DICCIONARIO MÉDICO

Receptor de complemento

¿Qué es el receptor de complemento?

El receptor de complemento es una pieza integral en la maquinaria inmunológica del cuerpo humano, una parte esencial que desempeña funciones críticas en la inmunovigilancia y la respuesta a patógenos. La comprensión de este término requiere una exploración profunda de su naturaleza bioquímica, su papel en el sistema inmunitario y las implicaciones clínicas de su funcionamiento tanto normal como patológico.

Inicialmente, para comprender el alcance y la función del receptor de complemento, es necesario definir el sistema de complemento en sí. El sistema de complemento es un conjunto de proteínas plasmáticas que, al activarse, participan en la defensa contra microorganismos y en la modulación de la respuesta inmunitaria. Esta red de proteínas funciona de manera secuencial, donde la activación de una componente lleva a la activación de la siguiente, en un proceso conocido como cascada del complemento. Esta cascada puede iniciarse por tres vías principales: la vía clásica, que se activa por la unión de anticuerpos a antígenos; la vía alternativa, que se activa en superficies microbianas en ausencia de anticuerpos; y la vía de las lectinas, que se inicia por la unión de una lectina de unión a manosa a carbohidratos específicos en la superficie del patógeno.

Dentro de este sistema, los receptores de complemento son moléculas de membrana que reconocen y se unen a fragmentos de proteínas de complemento que han sido activadas en la superficie de células, patógenos o complejos inmunes. Estos receptores son críticos para la opsonización, un proceso donde los patógenos quedan marcados para su eliminación por células fagocíticas; para la eliminación de complejos inmunes circulantes; y para la modulación de la respuesta inmune adaptativa y la inflamación. La familia de receptores de complemento incluye varios miembros, cada uno con su estructura y función específica.

El receptor de complemento tipo 1 (CR1), también conocido como CD35, es quizás el más versátil de estos receptores, con la capacidad de unirse a C3b y C4b, dos componentes clave de la cascada del complemento. Se expresa en una variedad de células del sistema inmunitario, incluyendo eritrocitos, leucocitos y células fagocíticas. Este receptor juega un papel importante en la limpieza de complejos inmunes y en la regulación de la cascada del complemento al promover la descomposición de C3 convertasas.

El receptor de complemento tipo 2 (CR2), conocido también como CD21, se une a C3d, C3dg y iC3b, y está expresado principalmente en células B y algunas células epiteliales. CR2 es fundamental para la regulación de la respuesta inmune humoral, ya que participa en la activación de células B mediante la presentación de antígenos y la activación de la vía alternativa del complemento.

Otro miembro importante es el receptor de complemento tipo 3 (CR3), también conocido como CD11b/CD18 o Mac-1, que se une a iC3b y es expresado en granulocitos, monocitos y células dendríticas. CR3 es esencial para la fagocitosis mediada por el complemento y para la migración de células inmunitarias al sitio de la infección o inflamación.

Asimismo, el receptor de complemento tipo 4 (CR4), que comparte la subunidad CD18 con CR3 y se conoce como CD11c/CD18, se une también a iC3b y juega un papel similar en la adhesión celular y la fagocitosis.

Los receptores de anafilotoxinas como C3aR y C5aR, aunque técnicamente no se unen a componentes de la cascada de opsonización, están involucrados en la respuesta inmune a través de la mediación de la inflamación y la quimiotaxis, ejerciendo una influencia directa sobre la activación y migración de células inmunitarias.

La relevancia clínica de los receptores de complemento es amplia. Su estudio y comprensión han contribuido al desarrollo de terapias dirigidas en enfermedades autoinmunes, inflamatorias y alérgicas. Alteraciones en la expresión o función de estos receptores se han asociado con enfermedades como lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, infecciones recurrentes y afecciones isquémicas. Además, terapias que modulan la actividad del sistema de complemento están en investigación y uso clínico para condiciones que van desde la degeneración macular asociada a la edad hasta trastornos hematológicos y trasplante de órganos.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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