Aftas bucales
Descubra qué son, sus causas, síntomas y tratamiento
¿Qué son las aftas bucales?
Las aftas bucales, también conocidas como úlceras orales o aftas recurrentes, son lesiones que se producen en la mucosa de la boca. Aunque son comunes y, en la mayoría de los casos, no son graves, pueden ser molestas y dolorosas. En este artículo, explicaremos las causas de las aftas bucales, sus síntomas y el tratamiento adecuado.
Causas de las aftas bucales
Las causas exactas de las aftas bucales no se conocen con certeza, pero se cree que pueden ser el resultado de varios factores:
- Trauma bucal, como morderse la lengua o los labios
- Infecciones virales o bacterianas
- Cambios hormonales, especialmente en mujeres
- Estrés y ansiedad
- Carencias nutricionales: falta de hierro, vitamina B12 o ácido fólico
- Alergias alimentarias
Síntomas de las aftas bucales
Los síntomas de las aftas bucales pueden variar según el tamaño y la ubicación de la lesión, pero los más comunes incluyen:
- Dolor en la zona afectada
- Sensibilidad al calor o al frío
- Dificultad para hablar, comer o beber
- Inflamación y enrojecimiento de la zona afectada
- Sensación de ardor o picazón
¿Sabía qué?
Las aftas bucales son lesiones comunes y, en la mayoría de los casos, no son graves. Sin embargo, pueden ser molestas y dolorosas. Si la afta bucal persiste durante más de dos semanas o es muy dolorosa, es recomendable buscar atención médica.
Si tiene alguna duda o inquietud acerca de las aftas bucales, consulte a su dentista o médico de cabecera.
Tipos de aftas bucales
Existen tres tipos de aftas bucales, que se diferencian en su tamaño, ubicación y gravedad de los síntomas:
Aftas menores: Son el tipo más común de aftas bucales y suelen medir menos de un centímetro de diámetro. Se encuentran en la mucosa bucal y suelen ser dolorosas pero no representan un riesgo para la salud. Las aftas menores tienden a desaparecer en un plazo de 7 a 14 días.
Aftas mayores: Son menos comunes que las aftas menores y suelen ser más grandes, con un diámetro de más de un centímetro. Se localizan en la parte posterior de la boca y pueden ser muy dolorosas, lo que dificulta hablar, comer y beber. Las aftas mayores pueden tardar semanas en curarse y pueden dejar cicatrices.
Estomatitis aftosa recurrente: Es un tipo de afta bucal que se caracteriza por la aparición de múltiples lesiones en la boca. Pueden ser pequeñas o grandes y se localizan en diferentes partes de la boca, como la lengua, el paladar o las encías. La estomatitis aftosa recurrente puede ser muy dolorosa y afectar la calidad de vida de las personas que la padecen.
Cómo tratar las aftas bucales
El tratamiento para eliminar las aftas bucales depende de la causa y la gravedad de la lesión. Algunas medidas que se pueden tomar para aliviar el dolor y acelerar la curación incluyen:
- Enjuague bucal con soluciones antisépticas o antiinflamatorias
- Uso de analgésicos para aliviar el dolor
- Aplicación de cremas o geles tópicos que contienen ingredientes antiinflamatorios o anestésicos
- Evitar alimentos picantes o ácidos que puedan irritar la zona afectada
- Asegurarse de mantener una buena higiene bucal
Preguntas frecuentes sobre aftas bucales
No, las aftas bucales no son contagiosas. A diferencia del herpes labial, que sí puede propagarse, las aftas no se transmiten de persona a persona ni por contacto directo, ya que no están causadas por virus infecciosos. Su origen suele estar relacionado con factores como el estrés, pequeñas lesiones en la boca, cambios hormonales o deficiencias nutricionales.
El tiempo de curación de las aftas bucales depende del tamaño y la localización de la lesión. En la mayoría de los casos, las aftas menores se curan de forma espontánea entre 7 y 14 días sin dejar cicatriz. Las aftas mayores o más profundas pueden tardar más tiempo, hasta varias semanas, y pueden requerir tratamiento para aliviar el dolor o acelerar la cicatrización.
Generalmente, no es necesario acudir al médico por una afta bucal ocasional. Sin embargo, se recomienda consultar a un profesional de salud si:
- El afta dura más de dos semanas.
- El dolor es intenso y dificulta comer o hablar.
- Las aftas aparecen con frecuencia.
- Se presentan otros síntomas, como fiebre, malestar general o inflamación persistente.
- Un especialista puede descartar otras afecciones más graves y ofrecer tratamiento adecuado.