DICCIONARIO MÉDICO

Cirugía paliativa

Qué es cirugía paliativa

La cirugía paliativa es una intervención quirúrgica que se realiza con el objetivo principal de aliviar síntomas, mejorar la calidad de vida y facilitar el confort en pacientes con enfermedades avanzadas, incurables o terminales. A diferencia de la cirugía curativa, su intención no es erradicar la enfermedad, sino tratar complicaciones o molestias derivadas de esta, como el dolor, la obstrucción o el sangrado.

Este tipo de cirugía se integra dentro de los cuidados paliativos, un enfoque integral que aborda las necesidades físicas, emocionales, sociales y espirituales de personas con enfermedades crónicas progresivas. Aunque frecuentemente se asocia con el cáncer avanzado, también puede indicarse en otras patologías como la insuficiencia cardíaca, EPOC, enfermedades neurológicas degenerativas o insuficiencia hepática terminal.

Objetivos de la cirugía paliativa

Los principales objetivos de una intervención quirúrgica paliativa son:

  • Aliviar el dolor u otros síntomas intensos que afectan la calidad de vida.
  • Corregir complicaciones como obstrucciones intestinales, hemorragias o infecciones.
  • Mejorar funciones vitales o restaurar capacidades que permiten mayor autonomía del paciente.
  • Reducir la dependencia de dispositivos invasivos o tratamientos complejos.
  • Favorecer el acompañamiento familiar y la adaptación a la fase terminal.

Indicaciones más frecuentes

La cirugía paliativa puede indicarse en distintas circunstancias, dependiendo del tipo de enfermedad, los síntomas y la expectativa de vida del paciente. Algunas de las indicaciones más comunes son:

  • Obstrucción gastrointestinal: en pacientes con carcinomatosis peritoneal, cáncer gástrico o de colon, que generan bloqueos digestivos.
  • Compresión medular: por metástasis vertebrales que provocan dolor intenso o riesgo de parálisis.
  • Hemorragias incontrolables: en tumores ulcerados o sangrantes.
  • Perforación visceral: en cánceres que generan necrosis intestinal.
  • Cuidados quirúrgicos de fístulas o úlceras complejas.
  • Drenajes paliativos: de ascitis, derrames pleurales o abscesos que comprometen el confort.

Evaluación previa a la cirugía paliativa

Antes de indicar una cirugía con finalidad paliativa, es fundamental realizar una valoración integral del paciente, que incluye:

  1. Situación clínica general: estado funcional, fragilidad, comorbilidades, esperanza de vida estimada.
  2. Síntomas actuales y su repercusión en la calidad de vida.
  3. Objetivos personales del paciente y su voluntad en cuanto a procedimientos invasivos.
  4. Valoración ética y pronóstico médico basado en evidencia.

El equipo multidisciplinar (oncología, cuidados paliativos, cirugía, anestesiología y trabajo social) debe participar en esta evaluación para garantizar una toma de decisiones centrada en el paciente.

Tipos de cirugía paliativa según su finalidad

La cirugía paliativa puede clasificarse en varios tipos según su propósito:

  • Descompresiva: para aliviar la presión sobre órganos o estructuras (por ejemplo, derivaciones biliares).
  • Funcional: para restaurar la capacidad de alimentarse, evacuar o respirar adecuadamente.
  • Estética o reconstructiva: en casos de tumores cutáneos, faciales o amputaciones.
  • De control de síntomas: para reducir dolor, infecciones, sangrados o secreciones.

Beneficios y limitaciones

Los beneficios de una cirugía paliativa bien indicada incluyen:

  • Alivio de síntomas incontrolables por otras vías.
  • Mejora funcional inmediata en muchos casos.
  • Reanudación de la alimentación o movilidad.
  • Mayor autonomía y dignidad durante la enfermedad.

Sin embargo, presenta limitaciones importantes:

  • No prolonga la supervivencia en la mayoría de los casos.
  • Requiere anestesia y recuperación postoperatoria.
  • Puede asociarse a complicaciones o reintervenciones.
  • Es costosa en términos físicos y emocionales si no se indica adecuadamente.

Importancia del consentimiento informado

El consentimiento informado en cirugía paliativa debe ir más allá de lo habitual. Es necesario explicar con claridad:

  • El objetivo paliativo del procedimiento, sin intención curativa.
  • La expectativa de mejora sintomática y posibles escenarios postoperatorios.
  • Los riesgos asociados y alternativas no quirúrgicas disponibles.
  • El papel del paciente y su entorno en la toma de decisiones.

Cuándo acudir al médico

Es recomendable consultar con el equipo médico en caso de:

  • Aparición de síntomas intensos como dolor, vómitos persistentes, dificultad para tragar, sangrados o dificultad respiratoria.
  • Empeoramiento repentino del estado general que impide el autocuidado o la alimentación.
  • Decisiones difíciles sobre el tratamiento o dudas sobre el pronóstico.

Precauciones y aspectos éticos

La cirugía paliativa debe evitarse si:

  • El paciente está en fase de agonía o en situación de delirio terminal.
  • No existe una expectativa razonable de beneficio sintomático inmediato.
  • El procedimiento implica un sufrimiento desproporcionado o riesgo vital.
  • El paciente ha manifestado claramente su deseo de no someterse a intervenciones invasivas.

Los aspectos éticos incluyen el respeto por la autonomía, la no maleficencia y la proporcionalidad terapéutica.

Preguntas frecuentes

¿La cirugía paliativa puede curar el cáncer?

No. Su objetivo no es curativo, sino aliviar síntomas. Aunque puede mejorar notablemente la calidad de vida, no modifica el curso natural de la enfermedad oncológica.

¿Qué diferencia hay entre cuidados paliativos y cirugía paliativa?

Los cuidados paliativos son un enfoque integral que incluye medidas médicas, psicológicas y sociales. La cirugía paliativa es una herramienta dentro de ese enfoque, empleada en situaciones muy específicas.

¿Es necesario estar en fase terminal para recibir cirugía paliativa?

No necesariamente. Puede indicarse en fases avanzadas, pero también en estadios no terminales, cuando hay síntomas graves que requieren intervención.

¿Quién decide si una cirugía paliativa es adecuada?

La decisión se toma de forma conjunta entre el equipo médico, el paciente y su familia, tras valorar el estado clínico, los objetivos del paciente y el balance riesgo-beneficio.

¿Existen alternativas no quirúrgicas?

Sí, como el tratamiento farmacológico del dolor, la radioterapia paliativa, la nutrición enteral o el apoyo psicológico. Todas deben considerarse antes de indicar cirugía.

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