DICCIONARIO MÉDICO

Colibacilo

Qué es colibacilo

El término colibacilo se utiliza comúnmente para referirse a la bacteria Escherichia coli (E. coli), un microorganismo del grupo de los bacilos gramnegativos que habita de forma natural en el intestino de los seres humanos y animales. Aunque muchas cepas de E. coli son inofensivas y forman parte de la microbiota intestinal normal, algunas pueden causar enfermedades infecciosas, especialmente si migran a otras zonas del cuerpo o si se trata de cepas patógenas.

Las infecciones por colibacilo pueden manifestarse en diferentes formas clínicas, siendo las más comunes las infecciones urinarias, las gastroenteritis y algunas infecciones graves como la sepsis o la meningitis neonatal. Esta bacteria es una de las causas más frecuentes de enfermedad infecciosa en humanos.

Características microbiológicas del colibacilo

El colibacilo pertenece a la familia de las Enterobacteriaceae. Es un bacilo gramnegativo, móvil, anaerobio facultativo y capaz de fermentar lactosa. Su morfología es de bastón recto, y posee flagelos peritricos que le proporcionan motilidad. Algunas cepas poseen fimbrias o pili que facilitan la adherencia a tejidos humanos.

Aunque la mayoría de cepas son comensales, algunas han adquirido factores de virulencia que las hacen patógenas. Estas se clasifican en diferentes patotipos, en función de los mecanismos de infección y el tipo de enfermedad que provocan.

Patotipos de Escherichia coli y enfermedades asociadas

E. coli enterotoxigénica (ETEC)

Produce toxinas que inducen secreción de agua y electrolitos en el intestino delgado, provocando diarrea acuosa. Es una causa frecuente de la llamada diarrea del viajero.

E. coli enteropatógena (EPEC)

Produce adherencia a la mucosa intestinal alterando la absorción. Se asocia con diarrea infantil persistente en países en vías de desarrollo.

E. coli enterohemorrágica (EHEC)

Cepa productora de toxina Shiga. La más conocida es la O157:H7. Puede provocar colitis hemorrágica y en casos graves síndrome urémico hemolítico (SUH), especialmente en niños.

E. coli enteroinvasiva (EIEC)

Invade la mucosa del colon, generando un cuadro clínico similar al de la shigelosis: diarrea con sangre, fiebre y dolor abdominal.

E. coli enteroagregativa (EAEC)

Produce una diarrea persistente, especialmente en niños y personas inmunodeprimidas. Se caracteriza por su adherencia en forma de “ladrillo” a las células intestinales.

Vías de transmisión del colibacilo

El colibacilo puede transmitirse por distintas vías, según el tipo de infección:

  • Fecal-oral: ingestión de alimentos o agua contaminados con heces que contienen cepas patógenas.
  • Uretral ascendente: colonización de la uretra por E. coli procedente del tracto digestivo, dando lugar a infecciones urinarias.
  • Contacto directo: especialmente en entornos hospitalarios, a través de manos contaminadas o materiales médicos.
  • Durante el parto vaginal, cuando un recién nacido se expone a E. coli presente en el canal del parto, lo que puede causar meningitis neonatal.

Infecciones más frecuentes causadas por colibacilo

Infección del tracto urinario (ITU)

Es la causa más frecuente de ITU, especialmente en mujeres. La E. coli coloniza la uretra y asciende hasta la vejiga (cistitis) o incluso los riñones (pielonefritis).

Gastroenteritis

Las cepas patógenas pueden provocar diarrea, dolor abdominal, fiebre e incluso complicaciones graves como colitis hemorrágica o síndrome urémico hemolítico.

Sepsis

Cuando la bacteria accede al torrente sanguíneo, puede desencadenar una respuesta inflamatoria sistémica grave, con compromiso multiorgánico. Es más frecuente en personas mayores, inmunodeprimidas o con enfermedades crónicas.

Meningitis neonatal

Algunas cepas de E. coli pueden atravesar la barrera hematoencefálica del recién nacido y causar meningitis bacteriana, una infección grave del sistema nervioso central.

Infecciones intraabdominales o postquirúrgicas

La E. coli puede ser responsable de infecciones como abscesos intraabdominales, peritonitis o infecciones de heridas quirúrgicas, especialmente en intervenciones digestivas.

Diagnóstico de la infección por colibacilo

El diagnóstico se basa en el aislamiento del microorganismo en muestras clínicas (orina, heces, sangre, LCR, heridas), mediante técnicas de laboratorio como:

  • Cultivo bacteriano en medios selectivos.
  • Tinción de Gram y observación microscópica.
  • Pruebas bioquímicas para identificación del género y especie.
  • Técnicas de PCR para detección de genes de virulencia o toxinas específicas.

Tratamiento de las infecciones por colibacilo

El tratamiento depende del tipo de infección, la localización, la gravedad clínica y los resultados del antibiograma que identifica la sensibilidad del colibacilo a distintos antibióticos. Algunas consideraciones generales:

Infecciones leves

  • En muchas infecciones intestinales, no se requiere antibiótico; se recomienda hidratación oral y reposo.
  • La administración de antibióticos en infecciones por EHEC puede estar contraindicada por riesgo de SUH.

Infecciones urinarias

  • Antibióticos como fosfomicina, nitrofurantoína o trimetoprim-sulfametoxazol suelen ser efectivos, según la resistencia local.
  • En casos complicados o pielonefritis, se puede requerir tratamiento intravenoso.

Infecciones graves (sepsis, meningitis)

  • Se emplean antibióticos de amplio espectro como cefalosporinas de tercera generación, carbapenémicos o aminoglucósidos.
  • Es fundamental iniciar el tratamiento empírico precoz y ajustarlo según cultivo.

Resistencia antibiótica y colibacilo

Una preocupación creciente es la aparición de cepas multirresistentes de E. coli, especialmente en el ámbito hospitalario. Algunas cepas han adquirido genes como:

  • BLEE (beta-lactamasas de espectro extendido): confieren resistencia a penicilinas y cefalosporinas.
  • Carbapenemasas: enzimas que inactivan incluso los antibióticos más potentes.
  • Resistencia a fluoroquinolonas y otros antimicrobianos comunes.

Esto hace imprescindible un uso racional de antibióticos y la implementación de medidas de control de infecciones en centros sanitarios.

Cuándo acudir al médico

Se recomienda consultar con el médico en los siguientes casos:

  • Diarrea con sangre, fiebre alta o signos de deshidratación.
  • Dolor lumbar, fiebre y síntomas urinarios persistentes.
  • Síntomas generales de infección grave: confusión, somnolencia, hipotensión.
  • Antecedentes de infecciones urinarias recurrentes o viajes a zonas endémicas.

Precauciones y prevención

Para prevenir las infecciones por colibacilo, se recomienda:

  1. Higiene de manos frecuente, sobre todo antes de comer y después de ir al baño.
  2. Cocción adecuada de carnes, especialmente molidas.
  3. Evitar el consumo de agua no potable.
  4. Lavar frutas y verduras crudas.
  5. Evitar el uso innecesario de antibióticos.

Preguntas frecuentes

¿Todos los colibacilos son peligrosos?

No. La mayoría de las cepas de E. coli son inofensivas y cumplen funciones beneficiosas en el intestino. Solo algunas cepas específicas son patógenas.

¿El colibacilo es contagioso?

Sí, en particular las cepas responsables de diarrea o aquellas que causan brotes. Se transmite por vía fecal-oral o contacto directo con personas o superficies contaminadas.

¿Se puede tener E. coli sin síntomas?

Sí. Muchas personas albergan E. coli en su intestino sin ningún síntoma. También se puede portar una cepa patógena sin desarrollar enfermedad, actuando como portador.

¿La infección por colibacilo se puede repetir?

Sí. Las infecciones urinarias recurrentes por E. coli son frecuentes, especialmente en mujeres jóvenes y en personas con factores de riesgo anatómicos o funcionales.

¿Qué riesgos hay en embarazadas o bebés?

Las embarazadas con bacteriuria por E. coli deben tratarse para evitar complicaciones como pielonefritis o parto prematuro. En recién nacidos, ciertas cepas pueden causar infecciones graves como meningitis.

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