DICCIONARIO MÉDICO

Neumonía por legionella

La neumonía por legionella, también conocida como enfermedad del legionario, es una infección pulmonar causada por bacterias del género Legionella. Este tipo de neumonía puede ser grave y suele adquirirse al inhalar microgotas de agua contaminada. Es más frecuente en personas mayores, pacientes inmunodeprimidos o aquellos con enfermedades crónicas.

Qué es la neumonía por legionella

La neumonía por legionella es una forma severa de neumonía que afecta los pulmones y se produce por la exposición a la bacteria Legionella pneumophila. Este microorganismo se encuentra habitualmente en sistemas de agua como torres de enfriamiento, sistemas de aire acondicionado, jacuzzis, o fuentes decorativas. No se transmite de persona a persona, sino a través de la inhalación de agua contaminada.

Causas de la neumonía por legionella

Las causas principales de la neumonía por legionella incluyen:

  • Exposición a sistemas de agua contaminada: como duchas, sistemas de aire acondicionado o torres de refrigeración.
  • Condiciones favorables para la bacteria: agua tibia estancada entre 20 °C y 50 °C.
  • Falta de mantenimiento: en sistemas de distribución de agua o sistemas de ventilación.

Síntomas de la neumonía por legionella

Los síntomas de la neumonía por legionella suelen aparecer entre 2 y 10 días después de la exposición y pueden incluir:

  • Fiebre alta: generalmente superior a 39 °C.
  • Tos: inicialmente seca, pero que puede progresar a productiva con esputo.
  • Dificultad respiratoria: o disnea.
  • Dolor torácico: agudo, especialmente durante la inspiración profunda.
  • Dolores musculares y articulares: también conocidos como mialgias.
  • Alteraciones gastrointestinales: como diarrea, náuseas y vómitos.
  • Confusión: o cambios en el estado mental, especialmente en pacientes mayores.

Diagnóstico

El diagnóstico de la neumonía por legionella se basa en:

  • Historia clínica: incluyendo exposición reciente a sistemas de agua potencialmente contaminados.
  • Pruebas de laboratorio: como antígeno urinario para detectar Legionella o cultivo de esputo.
  • Radiografía de tórax: para identificar infiltrados pulmonares.
  • Análisis de sangre: para evaluar parámetros inflamatorios y función renal.

Tratamiento

El tratamiento de la neumonía por legionella incluye:

  • Antibióticos específicos: como macrólidos (azitromicina) o fluoroquinolonas (levofloxacino).
  • Soporte respiratorio: en casos de insuficiencia respiratoria.
  • Hidratación intravenosa: para prevenir complicaciones renales.
  • Monitoreo en UCI: en pacientes graves o con comorbilidades.

Complicaciones

Las complicaciones de la neumonía por legionella pueden incluir:

  • Insuficiencia respiratoria: requiriendo ventilación mecánica.
  • Shock séptico: con disfunción multiorgánica.
  • Absceso pulmonar: formación de cavidades llenas de pus en el pulmón.

Cuándo acudir al médico

Se debe buscar atención médica inmediata si se presentan:

  • Fiebre alta persistente: acompañada de escalofríos.
  • Dificultad para respirar: o sensación de falta de aire.
  • Confusión o desorientación: especialmente en personas mayores.

Precauciones

Para prevenir la neumonía por legionella, se recomienda:

  • Mantenimiento regular: de sistemas de agua y aire acondicionado.
  • Uso de filtros: en sistemas de distribución de agua en hospitales y edificios públicos.
  • Cloración adecuada del agua: para eliminar bacterias.

Preguntas frecuentes sobre la neumonía por legionella

¿Cómo se adquiere la neumonía por legionella?

Se adquiere al inhalar microgotas de agua contaminada con Legionella, presente en sistemas de agua y aire acondicionado mal mantenidos.

¿La neumonía por legionella es contagiosa?

No, la neumonía por legionella no se transmite de persona a persona.

¿Cuál es el tratamiento más efectivo para la neumonía por legionella?

Los tratamientos más efectivos son los antibióticos como azitromicina o levofloxacino, administrados según la gravedad del caso.

¿Qué poblaciones tienen mayor riesgo de desarrollar neumonía por legionella?

Las personas mayores, fumadores, pacientes inmunodeprimidos y aquellos con enfermedades crónicas tienen mayor riesgo.

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