Cómo dormir con una hernia discal

Dormir adecuadamente es crucial para la salud y el bienestar, pero cuando se tiene una hernia discal, encontrar una postura cómoda puede ser un desafío.

La hernia discal es una afección en la que uno de los discos que se encuentra entre las vértebras de la columna se desplaza o rompe.

Esta situación puede generar dolor y molestias, especialmente al adoptar ciertas posturas, como cuando se intenta dormir.

Mejor postura para dormir con una hernia discal

La mejor postura para dormir con hernia discal es aquella que minimiza la presión sobre la columna, permitiendo que los músculos y nervios circundantes se relajen y, al mismo tiempo, manteniendo una alineación neutral de la columna vertebral.

Existen dos posturas que son las más recomendables cuando uno padece una hernia discal:

  1. Dormir de lado con una almohada entre las rodillas: especialmente en posición fetal, ha demostrado ser la postura más adecuada para muchas personas con hernias discales. Al flexionar ligeramente las rodillas y llevarlas hacia el pecho, se reduce la tensión en la columna lumbar, área comúnmente afectada por hernias discales. Además, al colocar una almohada entre las rodillas, se mantiene la alineación de las caderas y la columna, evitando torsiones indeseadas y distribuyendo mejor el peso del cuerpo. Esta disposición de las piernas y la almohada ayuda a minimizar la compresión en el disco afectado, aliviando el dolor y las molestias.
  2. Boca Arriba con una almohada debajo de las rodillas: al colocar una almohada bajo las rodillas mientras se duerme boca arriba, se logra una serie de beneficios biomecánicos para la columna vertebral. En primer lugar, esta disposición permite una reducción de la lordosis lumbar, es decir, la curvatura natural de la parte baja de la espalda. Al disminuir esta curva, se minimiza la presión y tensión en los discos intervertebrales de la región lumbar, ofreciendo alivio a las áreas afectadas por una hernia discal.

    Además, la almohada ayuda a mantener las piernas ligeramente elevadas, favoreciendo una mejor circulación sanguínea y reduciendo el riesgo de hinchazón en las extremidades inferiores. Esta posición también ayuda a relajar los músculos de la zona lumbar y a alinear de forma adecuada la pelvis con la columna, evitando puntos de tensión que pueden agravar el dolor.

No obstante, es importante mencionar que no todas las hernias discales son iguales y, dependiendo de su ubicación y gravedad, algunas personas pueden encontrar alivio en otras posturas. En cualquier caso, es esencial evitar dormir boca abajo, ya que esta postura puede aumentar la presión sobre los discos intervertebrales y exacerbar los síntomas. 

Cómo dormir con una hernia discal cervical

Si la hernia es en el cuello, es esencial elegir una almohada adecuada. Debe ser lo suficientemente firme para mantener el cuello alineado con la columna, pero no tan alta que force una inclinación.

La postura ideal en este caso es boca arriba.

Cómo dormir con una hernia discal lumbar

La postura de lado es la más indicada, con una almohada entre las piernas para mantener la alineación. Otra opción es boca arriba con las piernas ligeramente elevadas.

La elección del colchón también es crucial; debe ofrecer soporte sin ser excesivamente duro.

Cómo dormir con una hernia discal L4-L5

Esta hernia afecta la parte baja de la columna. La mejor postura es de lado con una almohada entre las piernas o boca arriba con una almohada debajo de las rodillas.

Evite flexionar excesivamente las piernas hacia el pecho.

Cómo acostarse con una hernia discal

Si bien puede parecer una acción simple, la forma en que una persona con hernia discal se tumba puede tener un impacto significativo en su bienestar nocturno y en su salud a largo plazo.

La transición desde una posición erguida a una posición reclinada debe hacerse con precaución y conciencia para evitar cualquier movimiento brusco o torsión que pueda ejercer presión adicional en la zona afectada.

  1. Para comenzar, es recomendable acercarse al borde de la cama, enfrentando en dirección hacia donde se desea acostar.
  2. Luego, flexionando lentamente las rodillas, es importante apoyarse con las manos en la cama y, de manera controlada, llevar una pierna a la vez hacia la superficie del colchón.
  3. Es vital evitar giros bruscos o movimientos que requieran doblar la espalda de manera excesiva. Una vez que ambas piernas estén en la cama, se puede proceder a recostarse de lado inicialmente, usando los brazos como soporte.
  4. Si la postura deseada es boca arriba, desde esa posición lateral se puede girar cuidadosamente hacia la posición supina, asegurándose de mover el cuerpo como una unidad y evitando que la pelvis y los hombros se desalineen.
  5. Si prefiere dormir de lado, ajuste la posición de las piernas y la columna para que estén cómodas, considerando la inclusión de almohadas como apoyo si es necesario.

Cabe destacar que, al levantarse, el proceso debe ser inverso, llevando el cuerpo de una posición reclinada a sentada primero y luego, con apoyo, a una posición erguida. La clave es la lentitud y la conciencia, evitando movimientos rápidos que puedan causar dolor o daño.

Preguntas frecuentes sobre cómo dormir si tengo una hernia discal

Elegir el colchón adecuado es fundamental para quienes padecen una hernia discal, ya que el soporte y confort que ofrece el colchón pueden influir directamente en la calidad del descanso y el alivio del dolor. Para estas personas, el colchón ideal debe brindar un equilibrio entre firmeza y adaptabilidad.

Un colchón demasiado blando puede no ofrecer el soporte necesario, permitiendo que la columna vertebral se hunda en una posición poco natural. Por otro lado, un colchón excesivamente firme puede ejercer presión sobre los puntos de contacto del cuerpo, agravando el dolor en la zona afectada.

Los colchones de espuma viscoelástica o memory foam son altamente recomendados para quienes tienen hernia discal. Esta espuma se adapta al contorno del cuerpo, ofreciendo soporte donde es necesario y aliviando la presión en áreas sensibles.

Algunos modelos incluso cuentan con zonas diferenciadas de soporte, ideales para quienes requieren atención especial en la región lumbar o cervical.

Seleccionar la almohada adecuada es esencial para las personas que sufren de una hernia discal cervical. El cuello contiene una estructura delicada de vértebras, discos y nervios; por ello, mantener una alineación adecuada mientras se duerme puede ser la clave para reducir el dolor y mejorar la calidad del sueño.

La almohada ideal para alguien con hernia discal cervical debe proporcionar un soporte óptimo, manteniendo la cabeza y el cuello en una posición neutral respecto a la columna vertebral.

Las almohadas ortopédicas cervicales, diseñadas específicamente para ofrecer soporte al cuello, son una excelente opción. Estas almohadas suelen tener una forma contorneada que se adapta a la curvatura natural del cuello, proporcionando un apoyo uniforme y evitando puntos de presión. La espuma viscoelástica o memory foam es un material recomendado, debido a su capacidad para adaptarse al contorno del cuello y cabeza, y al mismo tiempo, ofrecer la firmeza necesaria.

Es crucial evitar almohadas demasiado altas o bajas, ya que pueden forzar el cuello a adoptar una posición antinatural, exacerbando el dolor. La elección también dependerá de la posición en la que se duerma; por ejemplo, quienes duermen de lado podrían requerir una almohada ligeramente más gruesa que aquellos que duermen boca arriba.

Cuando una persona duerme en esta posición, la curvatura natural de la columna vertebral tiende a aplanarse, lo que puede aumentar la presión sobre los discos intervertebrales, incluidos aquellos que ya están herniados o comprometidos.

Además, para respirar cómodamente en esta posición, es necesario girar el cuello hacia un lado. Esta rotación prolongada puede generar tensión y estrés adicional en la región cervical, especialmente problemático para aquellos con hernias en esta área.

La combinación de la alineación inadecuada de la columna y la rotación del cuello puede exacerbarse si la almohada es demasiado alta, ya que esto eleva aún más la cabeza y agrava la torsión cervical.

Por estas razones, muchos especialistas en salud a menudo desaconsejan la postura prona o boca abajo para aquellos con problemas de espalda y cuello.