¿Qué es una úlcera?
Una úlcera es una lesión que se produce en la piel o en la mucosa de los órganos internos, caracterizada por la pérdida de tejido y la exposición de capas subyacentes. Esta afección puede ser el resultado de diversos factores, como la disminución del riego sanguíneo, la inflamación crónica, la presión prolongada o la infección. Las úlceras pueden causar síntomas como dolor, enrojecimiento, hinchazón, secreción y, en ocasiones, fiebre. Dependiendo de su ubicación y causa, las úlceras pueden tener diferentes implicaciones médicas y tratamientos específicos.
Entre los tipos más comunes de úlceras se encuentran:
- Úlcera por presión: También conocida como escara o úlcera de decúbito, se produce debido a la presión sostenida sobre una zona de la piel, generalmente en áreas óseas, como caderas, talones y sacro. Este tipo de úlcera es más común en personas con movilidad limitada, como pacientes postrados o en silla de ruedas. La prevención y el tratamiento de las úlceras por presión incluyen cambios frecuentes de posición, higiene adecuada, almohadillado y cuidado de la piel.
- Úlcera venosa: Estas úlceras se forman debido a la insuficiencia venosa crónica, un trastorno en el que las válvulas de las venas de las piernas no funcionan correctamente, provocando la acumulación de sangre y la formación de edemas. El tratamiento de las úlceras venosas incluye la compresión, el control del edema, la elevación de las extremidades y, en algunos casos, la intervención quirúrgica.
- Úlcera arterial: Causada por la disminución del flujo sanguíneo a las extremidades, como resultado de la enfermedad arterial periférica, estas úlceras pueden ser dolorosas y de cicatrización lenta. El tratamiento puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida, angioplastia o cirugía de bypass para mejorar el flujo sanguíneo.
- Úlcera diabética: Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar úlceras en los pies debido a la neuropatía y la enfermedad vascular periférica. El tratamiento incluye el control del azúcar en sangre, el cuidado de las heridas, la prevención de infecciones y, en casos graves, la desbridación o amputación.
- Úlcera péptica: Se trata de una lesión en la mucosa del estómago o el duodeno, causada principalmente por la infección por Helicobacter pylori o el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINE). El tratamiento puede incluir inhibidores de la bomba de protones, antagonistas H2, antibióticos y cambios en la dieta.
El diagnóstico y tratamiento de las úlceras dependen de su causa, ubicación y gravedad. Es esencial consultar a un médico para recibir el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones, como infecciones, hemorragias, perforaciones o cicatrización deficiente.
El manejo de las úlceras en el ámbito médico puede requerir la colaboración de diversos profesionales de la salud, como médicos generales, cirujanos, dermatólogos, gastroenterólogos, podólogos, especialistas en heridas y enfermeros. La atención integral y multidisciplinaria es crucial para abordar las múltiples causas y factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo y la persistencia de las úlceras.
La prevención de las úlceras es un aspecto importante en el manejo de pacientes con factores de riesgo, como movilidad limitada, enfermedad arterial periférica, insuficiencia venosa crónica o diabetes. Las medidas preventivas pueden incluir la educación del paciente y sus cuidadores, la evaluación y el control de los factores de riesgo, el uso de dispositivos y técnicas para aliviar la presión, y el monitoreo regular de la piel y las mucosas.
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