Estudios de la función renal
"Las distintas determinaciones que se analizan en el laboratorio permiten detectar el funcionamiento correcto o no del riñón".
DRA. ESTÍBALIZ ALEGRE MARTÍNEZ ESPECIALISTA. SERVICIO DE BIOQUÍMICA

¿Qué son y para qué sirven?
La evaluación de la función renal combina pruebas de laboratorio y técnicas de imagen, seleccionadas según cada caso. Los análisis de sangre y orina son el punto de partida para detectar alteraciones en la filtración y el equilibrio de líquidos y sales. La ecografía es la técnica de imagen de primera elección por su seguridad y ausencia de radiación. El TAC y la resonancia magnética se reservan para indicaciones específicas, tomando precauciones en pacientes con enfermedad renal crónica por el uso de contrastes. Los estudios de medicina nuclear permiten medir la función de cada riñón por separado y evidenciar cicatrices. En situaciones seleccionadas, la biopsia renal ofrece un diagnóstico muy preciso al analizar el tejido con distintas microscopías. Como complemento, la bioimpedancia eléctrica ayuda a valorar el estado nutricional y la composición corporal. Cada una de estas pruebas aporta información diferente; el especialista decidirá cuáles son necesarias según la situación clínica de cada paciente.

¿Cuándo se estudia la función renal?
La función renal se evalúa cuando existen signos o factores de riesgo de daño en los riñones.
Estos estudios se solicitan ante la presencia de hinchazón en las piernas o el rostro, presión arterial alta, alteraciones en la orina o resultados anormales en análisis previos. También se indican en personas con diabetes, enfermedades autoinmunes o antecedentes familiares de enfermedad renal.
En los hospitales, son pruebas habituales antes de administrar determinados fármacos o contrastes radiológicos. Asimismo, se realizan controles periódicos en pacientes con enfermedad renal crónica o con trasplante para valorar la evolución de su función renal.
Enfermedades en las que se solicitan pruebas de la función renal
- Enfermedad renal crónica (ERC): para valorar la progresión del daño y ajustar el tratamiento.
 - Enfermedad renal diabética: por su relación directa con el desarrollo de nefropatía diabética.
 - Enfermedad renal e hipertensión arterial: ya que la presión alta puede dañar los vasos sanguíneos renales.
 - Glomerulonefritis: para evaluar la función filtrante y la inflamación de los glomérulos.
 - Lesión renal aguda: para determinar la causa, la gravedad y la recuperación del riñón.
 
¿Tiene alguna de estas enfermedades?
Puede que sea necesario realizarle un estudio de la función renal
Tipos de estudios de la función renal
Análisis de sangre y orina
Son las pruebas más habituales, no invasivas y de primera línea para evaluar la función renal. Aportan información complementaria y, en la mayoría de los casos, orientan el diagnóstico y el seguimiento.
- Creatinina sérica y filtrado glomerular estimado (eGFR): el laboratorio calcula el eGFR a partir de la creatinina. Juntos indican el grado de función renal y ayudan a clasificar la enfermedad renal crónica por estadios.
 - Cistatina C: marcador alternativo que puede ser más fiable cuando la creatinina no refleja bien la función (p. ej., poca o mucha masa muscular, ancianos, deportistas). Permite confirmar el eGFR cuando hay dudas.
 - Albuminuria/Proteinuria: la relación albúmina/creatinina en orina (ACR) en muestra aislada es la prueba preferida para detectar pérdida de proteínas. La presencia de albúmina sostenida es un marcador precoz de daño renal y cardiovascular.
 - Urea (BUN): menos específica que la creatinina; varía con la hidratación, la dieta y algunos fármacos, pero complementa la valoración global.
 - Urianálisis (tira reactiva y sedimento): detecta sangre, leucocitos, nitritos, glucosa o cristales, útiles para orientar infecciones, litiasis o glomerulopatías.
 - Orina de 24 horas: se reserva para situaciones concretas (cuantificar proteinuria elevada, estudiar litiasis, medir aclaramiento de creatinina) cuando la muestra aislada no es suficiente.
 
Cómo prepararse: procure una hidratación habitual el día previo, evite ejercicio intenso y comidas muy proteicas justo antes de la analítica, e informe de todos sus medicamentos (algunos, como antiinflamatorios o ciertos antibióticos, pueden afectar los resultados). Para el análisis de orina, aporte una muestra de la primera orina de la mañana o una muestra media del chorro, evitando contaminación (especialmente durante la menstruación).
Interpretación y siguientes pasos: un eGFR reducido y/o albuminuria persistente en dos controles separados suele indicar daño renal y requiere valoración médica. A veces es necesario repetir las pruebas (por deshidratación, infección urinaria o esfuerzo reciente) o complementarlas con otras técnicas según su caso.
Bioimpedancia eléctrica
Método no invasivo y rápido que estima la composición corporal: agua total (intra y extracelular), masa magra/muscular y masa grasa. En nefrología ayuda a detectar sobrecarga o déficit de líquidos, valorar el estado nutricional y ajustar decisiones (p. ej., diálisis, dieta y ejercicio).
- Cómo funciona: aplica una corriente muy baja y mide la respuesta eléctrica del cuerpo. No duele ni irradia.
 - Preparación: no suele requerir ayuno; acudir bien hidratado salvo indicación contraria y retirar objetos metálicos.
 - Limitaciones: los resultados dependen del estado de hidratación, edemas o dispositivos. Deben interpretarse junto con la exploración clínica y las analíticas.
 
Pruebas de imagen radiológica
Las técnicas de imagen ayudan a conocer la forma, tamaño y estructura de los riñones y a detectar problemas como cálculos, quistes, tumores u obstrucciones. Se eligen según la situación clínica y el estado de la función renal.
- Ecografía renal 2D y Doppler: segura, sin radiación, rápida y la más utilizada. Permite ver el tamaño renal, quistes o dilataciones (hidronefrosis), medir el residuo posmiccional en la vejiga y valorar el flujo sanguíneo de arterias y venas renales con Doppler.
 - PoCUS (Point-of-Care Ultrasound): ecografía realizada junto al paciente para una valoración inmediata, sin necesidad de traslado a otro servicio. En nefrología ayuda a evaluar riñones y vejiga, estimar el estado de volumen (vena cava, pulmones), y detectar líquido en abdomen o alrededor del corazón y pulmones. Reduce tiempos, evita radiación y facilita decisiones como ajustar la diálisis o identificar complicaciones de forma precoz.
 - TAC (escáner): muy útil para piedras (sin contraste) y para caracterizar masas o estudiar complicaciones (habitualmente con contraste yodado). El contraste se emplea con precaución si existe enfermedad renal crónica o riesgo de lesión renal aguda; puede requerirse hidratación previa y ajuste de algunos fármacos (p. ej., metformina según indicación médica).
 - Resonancia magnética (RM): alternativa cuando se desea evitar radiación o no es posible realizar TAC. En insuficiencia renal avanzada, el gadolinio (contraste) puede estar contraindicado; muchas exploraciones se hacen sin contraste o se coordinan con diálisis según el caso.
 
Seguridad y preparación: informe si está embarazada, tiene marcapasos u otros implantes metálicos, alergias a contrastes o antecedentes de enfermedad renal. Acuda bien hidratado salvo que su médico indique lo contrario. Si se administra contraste, es normal notar sensación de calor o gusto metálico breve; después, beba líquidos (si no hay restricción) y siga las indicaciones de su equipo.
Pruebas de Medicina Nuclear
Son estudios especializados que muestran cómo funciona cada riñón por separado. Consisten en una pequeña inyección intravenosa de un radiofármaco de baja dosis y en capturar imágenes con una cámara. No duelen, la radiación es baja y, en general, son muy seguras.
- Gammagrafía renal dinámica (MAG3, DTPA): evalúa en tiempo real la entrada del radiofármaco al riñón, su procesamiento y la salida hacia la vejiga. Permite medir la contribución funcional de cada riñón (porcentaje derecho/izquierdo) y detectar obstrucciones del tracto urinario.
 - Gammagrafía renal estática (DMSA): muestra qué áreas del riñón funcionan mejor y ayuda a identificar cicatrices o zonas con menos tejido activo, útil tras infecciones urinarias repetidas o para estudiar malformaciones.
 - Medición isotópica del filtrado glomerular: es la forma más precisa de conocer la capacidad de filtrado del riñón; no se realiza de rutina, pero se indica cuando se necesita una cuantificación exacta (por ejemplo, antes de ciertos tratamientos o cirugías).
 
Cómo prepararse: normalmente no requiere ayuno; acuda bien hidratado salvo indicación contraria. Informe si está embarazada o en periodo de lactancia. Tras la prueba, se aconseja beber líquidos (si no hay restricción médica) para eliminar más rápido el radiofármaco.
Biopsia renal
La biopsia renal es una prueba con valor diagnóstico, pronóstico y terapéutico. En nuestro centro se realiza dirigida por ecografía, por ser la técnica más segura y precisa: con anestesia local, se introduce una aguja fina para obtener pequeños fragmentos de tejido del riñón.
Permite identificar el tipo y la causa de la enfermedad renal, estimar su evolución y ajustar el tratamiento (inmunosupresores, cambios terapéuticos, etc.). Una vez extraída la muestra se puede analizar con distintas técnicas:
- Microscopía óptica: analiza glomérulos, túbulos y vasos para detectar inflamación, cicatrices o depósitos anómalos.
 - Inmunofluorescencia: emplea anticuerpos que emiten fluorescencia para evidenciar inmunocomplejos o depósitos de proteínas que dañan el riñón.
 - Microscopía electrónica: ofrece un nivel de detalle ultraestructural (p. ej., membrana basal glomerular), clave cuando otras técnicas no son concluyentes.
 
Juntas, estas técnicas complementarias brindan un diagnóstico más preciso sobre el tipo y la causa de la enfermedad renal.
¿Dónde los realizamos?
EN NAVARRA Y MADRID
El Servicio de Nefrología
de la Clínica Universidad de Navarra
El Servicio de Nefrología de la Clínica Universidad de Navarra cuenta con una experiencia de más de cinco décadas, tanto en el diagnóstico y tratamiento de todas las patologías del riñón como en el trasplante de este órgano.
Nuestros especialistas han completado su formación en centros de referencia nacional e internacional.
Contamos con las mejores instalaciones en la Unidad de Diálisis para ofrecer una atención de máxima calidad a nuestros pacientes.

¿Por qué en la Clínica?
- Referencia a nivel nacional en el trasplante renal, pioneros en el trasplante renal de donante vivo.
 - Enfermería especializada para el cuidado y seguimiento de nuestros pacientes.
 - Programa de prevención del daño cardiovascular y renal.