DICCIONARIO MÉDICO

Suboclusión intestinal

¿Qué es una suboclusión intestinal?

La suboclusión intestinal, también conocida como íleo paralítico o pseudo-obstrucción, es un término médico que se refiere a una disminución parcial o a una interrupción del tránsito intestinal sin una obstrucción física real en el intestino. Este estado es típicamente temporal y puede ser causado por varias afecciones y factores, que van desde infecciones hasta trastornos neurológicos y metabólicos, e incluso puede ser una complicación después de una cirugía abdominal.

La anatomía del sistema digestivo es una red compleja de órganos y tejidos que desempeñan funciones específicas en la digestión y absorción de nutrientes. El intestino delgado, que comprende el duodeno, el yeyuno y el íleon, es la parte más larga del tracto gastrointestinal y juega un papel crucial en la digestión y absorción de nutrientes. Por otro lado, el intestino grueso, que comprende el ciego, el colon y el recto, es responsable de la reabsorción de agua y electrolitos, así como de la formación y eliminación de las heces.

La función normal del intestino implica la coordinación de múltiples procesos, incluyendo la secreción de enzimas y otras sustancias digestivas, la absorción de nutrientes y agua, y el movimiento peristáltico, que es el movimiento ondulatorio de los músculos del intestino que impulsa el contenido a lo largo del tracto gastrointestinal. Cualquier alteración de estos procesos puede llevar a problemas, como la suboclusión intestinal.

Los síntomas de la suboclusión intestinal pueden variar dependiendo de la causa y de qué parte del intestino esté afectada. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, distensión abdominal, constipación y, en ocasiones, diarrea. Es importante recordar que, aunque la suboclusión intestinal puede ser menos severa que una obstrucción intestinal completa, aún puede ser una condición grave que requiere atención médica inmediata. Sin tratamiento, puede llevar a complicaciones potencialmente mortales, como la perforación del intestino, la sepsis y el shock.

El diagnóstico de la suboclusión intestinal generalmente se basa en la historia clínica del paciente, un examen físico y pruebas de imagen, como radiografías y tomografías computarizadas del abdomen. Los hallazgos típicos en las pruebas de imagen pueden incluir dilatación de las asas intestinales y niveles hidroaéreos, que son áreas en las radiografías que muestran la acumulación de líquido y gas en el intestino.

El tratamiento de la suboclusión intestinal puede variar dependiendo de la causa subyacente y de la gravedad de los síntomas. Las opciones de tratamiento pueden incluir reposo intestinal, en el cual se suspende la ingestión de alimentos y líquidos para permitir que el intestino descanse; hidratación intravenosa para reemplazar los líquidos y electrolitos perdidos; y, en algunos casos, medicamentos para mejorar la motilidad intestinal. En casos graves, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para tratar la causa subyacente o para aliviar la obstrucción. 

La suboclusión intestinal es un problema de salud serio que requiere atención médica inmediata. Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden mejorar el pronóstico y minimizar el riesgo de complicaciones. Los profesionales de la salud deben estar familiarizados con esta condición para poder proporcionar la atención más efectiva a los pacientes que la padecen. La prevención de la suboclusión intestinal se basa en mantener un estilo de vida saludable con una dieta adecuada, actividad física regular y control de las enfermedades crónicas.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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