría, pero tampoco se trata de un mero accidente de la naturaleza. Más aun, la belleza del cuerpo contribuye a potenciar el lenguaje de la persona y es un componente esencial para su identidad.

CITA DEL ARTÍCULO  Rev Med Univ Navarra. 2002 Jul-Sep;46(3):45-51