Qué es la diplopía
La diplopía, también conocida como "visión doble", es un trastorno visual en el que una persona percibe dos imágenes de un solo objeto. Estas imágenes pueden estar separadas horizontal, vertical o diagonalmente. Este fenómeno ocurre debido a un desalineamiento ocular que afecta la coordinación de ambos ojos, impidiendo que trabajen juntos para enfocar un solo punto de vista.
La diplopía puede ser clasificada en diferentes tipos, siendo los más comunes la diplopía binocular, causada por problemas en la alineación de los ojos, y la diplopía monocular, que suele estar relacionada con alteraciones dentro de uno de los ojos.
Tipos de diplopía
Existen dos categorías principales de diplopía según su origen:
- Diplopía binocular: ocurre cuando ambos ojos no están alineados correctamente. Este tipo desaparece al cerrar uno de los ojos y suele estar asociado con problemas neurológicos o musculares.
- Diplopía monocular: persiste incluso al cerrar uno de los ojos. Generalmente se debe a problemas estructurales o refractivos en el ojo afectado, como cataratas o astigmatismo.
También puede clasificarse según su duración:
- Diplopía constante: presente de forma continua y asociada a condiciones crónicas.
- Diplopía intermitente: ocurre de manera ocasional y puede estar relacionada con fatiga ocular o enfermedades neuromusculares.
Causas de la diplopía
Las causas de la diplopía varían según el tipo y pueden incluir problemas musculares, neurológicos o estructurales. Algunas de las causas más comunes son:
- Alteraciones en los músculos oculares: como en el caso de miastenia gravis, estrabismo o distrofias musculares.
- Causas neurológicas: lesiones en el sistema nervioso central, tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares o neuropatías craneales.
- Enfermedades sistémicas: como diabetes, hipertensión o esclerosis múltiple, que pueden dañar los nervios responsables del movimiento ocular.
- Problemas estructurales: como cataratas, irregularidades corneales o traumatismos oculares.
Enfermedades que causan diplopía
Entre las enfermedades más comunes asociadas a la diplopía, se encuentran:
- Miastenia gravis: una enfermedad neuromuscular que afecta la transmisión de señales entre los nervios y los músculos oculares.
- Accidentes cerebrovasculares: pueden dañar los nervios craneales que controlan los músculos oculares.
- Diabetes mellitus: puede causar neuropatía diabética, afectando los nervios responsables de la alineación ocular.
- Esclerosis múltiple: una enfermedad autoinmune que puede inflamar los nervios ópticos.
Diagnóstico de la diplopía
El diagnóstico de la diplopía requiere una evaluación exhaustiva que incluye:
- Historia clínica: identificar los síntomas, su duración y posibles desencadenantes.
- Examen ocular: evaluación de la alineación ocular, movimientos oculares y salud general del ojo.
- Pruebas neurológicas: para detectar alteraciones en los nervios craneales o enfermedades sistémicas subyacentes.
- Estudios de imagen: como resonancia magnética o tomografía computarizada, para identificar lesiones estructurales o neurológicas.
Tratamiento para la diplopía
El tratamiento de la diplopía depende de su causa subyacente. Algunas opciones incluyen:
- Lentes prismáticos: corrigen la alineación de las imágenes en casos leves de diplopía binocular.
- Terapia visual: ejercicios específicos para mejorar la coordinación ocular.
- Cirugía: en casos de estrabismo o traumatismos que afectan la alineación ocular.
- Tratamiento médico: como inmunosupresores en enfermedades autoinmunes o manejo de la diabetes para prevenir daños nerviosos.
Diplopía cómo se cura
La diplopía no siempre tiene una cura definitiva, ya que depende de la causa que la origina. Sin embargo, en muchos casos, es posible controlarla o reducir sus efectos mediante tratamientos personalizados. Los pasos clave incluyen:
- Diagnóstico temprano: identificar y tratar la causa subyacente lo antes posible.
- Intervenciones específicas: como cirugía o lentes prismáticos, según sea necesario.
- Manejo de enfermedades sistémicas: controlar enfermedades como la diabetes o hipertensión para evitar complicaciones adicionales.
Un enfoque multidisciplinario, que incluya oftalmólogos, neurólogos y médicos especialistas, es fundamental para optimizar los resultados.
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